Crítica: Dual

EL RECTOR NOS HABLA SOBRE CLONACIÓN (O NO) EN LO NUEVO DE RILEY STEARNS, PROTAGONIZADO POR KAREN(S) GILLAN(S)

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Y la pequeña Amy Pond, esperó y esperó en el jardín de su casa sentada sobre su maleta cuidadosamente preparada. Esperó, por supuesto, a que el señor del tiempo regresara y cumpliera su promesa de llevarla a lugares tan fantásticos como inimaginables. Y si algo tiene el señor del tiempo, es palabra. No cabe duda de que “Doctor Who” (2008 – 2013) significó el punto de inflexión en la carrera de Karen Gillan, la pelirroja escocesa que hoy, se ha convertido en una de las estrellas emergentes más brillantes de Hollywood, puerta de entrada al universo Marvel para encarnar a Nebula y de ahí, al infinito. 

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“El libreto escrito por el propio Riley Stearns tira de brocha gorda y no gasta ni un minuto en intentar dotar de credibilidad a la historia, de construir una base sólida sobre la cual edificar el grueso de la narración” 

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Pero pese a la gran popularidad adquirida por la actriz en estos últimos años y al hecho de protagonizar grandes producciones de Hollywood, Gillan ha seguido manteniendo contacto directo con otras coordenadas de la industria cinematográfica, prueba de ello esta “Dual” (Riley Stearns, 2022), una pequeña pieza de cine independiente que sin duda ha sabido rentabilizar el gancho de la intérprete para asomarse hasta un target de público que de otra forma, quizás, jamás se habría acercado a una propuesta como esta. 

Y puede que en esa pequeña trampa y cartón, una película como “Dual” tenga el mayor handicap con el que lidiar, pues el espectador puede anticipar algo que poco o nada tiene que ver con la realidad de un título que catalogado dentro de la ciencia ficción, se antoja diametralmente opuesto a lo que algunos (y me incluyo) podrían esperar. Y es que incluso la propia sinopsis del filme, parece empeñada en vender otro tipo de experiencia y si me apuras, prorrogaría la farsa a sus primeros cinco minutos. Pero no, por mucho que la cosa vaya de matar a tu clon, esto no es “El Único” (2001) de James Wong, aviso este para los que tuvieran la ilusión de volver a ver a la Gillan enfrascada en el cine de acción, si es que “Gunpowder Milkshake” (Navot Papushado, 2021), dejó a alguien con ganas de más, que todo puede ser. 

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“Karen Gillan es lo mejor de la película. Nadie puede discutirle a la actriz sus dotes para con la interpretación. Otra tema sería, su cuestionable ojo para elegir a que barco subirse” 

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“Dual” vuelve a poner sobre la mesa de disección un tema tan controvertido como es el de la clonación humana, con todos los dilemas morales que conlleva, recurrente si se quiere dentro del género de la ciencia ficción pero que aquí en el fondo, no deja de ser un pretexto para abordar el auténtico leit motiv de la cinta: las relaciones afectivas. Y lo hace en clave de sátira ligera, demasiado para mi gusto. El libreto escrito por el propio Riley Stearns tira de brocha gorda y no gasta ni un minuto en intentar dotar de credibilidad a la historia, de construir una base sólida sobre la cual edificar el grueso de la narración. Tras esta certeza, lo que nos queda es un gag de hora y media donde se aborda la relación de Sarah (Karen Gillan) no solo con sus seres cercanos, su pareja o su madre, también con ella misma. Entra ahí la figura del clon a modo de evidente metáfora existencialista sobre lo que somos, lo que podríamos haber sido y como somos percibidos por los demás. Una simpática vuelta de tuerca en modo melodramático y humor surrealista al mito del doppelgänger, al que al menos no tenemos que acudir a la cita esta vez con varias carreras académicas entre nalga y nalga como ocurriera en “Enemy” (Denis Villeneuve, 2013), aunque el desenlace, como en aquella ocasión, también tenga un trago. 

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“termina quedándose en tierra de nadie y más allá del portentoso monólogo de su actriz protagonista, deja pasar demasiados trenes en el proceso como para desarrollar un relato que resulte realmente estimulante” 

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Aunque pueda sonar a obviedad, Karen Gillan es lo mejor de la película. Nadie puede discutirle a la actriz sus dotes para con la interpretación. Otra tema sería, su cuestionable ojo para elegir a que barco subirse. Sendos ejemplos groseros de esto hemos tenido recientemente vía Netflix con títulos harto decepcionantes como la susodicha “Gunpowder Milkshake” o la aun más insufrible “La Burbuja” (Judd Apatow, 2021). Pero centrados en Gillan, lo suyo en “Dual” es impecable, con un papel hecho a su medida donde puede sacarle el máximo partido posible a esa naturalidad innata marca de la casa. Hay mucha verdad en todo lo que la actriz muestra en pantalla, algo que contrasta de manera sangrante con el surrealismo que impregna la mayoría de situaciones de la película, siempre a caballo entre el chiste fácil y la reflexión de bolsillo. 

“Dual” termina quedándose en tierra de nadie y más allá del portentoso monólogo de su actriz protagonista, deja pasar demasiados trenes en el proceso como para desarrollar un relato que resulte realmente estimulante o que aporte alguna visión mínimamente enriquecedora de alguna de las ideas que con desgana mete en la centrifugadora. Una propuesta un tanto apática que no termina de encontrar su sitio, su propósito, donde su reparto ofrece lo únicos puntos de luz de la oscura travesía, tanto por Gillan, como por un Aaron Paul que a pesar de haber visto tiempos mejores, siempre será plato de buen comer para los que formaron parte de cierto fenómeno televisivo. Yo, que siempre he sido muy fan de la señorita Pond (con permiso de la añorada Elisabeth Sladen, la mejor compañera de aventuras que haya tenido ningún señor del tiempo), pues al menos he tenido buena dosis de escocesa, por lo demás, alguna sonrisa cómplice y para de contar. 

Lo mejor: Karen Gillan al cuadrado. 

Lo peor: Que salga Karen Gillan.