Crítica: Tin & Tina

KRUEGER NOS HABLA SOBRE LA ÓPERA PRIMA DE RUBIN STEIN, TERROR COSTUMBRISTA BASADO EN EL CORTOMETRAJE HOMÓNIMO

---

No he visto el cortometraje homónimo de la reciente “Tin y Tina” (Rubin Stein, 2023), pero era consciente de que atesoraba en su haber un buen puñado de premios en todo tipo de festivales. El material de partida era bueno, vaya. Un tráiler potente y un material publicitario exquisito terminaron por convencerme de dar una oportunidad al film; pues bien, “Tin y Tina” demuestra lo bien que le sienta al género hundir sus garras en el costumbrismo e idiosincrasia puramente españolita; y sí, lo digo de forma peyorativa. 

---

“no estamos precisamente ante una película de terror, sino más bien ante un drama de época” 

---

Existe una amplia tradición de infantes malnacidos (nunca mejor dicho) en el cine fantástico, desde el cabroncete de Damien en “La Profecía” (Richard Donner, 1976) hasta los disgustos de Rosemary en “La Semilla del Diablo” (Roman Polanski, 1968). Incluso podríamos hablar de “El Pueblo de los Malditos” (Wolf Rilla,1960) con los que nuestra pareja protagonista, Tin y Tina, comparten peluquero; pero casi siempre estas obras se han trabajado desde un enfoque fantástico, satánico o de ciencia ficción. Muy pocas veces el comportamiento anormal de los pequeños hijos de una hiena ha ido unido al fanatismo religioso, o al menos yo no recuerdo ningún ejemplo. 

Ahí se encuentra el primer aspecto que debe aclararse sobre “Tin y Tina”: no estamos precisamente ante una película de terror, sino más bien ante un drama de época (casi contemporánea), que presenta una serie de estampas (y comportamientos) escalofriantes con la excusa de la religión, aunque puestos a ponernos tiquismiquis... ¿Acaso no es la Biblia el libro de fantasía definitivo? Valga de aviso para quien pretenda encontrar una película plagada de jump scares o niños poseídos por el diablo. 

---

“El director cuida y mima el aspecto visual de la cinta, de la que resulta sencillo recordar bastante planos, especialmente si hablamos de los momentos de impacto” 

---

En plena Transición (es importante para el mensaje, algo evidente, del film) un matrimonio descubre, durante su boda, que han perdido la capacidad de dar a luz. Bueno, concretamente ella, que ahora se nos llena la boca con lo de que ser padres es cosa de dos, algo que es cierto, pero que yo sepa nosotros no nos tiramos nueve meses con un bicho en la barriga cual alien. Lo que en un principio parece ser el fin de la felicidad, da un giro al plantearse adoptar a un par de niños albinos, más raros que un perro verde, que no sueltan la Biblia ni a palos. Lo que podría ser el inicio de una nueva vida, se convierte en un auténtico vía crucis, en el que las ideas de muerte, castigo, redención, religión y Dios, así es mayúsculas, desfilan ante nuestros ojos gracias a una cuidada y preciosista (sin recargar) puesta en escena. 

El director cuida y mima el aspecto visual de la cinta, de la que resulta sencillo recordar bastante planos, especialmente si hablamos de los momentos de impacto (no se me va de la cabeza cuando se descubre la forma de ver a Dios…). También muestra que no se achanta, aunque se trate de su primera película, y entrega un portentoso plano secuencia, de varios minutos, en la parte final del film. Menos afinado podíamos decir que se encuentra el guion, que trabaja mejor unos roles que otros: Milena Smit es un personaje fascinante, mientras que Jaime Lorente representa más una idea que un personaje tridimensional. Aunque sí que hay que reconocerle al libreto como suelta, durante todo el metraje, miguitas de pan que una vez vista la obra completa, adquieren total y pleno significado, además de jugar abiertamente con la ambigüedad del film. 

---

“el autentico terror nace de recordar que nuestro país ha legado al mundo algo como el Super Disco Chino de Enrique y Ana” 

---

Aunque no produzca escalofrío en ninguna momento, “Tin y Tina” es una película totalmente recomendable. Debe uno ser consciente de lo que va a ver, ya que más que una película de género, el film es un retrato de un país que es, ha sido y será siempre machista y capillita, por muchos cambios en los que esté metido. Y lo peor de todo es que casi es mejor no pensar y marcar la X en Iglesia en la Renta, nos vaya a pillar Dios no confesados. Con todo y con eso, con todas las atrocidades que la película muestra y la dureza de su mensaje en ciertos fragmentos: el autentico terror nace de recordar que nuestro país ha legado al mundo algo como el Super Disco Chino de Enrique y Ana. Malos tiempos para la lírica.