Crítica: Exit Humanity

Nietzsche por una parte decía: “La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre”. Neil Gaiman en “Sandman” enfrentaba a éste, con el demonio Choronzon para recuperar su yelmo en una batalla de “realidad” (una especie de pelea de gallos de MC’s). En la cual, el Señor de los sueños ganaba gracias a la esperanza. ¡Menudo dilema! Nietzsche tiene toda la razón, la esperanza ha hecho desgraciados a los hombres, al cogerse a ella, muchos se han vuelto vagos y han dejado su destino a su suerte... Pero Gaiman también tiene razón, gracias a la esperanza se han conseguido grandes logros y a veces es lo único que te salva en este mundo. Así que supongo que la esperanza es ambigua y va al son del momento. El tiempo es el que decide el futuro con o sin esperanza. La esperanza podría decir que es un estado de ánimo en momentos difíciles que si la cosa funciona bien... ¡hurra! Y si la cosa funciona mal... ¡caput! Mi conclusión es que: la esperanza es una chaquetera.

¿Por qué todo este rollo? Pues porque “Exit Humanity” trata sobre este tema y…zombies, zombies y más zombies!!!

Durante la guerra del Norte contra el Sur en América se vieron los primeros indicios. Soldados que avanzaban hacía los enemigos y aunque fueran abatidos se levantaban para volver a reemprender la marcha. Seis años más tarde el soldado Young regresa a casa con la esperanza de pasar un vida cojonuda en su cabaña en medio de la nada junto a su bella esposa y su pequeño hijo. Pero ¡ay amigo! Que putada! Pues al llegar al hogar se encuentra con que su mujer se ha convertido en un zombie y su hijo ha desaparecido.

Ahí es cuando solo queda un corazón vacío y la esperanza se cambia de chaqueta para hacer que Young emprenda un viaje con ella con el fin de encontrar a su hijo. Es de esta manera cuando el soldado acompañado de su caballo (casi se me saltan las lágrimas en una escena que me recordó mucho a “La Historia Interminable”), sus armas y un diario que irá rellenando a medida que pasen las jornadas; emprende el viaje hacía lo desconocido. Hacia un mundo hostil lleno de zombies.

Así, capítulo tras capítulo del diario y con una estupenda voz en off de Brian Cox (solo su voz, ya que el protagonista es Mark Gibson, fantástico en su papel de hombre atormentado) iremos metiéndonos más y más en un historia triste donde a cada paso la esperanza se va riendo más y más de él, dejando solo piedras en su camino, para que vaya tropezando haciendo que su corazón se vaya rompiendo cada vez más.

Si tuviera que nombrar una peli de, en este caso infectados, que me traumatizó en su día nombraría “28 días después”. Me chocó que la cosa más terrible no fueran los zombies sino las personas, los supervivientes, en este caso los soldados. En "Exit Humanity" también se da el mismo caso, pero con un guión más flojo, no llegando a causar el impacto que me causó la nombrada anteriormente. Puede que este sea el punto débil de la película, ya que al introducir más personajes se alarga más de la cuenta (1 hora 55 minutos) y al final resulta un poco cansina.

No me gustaría contar nada más de la historia y que como yo, vosotros mismos os vayáis introduciendo, gracias al diario de Young, en esta historia de dolor, donde al final…¡uy, casi se me escapa!

Me gustaría antes de terminar remarcar el fantástico trabajo de todos los actores, además de los antes mencionados encontramos también a Bill Moseley (nunca me lo podré quitar de la cabeza después de su impresionante trabajo en “La Casa de los Mil Cadáveres”) y una siempre bienvenida Dee Wallace (Critters, Aullidos…). Una dirección muy sólida con un fotografía espléndida (esos cambios de luz muy, pero que muy acertados en cada cambio de ánimo, de sentimiento…).

Pero sobretodo destacar la originalidad por resolver la falta de recursos. Hay muchas películas de serie b de zombies que tendrían que tener más respeto por parte de los espectadores, pero al querer mostrar más de sus posibilidades financieras hacen que una escena de acción sea menos creíble que, que un pollo ponga un huevo. En “Exit Humanity”, los pocos recursos los compensan con unas escenas de acción animadas con unos dibujos que se me caían las babas de envidia. A eso le sumamos un buen maquillaje a los zombies (e ahí otro acierto del director de fotografía jugando con la luz para hacer más reales a los zombies) y tenemos un película casi casi redonda.

Curiosidades: Al igual que “War of the Dead” también se presentó en el Toronto After Dark 2011 pero sin ganar ni un jodido premio. La primera lo entiendo, ya que es simple entretenimiento y con bastantes vacíos en el argumento. Pero esta… Bueno, el caso que el palmarés se lo llevó: 1.  Father’s Day – 2. The Divide – 3. Deadheads.

De las dos primeras no digo nada porque me quedan pendientes, pero de la comedia de zombies ¡qué alguien me explique que tiene de graciosa!

Otra curiosidad es que se pudo ver el año pasado en el Festival de Sitges. Y es una pena no poder haberla visto en pantalla grande porque hubiera merecido la pena.

Soy un fanático de los zombies: Si te gusta mucho la acción, disparos, zombies con prisas y demás no creo que te guste mucho. Es lenta y los zombies aparecen muchas veces en un segundo plano. En esta película se retrata más la lucha interior de un hombre que lo ha perdido todo para seguir adelante o quedarse en el camino.

Los zombies me la pelan bastante: Te gustará aunque puede que su larga duración te tire para atrás y no aprecies detalles que realmente vale la pena ver. Y es que, repito, es una lástima que dure tanto.