Crítica: The Unborn (La Semilla del Mal)

Había leído tantas pestes sobre esta película que la verdad es que me apetecía más bien poco ponerme al lío, no sé, es como esa operación de fimosis que tienes pendiente pero lo vas dejando, lo vas dejando y al final no te das cuenta y le estás diciendo a tu nueva y flamante novia lo mucho que te duele la cabeza, bueno, el caso es que no era plan de perder la oportunidad de ver en acción a la señorita Yust...quiero decir... a Gary Oldman, ese gran actor.

Lo que más me ha sorprendido de esta "The Unborn", (conocida en el culo de Europa como "La Semilla del Mal", y perdonad si soy un poco reiterativo con este tema de las nomenclaturas, pero es que por más vueltas que le doy no soy capaz de llegar a entender la puñetera manía que hay en este país de pasarse el nombre original de las películas por el forro de los cojones, ¿Tanto cuesta hacer una traducción mínimamente respetuosa?) es lo directo de la propuesta, y es que aquí no hay preámbulos de ningún tipo que valgan, y lo que nos ofrece Goyer (al que reconozco sus grandes dotes como guionista, que no como cineasta, mas que nada por que aun tengo ardor en el estómago por culpa de aquella horrible aberración llamada "Blade: Trinity") en esta ocasión con "The Unborn", queda claro desde la primera escena, una película que huye de forma descarada de indagar en el más mínimo trasfondo psicológico o complejidad argumental para centrarse única y exclusivamente en entretenernos con una historia de posesiones y apariciones fantasmales, sin molestarse demasiado en elementos tan "triviales" como crear una historia sólida y creíble o que nos enteremos mínimamente de que hay en la cabeza de los protagonistas más allá del trasero de la señorita Odette Yustman, que nos regala una notable interpretación, ella tampoco lo hace mal del todo.

Por lo tanto, podríamos decir que estamos de forma casi irrefutable y empíricamente demostrable, ante lo que algunos han querido denominar, con mejor o peor suerte, como "película palomitera".

Sacar conclusiones o emitir juicios sobre este tipo de productos no siempre es fácil, en este caso concreto, es obvio que la cinta pierde aceite por los cuatro costados, tanto a nivel argumental, construcción de personajes (no había visto tan desaprovechado a Oldman desde "Hannibal"), o su nula capacidad de aterrar, cosa que se presupone a un filme de estas características y que si se ha conseguido antes (aunque sea a cuentagotas) en películas similares como "El Exorcismo de Emily Rose" o "Poseídos", pero por otro lado, tampoco sería justo obviar que "The Unborn" es una cinta francamente entretenida y 100% disfrutable.

Sin duda alguna, el punto más fuerte de "The Unborn" son sus excelentes efectos especiales, gracias a los cuales asistiremos a un buen puñado de surrealistas escenas, que si bien no se puede decir que sean demasiado terroríficas (salvando quizá el momento de la residencia, y aunque ésta beba directamente de "El Exorcista" de Friedkin), pero si dignas de ver mientras devoramos nuestras amadas palomitas.

Las reminiscencias a "El Exorcista" no terminan ahí, de hecho la película intenta emular esa atmósfera malsana que se podía palpar perfectamente en aquellas célebres pesadillas del padre Karras sobre su madre, Goyer utiliza este recurso en más de una ocasión, poniendo el "slow-motion" en momentos puntuales o enfatizando algunos sonidos, lástima que el resultado quede a años luz de lo visto en aquella ocasión, como no podía ser de otra forma. claro está.

Conclusión, "The Unborn" es una película destinada de forma descarada al gran público, que contiene todos los elementos necesarios para ello, un reparto con gancho, grandes efectos especiales y una historia sencilla y digerible. Pese a todas estas autolimitaciones, la cinta resulta entretenida y no se hace aburrida en ningún momento, pudiendo resultar una opción más que válida siempre y cuando tengamos a mano ese bote de palomitas. Ni que decir tiene que los que busquen algo un poco mas substancioso que todo esto, saldrán irremediablemente decepcionados.