lunes, 17 de mayo de 2021

"Servant", dime que madre eres y te diré que infierno te toca

MISSTERROR NOS HABLA SOBRE LA SEGUNDA INCURSIÓN EN LA TELEVISIÓN DE ESE TALENTO LLAMADO M. NIGHT SHYAMALAN


bebé en el póster de Servant
La culpa es la madre de la negación y como tal, acciona una serie de mecanismos mentales de diversas consideraciones en cada uno de nosotros. Es difícil librarse de un sentimiento que te obliga a castigarte si no estableces un escudo psicológico que te proteja de los golpes que la responsabilidad propina, o si no tienes la suerte (o desgracia) de activar un bloqueo mental como estrategia involuntaria que provoque una amnesia selectiva que borre de tu mente un momento concreto y así permitir que puedas seguir adelante con tu vida. 


“un exquisito espectáculo de asfixia, claustrofobia, angustia y giros retorcidos enmarcados en una casa señorial de Philadelphia con tanta presencia como los propios personajes principales” 


Servant de M. Night Shyamalan
En los thrillers psicológicos, la culpa es uno de los elementos más redundantes que existen. Culpa y ambición, culpa y maltrato, culpa y fracaso o culpa combinado con cualquier elemento que se pueda mostrar en imágenes. La culpa y el trauma es una de mis combinaciones favoritas. Casi indivisibles y especialmente crueles, tanto la culpa como el trauma son una constante en el género, tanto en gran como en pequeña pantalla. 

familia de Servant
En este caso, es la plataforma Apple Tv quien se sube los pantalones hasta la rodilla y mete los pies en el fango más denso para ofrecer a su público la segunda serie producida por M. Night Shyamalan después de la irregular “Wayward Pines” (2015). “Servant” llegó sin hacer demasiado ruido y con los piececillos de un bebé como única referencia para el patadón que la primera temporada pega en los espectadores. Diez episodios de apenas media hora cada uno sirven para que “Servant” se convierta en una de las mejores series de 2019 (y eso que las series de ese año fueron gloriosas). Una pieza de orfebrería que, aunque veas más tarde, te permite seguir haciendo esta afirmación ya que no tiene fecha de caducidad. “Servant” ofrece un exquisito espectáculo de asfixia, claustrofobia, angustia y giros retorcidos enmarcados en una casa señorial de Philadelphia con tanta presencia como los propios personajes principales


“pese a que Shyamalan solo ha dirigido dos de los diez capítulos que componen la primera temporada, toda la serie respira su cine por los cuatro costados” 


Jericho en Servant
La historia está construida al son de los personajes y es el arco de cada uno de ellos el que determina cada pieza del puzzle macabro que se esconde en “Servant”. De esta manera, el protagonismo no queda determinado por lo divino y lo humano, sino por el grado de aceptación que tengamos con cada uno de los personajes. Las diferentes capas de la historia principal se descubren a medida que cada capítulo muestra un poco más de cada personaje, con especial relevancia en el caso de Dorothy Turner, la madre del pequeño Jericho. 

Nell Tiger Free en Servant
Es importante recalcar que cada capítulo tiene una importancia rotunda en todos los retorcidos giros del guion para que no haya espacio alguno a esa sensación de situación alargada que acompaña muchas veces a series con ritmo pausado. Ningún capítulo sobra y, pese a que Shyamalan solo ha dirigido dos de los diez capítulos que componen la primera temporada, toda la serie respira su cine por los cuatro costados. Tanto su impecable factura técnica, como la increíble atmósfera que se crea desde el capítulo inicial muestran las características principales de Maese Night, cameo incluido. El tratamiento tan realista del terror que exhibe es síntoma inequívoco de que el drama familiar, una vez más, es uno de los exponentes más potentes del horror y el mal rollo en el género, incluso por encima de los elementos sobrenaturales con los que de deliberada y ambiguamente se juega. Todo ello combinado con una apariencia de cine de terror clásico, gótico y elegante apabullante, hacen de “Servant” una experiencia tan extraña como gratificante


“El tratamiento tan realista del terror que exhibe es síntoma inequívoco de que el drama familiar, una vez más, es uno de los exponentes más potentes del horror y el mal rollo en el género” 


Rupert Grint adulto con traje
Para ello, el apartado técnico que antes destacaba muestra una soberbia fuera de toda crítica. La música compuesta por Trevor Gureckis realza cada paso de los personajes armonizándolo con cada sensación del espectador para provocar una experiencia casi inmersiva. De la misma manera, la fotografía tenue, incluso lúgubre en todas y cada una de las estancias de la casa, representa de forma exacta el vacío de cada personaje para que la explicación de cada decisión narrativa no solo quede en manos del guion, sino de una bárbara puesta en escena. Un guion, que por cierto firma Tony Basgallop con mano firme, en lo que creo que va significar un antes y un después en su carrera. 

Rupert Grint y Lauren Ambrose
El tono del que hace gala “servant” desde el principio, se mueve con soltura e inteligencia entre sus diferentes acentos. La seriedad que acompañan a personajes como Leanne (Nell Tiger Free), está íntimamente ligada al negrísimo humor con el que, en unas ocasiones rompe y en otras acentúa la tensión el tío Julian (Rupert Grint). Así como la inocencia de Dorothy (Lauren Ambrose) es el complemente perfecto de la confusión y desesperación de Sean (Toby Kebbell). Cada personaje tiene una característica propia que define toda la estructura y que conforma este asfixiante universo de herramientas psicológicas para combatir el dolor más punzante que un ser humano pueda experimentar. Para conseguir que saliera bien esta complicada jugada, en “Servant” han contado con un casting de lujo que ejecuta a la perfección la complejidad de unos personajes llenos de pequeños matices cuyo mayor reto era hacer evidentes para conseguir que el terror que se cuece a fuego lento, como una de las suculentas comidas que casi podemos paladear entre copa y copa de vino, atizara tan fuerte como lo hace el desolador capítulo nueve (el segundo dirigido por Shyalaman). 

Lauren Ambrose y Toby Kebbell
“Servant” es una serie diferente, atractiva y perturbadora que, si bien está pensada para no concluir y dejar que las muchas incógnitas generadas puedan ser resueltas en una segunda temporada, no deja al espectador con sensación de frustración ya que sí resuelve la principal de las incógnitas sobre Jericho, dejando un halo fantástico sobrevolando en círculos y así tener la posibilidad de cambio de estrategia o continuismo en la conclusión. Por lo pronto, deja el apetito tan abierto que se convierte en una incontrolable adicción en la que la recomendación personal es ver de una sola sentada, sin espacio para la reflexión entre capítulos, empapándoos de cada escena y cada llanto de bebé. Pese a que la, a priori, interesante historia de la secta se quede para un poco más adelante, la tristeza de la que “Servant” impregna la pantalla es tan evidente como estimulante y eso hace que las dudas sin resolver no sean problema alguno para otorgar puesto de honor en el universo de las series de reciente producción. 

No cabe duda de que la vida puede cambiar en un día, en una hora, en un minuto o en tan solo un segundo, pero la mente humana tiene dentro de sí una serie de estratos ocultos capaces de los más extraños mecanismos para ayudarnos, muchas veces castigándonos de la forma más inimaginable. Y solo cuando tocas fondo, sabes que tu segunda oportunidad de vivir comienza de nuevo porque a partir de ese momento todo solo puede ir a mejor. “Servant” es uno de los ejemplos más duros que he visto de estas palabras. ¿No basta solo con esto? Por si acaso, solo recordar que Shyamalan + Jason Blum es siempre apuesta segura.


8 comentarios:

Luis dijo...

Me encantó Servant. Continúo esperando ansioso la segunda temporada. Concuerdo con lo que dices Missterror sobre que en esta serie las incognitas hacen parte de guión y lo que personalmente me agrada es ver hasta donde pueden llegar las respuestas que nos van a entregar en la(s) próxima(s) temporada(s). Sin miterio no hay curiosidad.

El Rector dijo...

Tenía miedo de que el nombre de Shyamalan se utilizase solo como reclamo, al ver que tan solo diría un par de episodios. Pero si "Raised by Wolves" (la que sin duda será una de las grandes series de la década y acaba de empezar) supuraba Ridley Scott por todos sus poros, "Servant" es Shyamalan en estado puro y eso, solo puede significar una cosa, con un talento como el del hindú entre manos. Elegante, perturbadora e inmersiva como casi todo lo que sale de esa cabecita. "Droja" pura en diez capítulos que pasan en un suspiro y que te dejan con la sensación de haber hecho los deberes, pero como comentas en un análisis con el que coincido al 100%, deja con ganas de mucho más, de saber todo lo que le espera a esta particular familia de bien.

Grandes personajes, giros inesperados marca de la casa, y esa manera de cotidianizar lo imposible, tan propia de la filmografía de Shyamalan. Elementos todos ellos, presentes a lo largo de toda la temporada.

Desenado hincarle el diente a la segunda temporada y descubrir por donde nos salen esta vez. Sea como sea, estoy seguro de que se vienen sorpresas a mansalva.

Missterror, veo ese Shyamalan + Jason Blum y se me hiela la sangre. Y en este caso bien, ya digo, pero como norma, no serían dos apellidos que yo relacionaría mucho viendo las cosas salidas de una factoría y otra, jeje.

Saludos.

Krueger dijo...

Lo mejor de Servant es como sabe mantener el interés y sembrar mal rollo planteando más preguntas de las que responde. Destacable es también como la serie consigue mantener el tipo en una arriesgada segunda temporada que potencia el humor negro.

Casting perfecto, aunque el personaje de Dorothy me resulta tremendamente insoportable, aunque considero que es debido al trabajo de Lauren Ambrose.

Espero que disfrutéis la segunda temporada tanto como la primera!

Saludos!

Luis dijo...

Me acabo de enterar que hay segunda temporada...gracias Krueger!!! Voy a empezarla al toque.

Missterror dijo...

Hola, Luis. Creo que una de las claves de esta primera temporada es que, pese a que no resuelven gran parte de las incógnitas, no genera una sensación de frustración en el espectador sino de necesidad que se acoge con agrado.

Rector, cada vez que leo "Raised by Wolves" se me dibuja una sonrisa en la cara. Es una maravilla, se mire por donde se mire. "Servant" es otra. Y entiendo perfectamente ese miedo que ocasionan series producidas por astros del cine, cuya dirección se limita a un par de capítulos. El riesgo es que la serie se convierta en un híbrido poco sano de muchas referencias pero esto es algo que no ocurre en ninguna de las dos series señaladas. Cada una es puro Scott y puro Shyamalan. Ambas son totalmente adictivas
Como dices, el caso de "Servant" es especialmente habilidoso creando una normalidad de la anormalidad. Es curioso lo que nuestros mecanismos de defensa llegan a hacer con tal de pasar página y no me refiero al personaje de Dorothy, sino al resto de personajes que conviven y alimentan la situación.
Del combo Shyamalan-Blum, hasta el momento, solo han salido cosas buenas así que relaja esas venas para que la sangre no se enfríe demasiado ;)

Krueger- A puntito estoy de hincarle el diente a la segunda temporada. Ganas de ver ese humor negro aún más potenciado.
No sé si entiendo bien tu comentario sobre Lauren Ambrose. ¿Te resulta ella insoportable en el papel de Dorothy o es que lo hace tan rematadamente bien que consigue hacer que Dorothy te resulte insoportable? A mí es el personaje que más me ha impactado. Refleja el vacío en cada uno de sus gestos, actos o palabras. Sencillamente, brutal.

Un abrazo a todos.

Luis dijo...

Exactamente Missterror. En Servant, como bien lo dices, las incognitas sin responder no incomodan. Al contrario, crean profundidad a la historia y nos hace sentirnos como caminando por el valle de la extrañeza. Los personajes parecen "normales" pero toman desiciones muy bizarras, es como si todo fuera un simulacro pero ellos se han olvidado de eso y en el centro de todo está esa muñeca de bebé hiperealista. Completamente hipnotizante, imposible despegar los ojos de la pantalla.

El Rector dijo...

Pues vistos ya cuatro capítulos de la segunda temporada, muy malas sensaciones. Por el momento, muy lejos de lo visto en la primera. Relleno, vueltas sobre lo mismo y alguna decisión a nivel argumental que roza lo surrealista... espero que la cosa levante, sería una pena que la serie fuera para abajo en las primeras de cambio visto lo visto en la estupenda anterior temporada.

Saludos.

Missterror dijo...

Hola de nuevo, Luis. Una de las cosas que más me gustó de la primera temporada fue precisamente eso que tan bien describes, el hecho de que personas aparentemente "normales", tomen decisiones tan estrambóticas. Es como un suma y sigue de decisiones locas de la que el espectador es consciente, pero que parecen encajar de una manera totalmente orgánica en el relato. Cuando te paras a pensar en lo que ves, lo cuestionas, pero lo curioso es que en el momento de verlo y dejarte llevar por la narración, no lo cuestionas. Tremendo lo que se consigue en esta temporada.

Rector, tu comentario encaja muy bien con lo que Luis y yo estamos comentando ;) La primera temporada consigue algo que a la segunda se le escapa y es justamente el hecho de que te tragues las decisiones bizarras como si fuera un sorbo de vino. En la segunda temporada, esto no fluye y sin haberla completado (me faltan alguno capítulos), me perece que la frescura se ha perdido y que se están estirando demasiado determinadas situaciones que no dan para mucho más. Espero tener que retractarme de esto cuando termine los diez capítulos ;)

Un abrazo

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