Crítica: Lady in White

SHAGGYFARACHE NOS HABLA SOBRE "LADY IN WHITE". UN CUENTO DE HADAS MODERNO

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Es la noche de Halloween del año 1962 en el pequeño pueblito de Willowpoint Falls en donde Frankie, un pequeño niño de 12 años, queda atrapado en un cobertizo de su escuela como resultado de una travesura escolar. Mientras Frankie se resigna a tener que pasar la noche encerrado, de repente es testigo de la aparición del fantasma de una pequeña niña asesinada muchos años antes. Frankie todavía no ha salido de su asombro y del susto inicial cuando de repente un hombre enorme envuelto en sombras aparece de entre la oscuridad y trata de estrangularlo salvándose milagrosamente cuando de afuera aparece la policía y el asesino se ve obligado a escapar. A partir de ese momento, Frankie comenzará a investigar por su cuenta el terrorífico misterio de la niña asesinada, la no menos misteriosa aparición espectral de una dama de blanco y la identidad del asesino que intentó matarlo, pero al hacerlo, las consecuencias serán tan terribles como insospechadas. 

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“un proyecto muy personal de Fran LaLoggia, un joven cineasta con poca experiencia pero con mucha determinación” 

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Esta es la premisa de una pequeña cinta del año 1989 llamada “Lady in White” ("La Dama de Blanco") que debió haberse convertido en una película de culto, pero terminó sepultada casi en el olvido por culpa de la inexperiencia y la falta de visión. 

Un cuento de hadas moderno 

La idea de esta película nació de la famosa leyenda urbana local sobre La Dama de Blanco que pierde a su hija a manos de un asesino, y al morir, el espíritu de la mujer vaga constantemente buscando a su hija sin éxito. La idea era tomar prestado el núcleo de esa leyenda para recrear una gran historia de detectives donde un niño, al que nadie parece creerle, busca por su cuenta la identidad del asesino y trata de devolverle la paz a la madre y a su hija. Sin duda era un plot poderoso y tenía mucho potencial. Se trataba de un proyecto muy personal de Fran LaLoggia, un joven cineasta con poca experiencia pero con mucha determinación, que lo abrazó por completo manteniendo bajo su mando el control creativo siendo el compositor de la banda sonora, el productor principal, guionista y director y consiguiendo el apoyo de la productora de Samuel Goldwyn y la distribución de New Century Vista. 

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“los personajes quedan envueltos en un misterio bien contado y con situaciones intensas y emocionantes” 

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Para el papel protagónico eligió a Lukas Haas, un joven actor de apenas 12 años que ya había demostrado un inmenso talento en la excelente “Único Testigo” (1985) de Peter Weir para dar vida de una manera muy efectiva a Frankie dotándolo de sensibilidad, tenacidad y valor y rodeándolo de buenos actores competentes como Tom Bower, Alex Rocco, Katherine Helmond y Len Cariou. Y el resultado es sobresaliente a nivel de guion, actuación y desarrollo, donde los personajes quedan envueltos en un misterio bien contado y con situaciones intensas y emocionantes en donde no faltan los aspectos históricos de los Estados Unidos de los años 60s lleno de prejuicio, racismo e injusticia social para crear un gran film noir donde nada es lo que parece. 

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“su escaso presupuesto de apenas 4,7 millones de dólares, resultó absolutamente deficitario para invertir de una manera adecuada en los indispensables efectos especiales” 

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Sin duda el gran capitán del barco es Haas que a lo largo de todo el metraje supo mantener una actuación consistente donde el miedo y el valor aparecían por igual junto al apoyo de un Len Cariou en uno de sus mejores papeles. Esta coherencia dramática estaba bien soportada gracias a la fotografía de Russel Carpenter y a una edición eficiente de Steve Mann donde supieron sacar provecho de los juegos de luces y sombras de forma adecuada y transmitir el terror que parece apoderarse de todos. 

Una película “casi” de culto 

Sin embargo, esta amalgama de buenas intenciones no logra que el film trascienda y se desarrolle de una manera plenamente satisfactoria debido a tres factores de gran importancia, el primero fue la escasa capacidad como director de LaLoggia al no ofrecer una puesta en escena sólida, que si bien recibió mucha ayuda del director de fotografía, no logra mostrar planos realmente impactantes. El segundo factor fue mucho peor e hizo que la película zozobrara totalmente: los efectos especiales, los cuales fueron pésimos y que en algunos planos estuvieron tan mal filmados que casi sacaban al público de la historia. El tercer factor que torpedeó completamente el éxito de la película se debió a su escaso presupuesto de apenas 4,7 millones de dólares, resultó absolutamente deficitario para invertir de una manera adecuada en los indispensables efectos especiales y en mejorar un poco más los recursos técnicos. Tal vez si esta película hubiera sido dirigida por John Carpenter, George Romero o por Roger Corman, todos ellos directores con mucha experiencia exprimiendo escasos recursos financieros, el resultado pudo haber sido muchísimo mejor, pero a pesar de estos desatinos que impidieron que la película fuera una cinta de culto, “Lady in White” es una historia poderosa y con unas actuaciones muy buenas, lo que convierte a esta película en una buena opción para verla muy de vez en cuando, en especial en medio de la oscuridad.