Crítica: La Conferencia

ARTORIUS NOS HABLA SOBRE UNO DE LOS GRANDES ÉXITOS DE TERROR DE LA TEMPORADA. EL SORPREDENTE SLASHER SUECO DE PATRIK EKLUND

---

Y de repente, así sin más, me saltó el sleeper del año. De manos de un director del cual desconocía todo, esta película sueca se ha convertido en una de esas sorpresas que no te esperas y que te alegra el año de forma notoria. Y ojo, no es que innove en su género (el slasher), pero es que el horror “real” que rodea la trama, el horror humano descarnado, cafre y por qué no decirlo, tremendamente divertido, hace que todo el conjunto no solo valga la pena, sino que la eleva por encima de su condición de simple película de asesinatos y casquería hacía una acertadísima crítica social.  

---

“se ha convertido en una de esas sorpresas que no te esperas y que te alegra el año de forma notoria. Y ojo, no es que innove en su género” 

---

Porque sin caer en el spoiler (o quizá sí, disculpen el entusiasmo), me he sentido muy identificado con el teórico malo de la película. Admito sin problemas que he aplaudido con entusiasmo determinadas muertes, las de aquellos personajes que encarnan lo PEOR, así con mayúsculas, que te puedes encontrar en el trabajo: Jefes tiránicos con menos humanidad que un Alien, pero revestidos de discursos “buenistas” culpabilizadores al empleado al que has machacado hasta provocarle una crisis de salud, el trepa encocainado hasta las cejas, que para él la humanidad es solo un peldaño a escalar en su bien vista y psicopático ascensión social, el hipócrita que ve cómo la empresa es un ambiente hiper tóxico y tiene las santas gónadas de ir criticando al resto por lo mal que se portan mientras él, simplemente, no hace nada para luchar contra lo que se queja, el racismo laboral mal disimulado que da vergüenza ajena pero que “los de dentro” han acabado aceptando.

Sí, están todos aquí, amigos lectores. Todos los que pueden convertir tu trabajo en una empresa en una auténtica pesadilla. Putos monstruos reales encarnados por actores la mar de competentes, a los que tienes ganas que les den pasaporte a los cinco minutos de iniciarse la trama y que, según crece el crescendo rumbo a la escabechina, esas ganas se convierten en un ansia demoledora de justicia. Pero justicia ya no hacía la sufrida protagonista, o hacía la pobre gente presa de este monstruo que son las empresas del ibex 25, sino justicia hacía el espectador. Un espectador que fijo que se ha encontrado con estos cabritos, con otro nombre y otra cara, por lo que la sensación que te deja cada muerte es el de una venganza largo tiempo aplazada que….. INTERRUMPIMOS LA CONEXIÓN PARA ESCUCHAR LA PALABRA DE RAYBA, ALTA SOBERANA DE LA CASA DE ARTORIUS. 

---

“Putos monstruos reales encarnados por actores la mar de competentes, a los que tienes ganas que les den pasaporte a los cinco minutos de iniciarse la trama” 

---

Hola, soy la esposa de Art0rius, la que escribió la crítica a “El Juego del Calamar” (2012), y voy a hacer un inciso: Llevo 5 buenos años trabajando en una multinacional de esas que te meten discursos motivadores hasta en el wc y que, a la que te enfermas debido al nivel de exigencia que tienen, te tratan como un número y te mandan al psicólogo laboral más imbécil de la galaxia para que te provoque una crisis. Era ver esta película (mi señor marido la puso y me enganché como una loca) y quiero apuntar varios aspectos que me han parecido sencillamente sublimes: 

-El tratamiento del team building. Cualquiera que haya trabajado para una multinacional sabe de qué hablo: esas reuniones que teóricamente ayudan al equipo a colaborar mejor. Personalmente yo con mi equipo actual me llevo de maravilla y no me molestan esas actividades, pero he estado en otras multinacionales en las que el ambiente no era exactamente el mismo, y ya os digo que esa actitud forzada de “vamos a pasarlo bien porque es lo que nos toca” puede ser horrorosa. Me encanta cómo lo han hecho. 

-Lo repugnantes que son los planos en que comen. Se me revolvía el estómago con esos planos cortos en que tomaban coca-cola, o frankfurts, o cómo se servían la salsa. El director se ha tomado la molestia de mostrar lo asqueroso de una sociedad hiper-capitalista (la nuestra, en realidad, la de todos) a través de esos detalles, de ese engullir sin disfrutar, de ese goce obsceno por la comida basura porque oye, eso de la comida sana y el comer despacio queda muy bonito cuando te lo dice el dietista, pero a ver quién es el guapo que lo cumple en una empresa donde te ponen objetivos diarios. Para que me entendáis, con las escenas gráficas de asesinatos apartaba la vista porque soy un pelín aprensiva (cosas del EPT), pero en las de comida… Ufff, se me revolvía hasta la primera papilla. Maravilloso. 

---

“tiene pulso, brío, y enlaza planos generales con cierres de cámara bruscos muy buenos, y una manera desprejuiciada de filmar la violencia” 

---

-Lo gráfico de las muertes. No me voy a poner a hablar de mi trabajo (otra vez), pero baste decir que me ha tocado el suficiente gore en vida real como para hacer que me ría la mar de a gusto cuando veo una muerte mal hecha (esos slasher con salsa roja, roja), pero que tengo que apartar la mirada si me parece bien hecha. Aquí yo aparté la mirada varias veces hasta que se acababan los gritos. Y me parece fantástico que sea así, qué cojones, esto es un slasher, no un paseo por el campo. Aunque lo de la sartén aún me está haciendo reír, eso sí… Soy una básica. 

-La justicia al estilo Viejo Testamento, y no voy a entrar en detalles para no spoilear. Pero vamos, lo que me pude reír cuando la imbécil de la jefa empieza a rezar aquello de “justa es tu ira” y, no estoy segura porque la traducción cuando hay que encajar en bocas y del sueco es lo que es, pero yo diría que está citando lo de Romanos 2:5-8 (no os quejéis, os lo pongo fácil para buscar la cita) y va y Dios la escucha…  

-El asesino, al que me niego en redondo llamar psicópata, porque no lo es. No digo más porque, lo dicho, spoilers y es feo, pero si la veis fijaos en el momento en que se toma las pastillas, y ahí remito a una gran lectura como es “El Gran Delirio” de Norman Ohler. Estoy casi segura de que eso eran meta anfetas. Con esto, devuelvo el control a Art0rius, que habéis venido a leer su crítica, no la mía, digo yo... RAYBA HA HABLADO. PUEDE USTED SEGUIR CON SU CRÍTICA... er... bueno... ¿y ahora qué digo?  

Ah sí, los aspectos técnicos! Pues oye, me ha sorprendido muchísimo el trabajo de este Patrick Eklund, co-guionista de la adaptación de la novela original: su cámara tiene pulso, brío, y enlaza planos generales con cierres de cámara bruscos muy buenos, y una manera desprejuiciada de filmar la violencia que ha ganado un seguidor conmigo. Y todo lo que es dirección de actores, soberbio: saca lo mejor y más satírico de cada actor y lo plasma en pantalla con certera eficiencia. Para mí, junto a la fotografía, un bra-vo. En cuanto al asesino en cuestión, no voy a decir nada más que cierta decisión que toma el director-guionista es tremendamente valiente, en el sentido de todo lo dicho antes: El Minero, con su look de slasher rozando el ridículo (¿y cual no? ¿o es que una mascara de hockey es glamourosa?) es una parte de todos nosotros. Una parte oscura, dañada y rencorosa, pero que existe. El Minero tiene mil caras, el Minero puedes ser tú, puedo ser yo, puede ser cualquiera en determinadas circunstancias. Y eso es lo que da más miedo.  

Lo mejor: Las interpretaciones…¿Pasadas de rosca o terriblemente realista en lo familiar? El buen hacer del director. Momentos de humor nórdico de esos que descolocan. La violencia, seca y con un tono cartoon en ocasiones, y la preparación de la fiesta por parte del Minero. El Slasher/comedia cafre del 2023 para el que suscribe. Adam Lundgren. ACTORAZO. 

Lo peor: Que los monstruos de esta película existen. Y no hablo del Minero. Cierta falta de atrevimiento en los momentos de casquería.