martes, 7 de marzo de 2023

Crítica: La Muerte os Sienta tan Bien

NELLIE VANCE NOS HABLA SOBRE UNA DE LAS GRANDES COMEDIAS FANTÁSTICAS DE LOS NOVENTA CON UN REPARTO DE LUJO Y ROBERT ZEMECKIS A LA CABEZA


Uno de los directores más prolíficos del cine de entretenimiento norteamericano y papá de varias de las películas que han definido el cine comercial de los últimos años, no le tiene miedo al exceso. Robert Zemeckis se ha labrado una extensa carrera a base de dirigir, escribir y producir películas de casi todo género imaginable, pero caracterizadas por un entendimiento del entretenimiento como ese amplio campo juguetón donde conviven el melodrama desmesurado (“Forest Gump”, “Naufrago”), la ciencia ficción/terror de tono cómico y efectos especiales llamativos (“Regreso al futuro”, “Agárrame esos fantasmas”) o la acción mitológica (“Beowulf”). 


“una joya que recoge y asimila a la perfección el espíritu excesivo (y a ratos, gamberro) de Zemeckis”


Solo en los cinco años que abarca el periodo entre 1985 y 1990, dirigió la trilogía de “Regreso al futuro” (1985) y “¿Quién engañó a Roger Rabit?” (1988), a estas alturas ya instituciones culturales para varias generaciones que cimentaron la figura de uno de los maestros del cine comercial contemporáneo. 

La película que nos ocupa hoy quizá no sea uno de sus films más reconocidos, pero es una joya que recoge y asimila a la perfección el espíritu excesivo (y a ratos, gamberro) de Zemeckis. De ya reconocido estatus de culto pero de tibia recepción inicial, “La muerte os sienta tan bien” (1992) es la historia del divertido enfrentamiento entre la actriz Madeline Ashton (Meryl Streep) y la escritora Helen Sharp (Goldie Hawn), amienemigas desde el instituto que cultivan una fuerte competencia por la atención de los hombres. Cuando Ernest (Bruce Willis), el marido de Helen, la abandona para casarse con Madie, esta caerá en una profunda depresión de la que saldrá, años después, con un llamativo físico y un meditado plan para vengarse. La recién estrenada sensualidad de Helen despertará los celos y miedos de Madeline, que buscará cualquier remedio para recuperar su belleza de juventud y reestablecer su poder seductor, incluso aunque eso signifique acudir a lo sobrenatural. 


“una sátira excesiva y desprejuiciada del culto a la belleza y las apariencias en las altas esferas norteamericanas” 


La película construye una sátira excesiva y desprejuiciada del culto a la belleza y las apariencias en las altas esferas norteamericanas (del mundo del entretenimiento, específicamente) conjugando la fantasía y el humor negro para satirizar la obsesión por el atractivo y la juventud, y el patetismo y el vacío que subyace bajo ese estilo de vida

Así, como si crease una versión macarra y cómica de “Sunset Boulevard” (Billy Wilder, 1950), la película se sirve de divertidos efectos visuales (muy en la línea de los ya mostrados en “¿Quién engañó a Roger Rabit”) y excéntricas e histriónicas actuaciones (cuya brillantez sorprende por moverse en un registro poco habitual para los actores implicados) para construir una fábula que ironiza abiertamente sobre los valores de toda la industria sin dejar un solo aspecto o personaje que sobreviva a la burla


“una película bastante cabrona que (si obviamos sus virtudes estéticas) emparentaba más con el tono y la irreverencia del cine trash que con una superproducción hollywoodiense” 


De dirección excelsa y cuidado casi exquisito en los aspectos que conciernen a la forma y la estética (la dirección de fotografía de Alan Silvestri y su énfasis en los decorados estilo gótico, la música, el vestuario) no encontró su nicho crítico hasta muchos años después, sin duda debido a su inclinación a lo grotesco (ojo a la transformación de Streep o las escenas finales) y a ser, no vamos a engañarnos, una película bastante cabrona que (si obviamos sus virtudes estéticas) emparentaba más con el tono y la irreverencia del cine trash que con una superproducción hollywoodiense. El tiempo parece haber hecho justicia a la película y, paradójicamente, el envejecimiento de los efectos visuales no hace sino casar estupendamente con el tono petardo del film, situando a la película como una de las comedias más divertidas y excitantes de la década de los 90.


4 comentarios:

Jason Myers dijo...

En su día me pareció una gamberrada divertidísima y los efectos especiales me sorprendieron muchísimo para la época, me parece genial que reivindiquéis este tipo de pelis, muchas gracias.

Chupasangre dijo...

Floja y aburrida al principio, pero "la muerte le sienta tan bien" que a partir de ahí la película gana enteros. Agradezco la crítica, pues de no ser por ella seguramente nunca le habría dado una segunda oportunidad a esta comedia que hace algunos años quité antes de ese "accidente" en las escaleras... Y que no sabía lo que me perdía.

Saludos.

RoloS dijo...

Nellie la primera vez que la vi (era muy pequeño) no la aprecie por que no la supe entender.
Cuando la vi de nuevo años despues, me di cuenta que estaba ante una joyita, una película cuidada y con una mayor profundidad de la que pensaba en un primer momento.
Recuerdo la tensión que sentí cuando Bruce Willis intentaba escapar del castillo (y eso es muestra de virtuosismo de la dirección), con riesgo de caer al vacio y matarse.
El final en el velorio es antológico.
Gracias por la critica Nellie.

Victor dijo...

Desde el mismo día que la vi me cautivó...allá por el 94 o 95. Me gusta toda ella, y el personaje de Willis,,,mi favorito de su carrera.
Un saludo

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