Crítica: La Meute (The Pack)

Tras largos y tortuosos meses de interminable espera, por fin nos llega el debut cinematográfico del señor Frank Richard, estamos hablando de “La Meute” (o “The Pack”, como se ha rebautizado para el mercado anglosajón, no se vayan a hacer la picha un lío con el francés…), coproducción franco-belga de terror fantástico que a priori tenía toda la pinta de ser una “reimaginación” a la francesa de la estupenda “Feast”, o lo que es lo mismo, una versión algo mas seria y que finalmente se ha quedado en una extraña amalgama de subgéneros que mezcla con mayor o menor acierto, la susodicha película de john Gulager y que se yo, por decir una de muchas,  “Frontieres” de Xavier Gens.

Soy de los que piensan que el objetivo de toda crítica es orientar de una forma u otra, a todo aquel que no ha visto la película y duda en malgastar hora y media de su tiempo en tal menester, es por ello que jamás destripo a nivel argumental ninguna cinta en mis críticas (o por lo menos lo intento), pero en esta ocasión, me es totalmente imposible hablar de “La Meute” sin revelar información explícita de la misma, así que invito a todo aquel que no la haya visto, a que abandone ahora mismo esta lectura (o por lo menos intente evitar las partes señalizadas como SPOILER) y busque orientación en otro antro (hey! sin que sirva de precedente), pues en las siguientes líneas se van a revelar gran cantidad de detalles en lo que a su trama respecta.

En “La Meute”, Charlotte es una joven que huye de un pasado indefinido hacia ninguna parte, viajando en coche a toda pastilla por carreteras secundarias mientras disfruta de su excelente colección de rock duro. En algún lugar, también indefinido, recoge a un hombre que hace autostop (autoestopista lo llaman), un tipo atractivo de largas melenas que no tarda en despertar su interés y con el cual decide hacer una parada en un bar de carretera llamado “La Spack”. Después de un desagradable incidente con un grupo de moteros calientes que intentan violarlos a ambos, Max (que así se llama el tío), se adentra en los servicios para desaparecer sin dejar rastro alguno. Charlotte no está dispuesta a marcharse del lugar sin saber que le ha ocurrido a su nuevo compañero de viaje y por la noche se adentra en el local, pero lo único que encuentra es el ataque traicionero de la mujer que regenta el lugar y dar con sus carnes en una sucia celda.

Yo separo “La Meute” en dos partes claramente diferenciadas, la primera es la buena y la segunda es la mala (eso es una crítica y lo demás son gilipolleces) . En la parte buena encontramos una película que nace de muy buen ver, presentando un personaje, el de Charlotte, que enamora al personal no solo por el atractivo de la actriz que lo interpreta (Émilie Dequinne, quien ya ha crecido bastante desde que la viéramos en “El Pacto de los Lobos”), sino por su aspecto de “chica mala” con chupa de cuero, medias de Lolita gótica y cara de mala uva, además con muy buenas maneras (una siniestra atmósfera primero, unos fantásticos planos desde dentro del vehículo, después) y sobretodo entrando rápido en materia, con la chica y su nuevo compañero metidos en una pelea con un grupo de macarras que intentan follárselos (si, a los dos).

Después de esto, ya con toda nuestra simpatía ganada por los dos protagonistas, irrumpe un nuevo personaje que también mola, una mujer entrada en carnes (el parecido con la señorita Roxanne de la serie homónima es evidente) con muy mala leche que rápidamente nos deja claro que no es trigo limpio y que en el lugar hay gato encerrado. El amigo desaparece, Charlotte está nerviosa, nosotros con ella, no sabemos muy bien lo que esta sucediendo. (Inicio SPOILER) Luego de descubre el pastel, la chica es secuestrada, esta película ya la hemos visto pero que coño, mola. Los franceses dominan muy bien esto de las road movies y de los tortures porn de turno y se nota, sin estridencias ni excesos de violencia o sangre, pero todo muy bonito y sobretodo muy entretenido. No falta la figura del policía que descubre el tinglado e intenta ayudar a la joven (lo interpreta el veteranísimo Philippe Nahon, véase “Humains”) y por supuesto, sus estériles intentos de fuga iniciales.

Ahora comienza la parte mala, curiosamente coincidiendo con algo que todos estábamos esperando, la aparición de las criaturas (por ahí las han comparado con los bichos de “The Descent”, pero yo les veo mucho mas parecido con los de “The Burrowers”), una entrada por la puerta grande en una siniestra puesta de largo y poco mas, carisma cero, personalidad cero y aprovechamiento cero. Cualquier parecido con las hazañas perpetuadas por los monstruos violadores de “Feast” es pura coincidencia, estos son sosos y lo poco que salen, aburren.

Pero el poco gancho de estos monstruos (que por supuesto vienen acompañados de su respectiva leyenda o trágico pasado), no es lo peor, lo peor es lo caótico y absurdo que se vuelve un guión que hasta ahora funcionaba a la perfección sumido en la mas absoluta simpleza de su naturaleza y que a partir de este punto, comienza a desvariar y a liarle la picha al espectador, planteando infinidad de cuestiones sin explicación aparente. ¿Por qué diablos Charlotte dispara sin contemplaciones a la madre pero perdona al hijo?¿por que el policía no hace nada al respecto?¿por que los tres violadores pasan de cepillarse a su víctima cuando esta les insinúa que fuera hay algo peligroso y colaboran como si nada hubiese ocurrido?¿por que uno de los tipos pasa de todo y se pone a leer un libro mientras sus compañeros son masacrados?¿por que…?bueno, un montón de situaciones, decisiones y comportamientos, que no hay por donde cogerlos y acaban de rematar una aburrida segunda mitad. (fin SPOILER)

Conclusión, "La Meute" es una propuesta irregular, una primera mitad muy amena, repleta de intriga y plagada de buenas intenciones y un segundo tramo muy extraño, turbio e incluso aburrido. Con unos interesantes y carismáticos personajes principales (destacando a Charlotte y a la madre, clavada por una excelente Yolande Moreau) que contrastan con unas criaturas faltas de personalidad que se mueven a tumbos por la historia con mas pena que gloria, rematándolo en un ridículo enfrentamiento final y una no menos sonrojante persecución. Por no hablar de algunos guiños humorísticos bastante fuera de lugar, de la falta de acción, de su poca explicitud (salvo contadas ocasiones) y de su horripilante desenlace. Repito, lo mejor, el “tour de force” entre las dos protagonistas femeninas, su buena factura técnica (ahí no hay reproches alguno hacia las criaturas), la acertada banda sonora (a veces Carpentiana, a veces de lo mas cañera) y algunos detalles (algunos dirán tontos) que denotan el buen gusto de sus responsables, como esa Charlotte jugando al “Ghost & Goblin´s” en una recreativa de “El Spack” o el chiste que se casca en plan Tarantino, ganándose la única risa genuina del filme. Sabor agridulce.