MISTER MOLOKO NOS HABLA SOBRE LA ADAPTACIÓN DEL MANGA HOMÓNIMO DE HIDEO YAMAMOTO A MANOS DEL PROLÍFICO TAKASHI SHIMIZU
Tengo que reconocer que en general no me apasionan demasiado los “live action” basados en mangas. Aunque el nivel de producción de la industria cinematográfica japonesa sea ingente y resulte muy complicado establecer una norma general (se estrenan unos treinta títulos de estas características al año), lo cierto es que considero que estos films suelen aportar muy poco respecto a las obras gráficas que recrean y que en muy raras ocasiones logran interesarme. Casos como el de “Ichi the killer” (2001), “Oldboy” (2003),“Sundome” (2007), “I am a hero” (2015) o “Museum” (2016), serían algunas de las excepciones a esta norma. Creo que en ellas, como en algunas otras que no cito por espacio, los guionistas y realizadores han sabido respetar la letra original, aportando ideas cinematográficamente interesantes y manufacturando productos dignos.
“Shimizu filma un mundo alucinado y alucinante, convirtiendo en imágenes, de forma harto efectiva, la grotesca percepción de la realidad que, a partir de la trepanación, tiene nuestro protagonista”
Por el contrario, casos como los de “Ataque a los titanes” (2015), “Fullmetal Alchemist” (2017), o “Terraformars” (2017) serían los ejemplos claros de lo que no debería ser nunca una adaptación: meras recreaciones de los aspectos más superficiales de las obras originales con elementos estéticos propios de cosplayers de convención de Manga. Eso por no nombrar las traslaciones que los norteamericanos hicieron de “Dragonball” (2009) o “Death Note” (2017) que son directamente de juzgado de guardia. Para aquellos que no estén de acuerdo conmigo, en mi descargo diré que soy un lector muy selectivo de manga y mi contacto con estas obras se circunscribe a títulos y autores muy concretos y siempre dentro del género Seinen (mangas para adultos).
“Homunculus” (2021) es una creación del mangaka Hideo Yamamoto (el autor de "Ichi the killer") y se publicó originalmente dentro de la revista Big Comics Spirits entre el 2003 y el 2011. La obra fue recopilada en quince tomos de los cuales en España sólo hemos podido disfrutar de los nueve primeros ya que la editorial Ponent Mon, poseedora de los derechos, decidió cancelar la colección a causa de las bajas ventas y de los continuos retrasos de su autor. He podido leer los cinco primeros y tengo que reconocer que “Homunculus” es una obra cuanto menos curiosa. Y no debo ser el único que piensa eso ya que el manga se ha ido convirtiendo, a lo largo de los años, en un objeto de culto gracias a su original punto de partida inicial, al peculiar universo que nos presenta y a lo perturbadores que resultan algunos pasajes. Sus páginas están llenas de ideas loquísimas que, por extrañas que parezcan, tienen todo el sentido del mundo dentro del contexto de la historia. Yamamoto integra conceptos propios de la ciencia ficción y el terror dentro de una nada indisimulada crítica a la sociedad japonesa y a sus rasgos definitorios más característicos. Un manga interesante en el que el autor, además, ofrece un catálogo de composiciones gráficas bizarrísimas que por sí mismas ya darían para un buen libro de ilustraciones.
Este 2021 ha llegado a las pantallas la adaptación en “live action” del manga…¡Y dirigida por el señor Takashi Shimizu! El director de “Ju-On”, con alguna honrosa excepción, nunca ha sido santo de mi devoción. Creo que Shimizu se ha convertido en un funcional estajanovista del cine japones que, sin el talento, la mirada turbia y la mala uva de Takeshi Mike o Sion Sono, se limita a dirigir su par de películas anuales esperando que alguna vez suene la flauta. Y sí, entre tanta producción tiene cosas interesantes, pero en general me parece un autor plano que se ha acomodado a una fórmula que le funciona a la perfección. Con todos estos antecedentes, mi curiosidad por comprobar que había hecho el realizador con un material tan atípico como este era muy grande.
“Mi sorpresa fue todavía más grata cuando constaté que Shimizu incluso se ha atrevido a incluir en la película uno de los capítulos más polémicos del manga”
La película nos explica la historia de Susumu Nakoshi un hombre que, voluntariamente, se ha ido a vivir a un campamento de mendigos con la finalidad de apartarse de la sociedad. Un buen día un extraño personaje le ofrece un curioso trato: recibirá una importante cantidad de dinero a cambio de dejarse hacer una trepanación y narrar las experiencias que pueda tener a partir de esa intervención. El agujero en el cráneo va a lograr que nuestro protagonista tenga una nueva percepción de la realidad y que su interacción con ella cambie por completo. Todo ello tendrá consecuencias imprevistas.
Los dos primeros tercios de la película me han resultado gratamente sorprendentes. El director no sólo es capaz de describir ese Tokio sucio, sórdido y decadente en el que vive Nakoshi, sino que también recrea a la perfección, y de forma muy comprensible para el espectador que desconozca la obra original, las ideas surrealistas de Yamamoto. Shimizu filma un mundo alucinado y alucinante, convirtiendo en imágenes, de forma harto efectiva, la grotesca percepción de la realidad que, a partir de la trepanación, tiene nuestro protagonista. Desde mi punto de vista en esta primera parte se cumplen tres premisas imprescindibles para que la película funcione: hacer inteligible una historia objetivamente compleja, mostrar muy bien el contexto en el que se desarrolla la acción y hacer creíbles esas visiones inefables y retorcidas que sufre el protagonista. Incluso el director se atreve a tratar los aspectos más psicoanalíticos y hacerlo de forma efectiva con pequeños, pero significativos, detalles de guion y puesta en escena. Y encima la fotografía, las interpretaciones y los efectos especiales están a la altura.
Mi sorpresa fue todavía más grata cuando constaté que Shimizu incluso se ha atrevido a incluir en la película uno de los capítulos más polémicos del manga. No voy a desvelar nada para no entrar en el terreno de los spoilers, pero estoy seguro que de haber sido este un film con un target menos nicho (sinceramente creo que el subscriptor medio de Netflix la ha abandona a los veinte minutos) hubiera causado no pocas opiniones airadas en redes sociales. Pero, polémicas aparte, debemos reconocer que dicha secuencia esté tan bien integrada dentro de ese mundo pesadillesco y demencial que ni siquiera chirría demasiado.
“sin ser una mala película, es una obra que entra en la categoría de esos films que pudieron ser y se quedaron en el limbo de lo que han sido”
El problema viene en su último tercio. Es en ese momento cuando el director se olvida del psicoanálisis, el “body horror”, la atmósfera opresiva y las influencias de David Cronenberg, para centrarse más en la vertiente dramática y, con ello, meterse en un berenjenal de mil pares de narices. Es ahí donde la película se vuelve reiterativa, cansina, críptica. No entiendo muy bien porque se rompe con todo lo acertadamente planteado con anterioridad para dar paso a un desenlace francamente mal contado y que no nos lleva a ninguna parte. Y el problema no es sólo que para llegar a ello se haya modificado el final del manga original (que eso no tiene porque ser un problema), sino que todas las ideas acertadamente expuestas en los inicios son obviadas para convertir la historia en algo insulso que ni siquiera se entiende bien.
Dicho así suena desconcertante, pero es precisamente esa la sensación que me ha dejado en el cuerpo. No tengo ni idea de si ese cambio de tono tan brusco es a causa de la presión de los productores (algo que dudo ya que le han permitido incluir la parte más polémica), de una incapacidad manifiesta por acabar de forma coherente la película o de otra, al menos para mí, incomprensible circunstancia. Pero es así. ¿Esta tan malo este final? No, pero desentona con el acertadísimo planteamiento del inicio y el nudo, desvirtúa en parte la historia y nos deja, y perdonen por la vulgaridad, con una molesta sensación de “coitus interruptus”. “Homunculus”, sin ser una mala película, es una obra que entra en la categoría de esos films que pudieron ser y se quedaron en el limbo de lo que han sido. Ello, empero, no tiene que empañar la valentía a la hora de trasladar una obra compleja y hacerlo, al menos en su tres cuartas partes, con un buen pulso narrativo. Jugar la carta de adaptar un manga tan complejo era todo un reto y el bueno de Shimizu no ha logrado dar con la tecla adecuada que le hubiera permitido lograr, si bien no una película magistral, si una obra estimable. Y visto lo visto es una verdadera lástima.
0 comentarios:
Publicar un comentario
¿Tienes opinión? No seas tímido/a y compártela, pues en la diversidad está el gusto. Eso sí, intentemos no destriparle la película a nadie y avisa de SPOILERS al resto de lectores/as siempre que tu comentario los contenga. De no ser así, este será eliminado. Gracias.