Crítica: Hobo With a Shotgun

“Machete” fue el primero de los falsos tráilers de la doble sesión de Grindhouse,  dirigida por el tándem Rodriguez/Tarantino (“Planet Terror” y “Death Proof”), en dar un inesperado salto evolutivo, mutando de la inicial broma entre amigos tal y como originariamente fue concebida, a un largometraje plagado de estrellas y de gran repercusión mediática. Pero no fue el único, el canadiense Jason Eisener, desde las sombras y sin hacer mucho ruido, siguió los pasos de Rodriguez y decidió llevar a la pantalla “Hobo With a Shotgun”, otro de aquellos falsos tráilers que quedaron un poco a la sombra de las aventuras del vengador mexicano  y que el mismo había escrito, donde un vagabundo decidía tomarse la justicia por su propia mano en plan Charles Bronson y limpiar las calles de delincuencia con la única ayuda de una escopeta. Paradojas de la vida y después de la pequeña decepción que supuso “Machete”, pese a sus virtudes, posiblemente el trabajo mas flojo del director de origen mexicano, “Hobo With a Shotgun” se destapa como una de las propuestas Grindhouse mas genuinas y espectaculares del siglo XXI, llegando de tapadillo y por la puerta de atrás, pero con un nivel de calidad muy superior al que solemos encontrar en la actualidad en este tipo de películas y sobretodo, superando con creces lo visto en “Machete”.

“Hobo With a Shotgun” es la vida de un vagabundo que viaja en tren hasta donde le lleve el destino. Este, siempre caprichoso, hace caer sus huesos en una ciudad sin ley donde un mafioso llamado Logan que hace y deshace a su antojo, ha convertido el lugar en su campo de recreo particular. Nuestro amigo indigente intenta mantenerse al margen de la espiral de violencia y perversión que infecta el lugar, pero su bondad le juega una mala pasada cuando por ayudar a una prostituta, se enfrenta a uno de los hijos del mafioso, lo que casi le cuesta la vida. Ahora, la ciudad no es lo suficientemente grande para él y para Logan y su familia de desalmados, así que el vagabundo se arma con una escopeta y decide tomarse la justicia por su propia mano.

¿Que mejor manera que comenzar la semana santa que con una blasfema dosis de violencia gratuita y perversión? Ninguna. Y esto hay que agradecérselo al bueno de Jason Eisener, quien me ha hecho pasar uno de los mejores ratos de los últimos años con “Hobo With a Shotgun”, un apoteósico ejercicio de “Exploitation” setentero, cargado de violencia, humor negro y gore del bueno. Señores, por una vez y sin que sirva de precedente, podemos dejar el tubo de Hemoal Forte (pomada rectal contra las hemorroides a base de Benzocaina y Efedrina hidrocloruro) guardado en el armario, pues nuestro culo no corre ningún tipo de peligro. Y lo digo en serio, rara vez se encuentra uno con un producto tan redondo como este y eso que ya estoy vacunado de espantos y ni siquiera la casi, sexualmente excitante secuencia de créditos iniciales a base de música setentera y colores saturados consiguió romper mi coraza de escepticismo (mis últimas experiencias con el royo retro, véase “Nude Nuns With a Big Guns” o “The Big Tits Zombie”, que no fueron demasiado satisfactorias que digamos, así lo recomendaban). Pero señores, no soy de piedra, en el fondo soy una nenaza y ese Rutger Hauer levanta la ceja y me meo encima. El tío es una de mis debilidades y aquí además lo borda en el papel de anti-héroe, a modo de batuta con la cual Eisener conduce y da rienda suelta a esta fábula de violencia con transfondo social (deberían pasarle la película al señor Gallardón a ver si se replantea su política sobre los indigentes), que deja al bueno de Danny Trejo y su "Machete" en una inocente fiesta de pijamas para quinceañeras.

Un festival de gore al servicio de una historia que por supuesto, no es nada original, pero, ¿a quien diablos le importa? Aquí no estamos para eso, aquí estamos para disfrutar de hora y media de violencia gratuita en su máximo esplendor, de litros y litros de sangre, kilos y kilos de plomo, órganos reventados y cualquier otra fechoría visual que se os pueda pasar por la cabeza. Y para que esto funcione, los efectos especiales tienen que estar a la altura, y “Hobo With a Shotgun” tampoco defrauda en este sentido, una auténtica delicia visual, aunque nuestros ojos no son los únicos que van a disfrutar, si no que se lo pregunten a nuestros oídos, díos santo, estamos ante una de las bandas sonoras mas apoteósicas que he escuchado en mi vida y eso que todo es a base de música electrónica (Joey DeMaio me perdone) y ritmos discotequeros.

Queda claro que técnicamente, la cinta es un lujazo. ¿Artística? Ni te cuento. A Rutger Hauer ya lo conocemos, el tío es todo carisma, además el libreto que tiene entre manos es mucho mas poético y profundo de lo que podría insinuar un producto de este tipo, vamos, que está mas cercano al existencionalismo de su replicante de “Blade Runner”, que a la soez del mercenario granuja de “Los Señores del Acero”. Pero no está solo, por que de entre un reparto que cumple en su totalidad, destaca el señor Brian Downey, quien encarna a Drake, el villano, el segundo pico de audiencia de la película en lo que a interpretación se refiere, un maestro a la hora de llevar al extremo el término “teatralidad”.

Conclusión, “Hobo With a Shotgun” es la película soñada por todos aquellos que salieron de la sala de cine con el pene flácido después de degustar el último trabajo de Robert Rodriguez. Mucho menos nombre, pero mucha mas mala leche y además, con un apartado técnico que rara vez suele verse en una cinta de serie B, con una historia sencilla pero que engancha gracias al gran carisma de todos y cada uno de los personajes que desfilan por esta bizarra pasarela donde vamos a encontrar, desde un Santa Claus pedófilo hasta guerreros motorizados al mas puro estilo “Mad Max” (atención a los señores “Plaga”, desde ya mis nuevos ídolos del celuloide). Una película trepidante desde su preciosista secuencia de créditos hasta el último segundo, desproporcionadamente violenta e irreverente, plagada de humor negro, con cantidad de guiños y pequeños nuevos detalles que descubrir en cada nuevo visionado, con un reparto de un nivel inusual en una cinta de este tipo, con una banda sonora de órdago, con algunas secuencias inolvidables como la de los caza recompensas en el hospital o la prostituta preparándose para la batalla al mas puro estilo “Ash” en “Terroríficamente Muertos” y por supuesto, con un Rutger Hauer en plan estelar como en los viejos tiempos en la que sin duda, es una de las mejores películas de su pintoresca carrera. Creo que a esto se le llama cine de culto.

¿Lo peor? La idea de pensar que semejante maravilla (como tantas otras) no sea editada en nuestro país y tenga que seguir cascándomela (perdón, quiero decir… queriéndome) con el DVDrip subtitulado que con tanta gentileza nos ha proporcionado la fabulosa gente de “Gore Nation”, desde aquí un saludo y un agradecimiento para ellos.