MISSTERROR NOS HABLA SOBRE LA NUEVA Y POSIBLEMENTE ÚLTIMA FANTASÍA ANIMADA DEL MAESTRO NIPÓN HAYAO MIYAZAKI
Entré en el universo Ghibli de la mano de Chihiro. Yo era ya muy mayor y llegaba con muchas lecciones aprendidas, pero nunca imaginé experimentar sensaciones tan potentes como las vividas al lado de personajes tan importantes para las artes como Totoro, Ponyo, Howl, Yubaba, Chihiro, Arrieti, Porco, Kiki o San, entre otros. Hayao Miyazaki siempre ha sabido tocar las teclas exactas para convertir cualquiera de sus películas en acontecimientos artísticos de primera categoría. Cultos instantáneos con una marcada denominación de origen, que servían para tratar traumas y mostrar la evolución humana desde un prisma naturalista, antibelicista y comunitario. La nueva entrega de este gran director es, por supuesto, uno de los eventos del año.
“La conjugación de fantasía y aventura se eleva por encima de la emoción y esto hace que El chico y la garza no sea una película lacrimógena, sino un canto al imaginario de Miyazaki”
Diez años después de lo que ya pensábamos que sería su última película, “El viento se levanta” (2013), el genio de la animación, a sus 82 años, regresa al mundo de la dirección para probablemente cerrar su carrera con broche de oro y rendir tributo a unas de sus novelas favoritas de infancia, “How do you live?” (Escrita en 1932 por Genzaburo Yoshino). Guerra, pérdida y descubrimiento vuelven a ser las constantes de su narración. La conjugación de fantasía y aventura se eleva por encima de la emoción y esto hace que “El chico y la garza” (2023) no sea una película lacrimógena, sino un canto al imaginario de Miyazaki.
La historia detrás del chico es bastante típica del director japonés. Huérfano de madre, emprende un viaje de duelo, aceptación y conocimiento que le lleva a un mundo de fantasía bastante más complejo de lo habitual. La historia de la garza entronca con la visión fantástica de la transformación. Ambientada en la guerra del Pacífico, Miyazaki emplaza a Mahito, su protagonista, en una villa en el campo. La naturaleza, siempre presente, vuelve a servir de vínculo entre lo real y lo irreal y es llave de apertura a nuevos mundos en una trama que gira en torno a la percepción del mundo de Mahito, afrontando una nueva realidad en lo que para él es un mundo hostil.
“Se nota que detrás de la adaptación de la novela, hay mil ideas que el propio Miyazaki quería añadir y en ocasiones esto genera altibajos en el ritmo”
El viaje de conocimiento podría recordar a Chihiro por su naturaleza curiosa, pero el modo de desarrollar la fantasía tiene mucho más de “El castillo ambulante” (2004) que de cualquier otra de sus películas. Todo arranca desde el drama más genuino, nada más triste que ver a un niño que se siente totalmente solo en este mundo. Afortunadamente no es un drama al que le guste hacer sangre y centrarse en sensacionalismos, sino que es un punto de partida emocional de pura supervivencia, necesario para entender todo el proceso por el que debe pasar Mahito y el espectador.
“El chico y la garza” plantea un guion complejo, con extraños viajes dimensionales y metáforas que no siempre se entienden. Se nota que detrás de la adaptación de la novela, hay mil ideas que el propio Miyazaki quería añadir y en ocasiones esto genera altibajos en el ritmo. Se van abriendo muchos frentes y no todos ellos se cierran de una manera sencilla, lo que por parcialmente no supone problema, pero dificulta la comprensión total del relato. Esta película requiere atención a cada línea de diálogo, algo que se hace complicado con un despliegue artístico absolutamente imponente. Teniendo en cuenta todos y cada uno de los detalles que hay en cada escena, la brillante banda sonora y efectos de sonido que acentúan cada fotograma y la belleza de cada dibujo, el cerebro deja que la vista tome el control y el oído se centra más en cada efecto de sonido que en las voces que explican la historia. Esto es lo que hace que en ocasiones pierdas el hilo y cueste un poco recuperarlo.
“invita a la reflexión, a la emoción y a la aceptación de la imperfección de este mundo. Lo hace tejiendo universos incompletos y defectuosos y sobrecargando la narrativa”
En esta historia de esperanza, el equipo de Miyazaki opta por una estética muy reconocible. Los artesanales mundos mágicos son el complemente perfecto para dar énfasis y ayudar a dibujar a unos personajes quizá no tan memorables como en las películas más emblemáticas del director, pero deliciosos al fin y al cabo.
“El chico y la garza” invita a la reflexión, a la emoción y a la aceptación de la imperfección de este mundo. Lo hace tejiendo universos incompletos y defectuosos y sobrecargando la narrativa, pero describiendo la resiliencia de una manera alejada de cualquier ñoñería, algo que se agradece. Miyazaki ha sembrado dudas sobre una nueva película y eso siempre es buena noticia, pero desde mi punto de vista, si “El chico y la garza” fuera su última aportación al mundo del cine, sería una despedida a la altura del director de cine de animación más grande de todas las épocas.
3 comentarios:
Muy de acuerdo con todo lo que comentas, Missterror. En lo personal, he agradecido mucho que la historia no se decante por el drama explícito y que abogue más por disfrazarla de fantasía, dejando el reverso más "ñoño" a la parte metafórica. De esta forma, se disfruta mucho más una película como "El Chico y la Garza", una suerte de "Historia Interminable" animada con algunos pasajes (no todos) de una belleza abrumadora (el prólogo me parece fabuloso). Si bien lo que más me ha maravillado es el mimo puesto en el apartado sonoro, es increíble descubrir como cada acción en la película tiene su respectivo sonido, las pisadas sobre diferentes terrenos es un ejemplo de ello.
Aunque mi opción era "Sand Land" (a la que le sigo teniendo unas ganas enormes y no sé si tendré oportunidad de satisfacerlas más allá del festival), reconozco que esta última obra de Miyazaki me ha resultado bastante más disfrutable de lo que esperaba, en comparación a otros títulos suyos. Lo cual no es moco de pavo.
Saludos.
Hola, Rector. Teniendo en cuenta que el peso de la narración descansa en la pérdida, hubiera sido fácil y hasta cierto punto, justificado que se explorara ese lado que apela a la lágrima, pero por suerte, la fantasía es una canalizadora de emociones de primera.
A mí todos los pasajes me han resultado bellísimos. Creo que es en este aspecto es tan homogénea como el resto de sus películas. No encuentro altibajos en este aspecto. Lo del apartado sonoro es de traca. Una brutalidad.
Me alegra que "El chico y la garza" ganara la apuesta animada. A "Sand Land" ya le llegará su momento.
Un abrazo.
Missterror, pues a riesgo de que se me linche públicamente, te diré una cosa que siempre he pensado: Toriyama>Miyazaki :)
Saludos.
Publicar un comentario
¿Tienes opinión? No seas tímido/a y compártela, pues en la diversidad está el gusto. Eso sí, intentemos no destriparle la película a nadie y avisa de SPOILERS al resto de lectores/as siempre que tu comentario los contenga. De no ser así, este será eliminado. Gracias.