Crítica: El Aprendiz de Satanás

Lista de la compra del señor responsable de "El Aprendiz de Satanás":1 careta de goma;1 disfraz barato de diablo para niño entrado en carnes; 5 metros de tela negra: 8 tubos de sangre de pega; 1 disfraz de Jesucristo;1 cuchillo de broma; un kilo de salchichas del país; un peluche, algunos disfraces del baúl y una videocámara.

Jeff Liebermann es el director, guionista y productor de esta película, este señor es el creador de aquella mítica serie (de serie b o z) del año 1976 llamada "SQUIRM" que trataba de unos gusanos mutantes asesinos y entre otras cosas también se ha dedicado a hacer telefilmes de sobremesa, de esos tan recomendados para dormir la siesta. Por lo que no sé si a Liebermann le ha afectado esto de hacer telefilmes o simplemente anda un poco oxidado a la hora de hacer películas, pero este producto del que hoy os hablo no se lo puedo recomendar a nadie.

Lo más curioso es que el director se las apañó para convencer a una actríz tan conocida como es Amanda Plummer ("Pulp Fiction","Mimic 3"...) para que trabajara en su película e hiciera de la madre de un niño odioso que vendría a ser una especie de pequeño Andréu Buenafuente. Pero el protagonista absoluto de la cinta es sin duda "Satanás" (interpretado por un tal Joshua Annex, al menos ese dicen que es..) un psicópata o tal vez el mismísimo belzebú que no dice ni media palabra y que se mueve tan encartuchadamente como las viejas cuando llevan un tinte en la cabeza y deambulan con su capa negra por la peluquería del barrio. Lo más destacable de semejante individuo es su máscara, que reconozco que si alguien te pega un susto con semejante careta a lo mejor no vives para contarlo, pero de ahí a que sea el motor de una película supuestamente de terror, resulta demasiado. Una comedia con tintes de terror y previsible al 100%, solo recomendada para verla sin demasiada atención, la noche de Halloween.