Después de mi primera y última review para Nido de Cuervos, me propuse a mí mismo evitar por un tiempo más películas del genero falso documental o “mockumentary” (o como gusten ustedes de llamar a la excusa de ahorrarse un guion), principalmente por la saturación durante los dos últimos años de este tipo de productos.
Pero tal y como suelo hacer a menudo, me he mentido a mí mismo y he tardado bastante poco en romper mi propia palabra de alejarme de estas herederas “bastardas” de “The Blair Witch Project”. La culpable de esto: “The Troll Hunter”, también conocida como “Trolljegeren” en su título original en noruego.
El creador de “The Troll Hunter”, André Øvredal, además, preocupado por no quedarse en la superficie del género, ya nos la sitúa, antes incluso de que dé comienzo la película, de forma un tanto torpe (mediante un mensaje en pantalla), dentro de otro subgénero de los falsos documentales: el found footage o “metraje encontrado”. Y qué demonios significa esto del found footage? Pues esencialmente consiste en hacer creer al espectador (con bastante poca fortuna en esta película, la verdad) que el falso documental que está viendo o va a ver, se compone de imágenes recuperadas o encontradas por alguien, de forma fortuita, y que nada se sabe de la suerte que corrieron los responsables de las mismas, los cuales se creen muertos o desaparecidos.
Evidentemente esta declaración de intenciones inicial se queda en una anécdota cuando a los 15 minutos de película, ni el poco guion que posee, se esfuerza por que esto sea mínimamente creíble, y ya nos plantan el primer troll CGI gigante; sí, porque aquí los trolls son algo más grandes que los que recordamos de David el Gnomo.
Y a partir de aquí ya no hay mucho más que decir de “The Troll Hunter” a nivel guion, mismamente su cartel y su título explican el 80% de la misma, hay poco que destripar sobre su argumento. La película sigue a un pequeño grupo de estudiantes que pretenden averiguar el origen de la muerte de unos osos en extrañas circunstancias a lo largo y ancho del país, para acabar topándose con lo que en un principio creen que es un cazador de osos furtivo y que acaban descubriendo que se trata de un cazador de trolls a sueldo contratado por el gobierno, algo así como una especie de funcionario del “Ministerio de Trolls” noruego.
Hasta aquí pudiera parecer que voy a poner a caer de un burro a “The Troll Hunter”, pero nada más lejos de mi intención, es más, me ha parecido una película cojonuda. Es cierto que no tiene prácticamente guion, pero ni falta que le hace. Es una idea bastante simple que acaba convirtiéndose en una película muy divertida de acción y aventuras con dosis de terror que le dan un acabado algo oscuro, sobre todo cuando esto lo realizan nórdicos, con ese extraño sentido del humor tan suyo, un tanto “negro”, y que hizo me viniera a la mente otras de las grandes películas del año pasado: “Rare Export: A Christmas Tale”. Al igual que esta, “The Troll Hunter” también echa mano del folklore nórdico para presentarnos un amalgama de trolls, su mundo y sus costumbres conforme el grupo se los va encontrando por su periplo.
La película está llena de detalles sutiles, guiños, sátiras, críticas veladas, acción, ritmo ágil y por supuesto trolls, pero sobre todo el gran móvil de la película es el cazador de trolls, auténtico protagonista de esta y del documental que esta intenta representar, un tipo algo tosco y lacónico, cansado de su trabajo y del gobierno al que sirve. Es el que mejor conoce a los trolls y todos los secretos y trucos para terminar con ellos. Un tipo, como se suele decir, “con muchos tiros pegaos” y que representa a la perfección la figura del “funcionario” publico. Cansado ya de la situación y de cierto sentimiento de amor/odio respecto los trolls, decide ayudar a los estudiantes que están grabando el reportaje para que todo salga a la luz pública.
Con una estructura algo videojuegil, como si de fases se trataran, con final boss incluido, la película nos va desvelando todos esos detalles, que como digo, son lo mejor de la película junto al desarrollo del personaje del cazador. Detalles que esconden más de lo que a simple vista pudiera parecer.
A nivel técnico, desvelaba al principio, se han atrevido a echar mano del CGI para representar a los trolls, incluso en planos largos, algo raro en este tipo de producciones y que les ha quedado bastante resultón y que no chirria demasiado. Todo un logro en una película de monstruos gigantes de relativamente poco presupuesto.
Definitivamente “The Troll Hunter” ha sido una agradabilísima sorpresa para un servidor, esperaba poco de ella y ha resultado ser una película inteligente, sarcástica, divertida y con su medida apropiada de acción y aventura, que recomiendo encarecidamente; porque al fin y al cabo, y aunque solo sea por eso: ¿Cuantos “mockumentary’s” de trolls noruegos habéis visto últimamente?
5 comentarios:
Pero ¿al menos siguen la mitología del troll al pie de la letra? Como por ejemplo que cuando les da la luz del sol se convierten en piedra.
Al final del trailer parece insinuar que sí...
Al pie de la letra no se, no conozco demasiado el flocklore nordico, pero si que parecen basarse en sus mitologia popular en la pelicula. Son esos detalles sobre los trolls que va contando el cazador que comento en la review.
sI, TODO ES EN BASE A LOS TROLLS NORUEGOS, RECUERDA QUE TROLLS EXISTEN EN DISTINTAS MITOLOGIAS... Y SI EL SOL LES AFECTA.
Por fin he sacado un ratito para ir a cazar trolls. A mi me ha decepcionado bastante, en general la he encontrado muy lenta, aburrida incluso, salvando por supuesto, las secuencias donde aparecen los trolls, pues el diseño de estos está muy logrado y además, para sorpresa, no desentona para nada con el tono de realismo que intenta imprimir el filme. También me ha gustado la forma en que se justifica de forma científica, toda la parte folcklorica o mitológica y la gran credibilidad tanto de personajes como de situaciones. Lástima del excesivo tufillo a "The Blair Witch Project" y de su desarrollo extremadamente pausado.
A mí me encantó esta película Es verdad que, como apunta el Rector, es pausada en su desarrollo, pero eso hace que nazca esa emergente sensación de frío. Es como la imagen del cazador, cercana, sucia, con detalles como el nauseabundo olor que se respiraba en su furgoneta y los infructuosos intentos que hace el gobierno noruego para mantenerlo todo en secreto o el esbozo de relación sentimental que establece la cámara entre el cazador y la científica, son claras estrategías para dotar de realismo a la historia Pero el hecho es que la verosimilitud aumenta. A mi me ha parecido una película cojonuda- Y más cuando ni me lo esperaba.
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