El Pinku Eiga(Violencia Rosa en castellano) es un subgénero cinematográfico de acción japonés surgido a finales de los años '60 y que tuvo su mayor fuerza en los años '70. Está delimitado por una serie de normas y características fundamentales, entre las que las más importantes son: siempre están protagonizadas por mujeres jóvenes y hermosas, las tramas están relacionadas con venganza, guerrillas o bandas callejeras, se muestran asesinatos y/o cualquier otro tema en el que se recurra a la violencia. Dentro de este género destacan films como Blossoming Night Dreams o Stray cat Rock , entre otras muchas, y una de las musas mas representantes en este movimiento es Reiko Oshida, protagonista del clásico de culto Okatsu The Fugitive.
De entre todos los directores que se volcaron con el Pinku, destacan talentos inigualables como los de Kôji Wakamatsu, Norifumi Suzuki, o Takashi Ishii, que lleva la «exploitation» a límites más extremos.
Wakamatsu, recientemente fallecido, llegó a dirigir más de 100 películas, produjo algún que otro título polémico como “El imperio de los sentidos” y dedicó toda una carrera dedicada a un género como el «pinku eiga», reflejo de una generación de cineastas nipones de los que él ha llegado a ser considerado el más importante en algunos círculos e, incluso, uno de los principales cineastas de la década de los 60 en Japón, con títulos como The Embryo Hunts in Secret, Violated Angels o Go, Go Second Time Virgin, que definió uno de esos géneros marginales que nunca está de menos reivindicar por un carácter subversivo que todavía no ha perdido su efervescencia hoy en día, por décadas que pasen. Su último estreno fue en Sitges, Caterpillar, trabajo incluso nominado al Oso de Oro de Berlín.
Concluida esta chapa que os meto, vamos a analizar la peli en cuestión, “Gun Woman”, del muy interesante director y guionista Kurando Mitsutake, claro admirador devoto de mi adorado Wakamatsu.
La trama de la cinta es tan rebuscada como suelen serlo en el subgénero: La película comienza con dos sicarios en un viaje por carretera a Las Vegas discutiendo sobre un violador japonés monstruoso sádico y asesino al que llaman "hijo de Hamazaki", por ser hijo de un político japonés millonario. La historia gira en torno a él en un primer momento. Es un tipo bajo, flaco y pálido como un cadáver con ojeras y mirada de perturbado mientras despliega su violencia impune. Cuando Hamazaki muere, el hijo recibe un montón de dinero de la herencia con la condición de salir de Japón y no volver jamás. Entonces, tras una serie de violaciones y asesinatos en diferentes países, se establece en Los Angeles.
Él psicópata culpa a un médico por la muerte de su padre, porque no pudo salvarle la vida, y el hijo de Hamazaki encuentra a este médico y su esposa, a la que viola despiadadamente y la asesina después, ante la mirada paralizada del doctor, nuestro verdadero protagonista.
El médico entonces, con un sentimiento de venganza extremo compra a una mujer drogadicta, la sana y entrena para convertirla en el arma perfecta, incluso implantándole armas en su propio cuerpo, con las que matará a su objetivo, el despiadado asesino multimillonario, aunque tenga que morir desangrada al arrancar las distintas partes del arma.
Este rebuscadísimo plan es la única oportunidad que le queda a nuestro protagonista para lograr su venganza que se desarrollará en una instalación subterránea, alejada de la verdadera trinchera donde vive el sádico rodeado de sus guardaespaldas no están alrededor, donde el despiadado asesino con el que quiere acabar va a satisfacer sus fetiches sexuales.
Independientemente de si se es fan o no del género, lo que os puedo asegurar es que la película es absolutamente entretenida, no da lugar a dudas absurdas ni tiempo para aburrirse, si bien no llega al nivel de excelencia de Pinkus clásicos, que mezcla con un aire de explotation y gamberrismo muy propios del director.
Con una buscada estética cutrona, rozando la de la producción de serie B, pronto se rebela como una producción cuidada, estética, con una banda sonora excelente, de Dean Harada y una fotografía obra de Toshiyuki Imai, en la que cada encuadre está destinado a permanecer por mucho tiempo en nuestras retinas, y el buscado ambiente, gracias a las técnicas de filmación que hacen que la película parezca más antigua de lo que es, creando un esteticismo único. En cuanto a los actores, hay que decir que la mayoria están increíbles (especialmente Mayumi, Asami (en su mejor interpretación), Kairi Narita y Noriaki Kamata) como partes de un montaje nostálgico que en mi opinión es lo mejor de la cinta.
La película tiene momentos absolutamente impresionantes, con una gran cantidad de sangre: gore puro hecho sangre oscura y pegajosa, en un claro homenaje al Hardgore de los 80, en el mejor sentido. Aunque en mi opinión la violencia es demasiado basta y se olvida pronto.
En el fondo estoy un poco sorprendido y hasta molesto por el montón de malas críticas que está recibiendo la cinta en nuestro continente. No creo que sea absolutamente necesario ser fan del cine gore japonés para disfrutar de esta excelente película. Es cierto, es una peli violenta, con mucha sangre derramada, inquietante, fea a ratos y sin embargo, es también una historia profunda, hermosa y cautivadora sobre la venganza, pero también y sobre todo acerca de la humanidad, la compasión, y la unión.
El eje central de la historia es cómo dos seres humanos pueden ser obligados llevados por el odio, el dolor y el vacío y se alimentan de su relación mutua con la violencia y la sangre, demostrando que el amor no es el único sentimiento que es capaz de unir por siempre a la gente; los sentimientos oscuros, cuanto más oscuros aún más, también pueden conducir a una relación eterna, que es más astuta, más, interesante y fuerte.
La película está llena de giros en la trama rebuscada, pero es fácil de seguir sin perderse. La acción es poco menos que impresionante y pese a que la cinta tiene un par de agujeros en la trama y alguna que otra actuación más débil, en mi modesta opinión es una grandísima película en general, un homenaje en toda regla y una resurrección de un género más que meritoria.
Mitsutake se emplea a saco para regalarnos un Pinku en toda regla. Si en su anterior peli “Samurai Avenger: The Blind Wolf” nos entregaba un western samurái bizarro y desquiciado, su Gun Woman se basa en un guión tan rebuscado como efectivo, llegando a momentos en los que uno llega a creer que está ante una de esas pelis de los 80 que veíamos a escondidas en mi generación, y muy superior a filmes mucho menos atrevidos como Machine Girl, Tokyo Gore Police, Versus, Robo Geisha, Vampire Girl vs Frankenstein Girl, Mutant Girls Squad, Helldriver, Gothic &Lolita Psycho, Battlefield Baseball, y demás intentos de hacer un Pinku decente y se quedaban entre el gore, el slasher, el splatter y la comedia.
En definitiva, es una película valiente, si bien no destaca por un alto presupuesto. Puede que no todo el mundo disfrute de sus retorcidos giros de diálogo, estilo y trama al más puro estilo Quentin Tarantino, devoto admirador del género. Hay en Gun Woman mucha más sangre y asesinatos sin sentido que en cualquier superproducción de Hollywood, y además es todo muy, muy gráfico. En gran parte del film, Asami está casi desnuda o tiene sus turgentes, pequeños y delicados pechos japoneses al aire, si bien la cinta no tiene nada de erótica, y está cubierta de tierra, sudor, barro o sangre.
Como toda buena película necesita un buen malo, y aquí encontramos uno de los villanos más despreciables que jamás hayamos visto. Y el personaje de Asami parece calcado de Nikita, en otro homenaje a Luc Besson.
Y para acabar de redondear sus virtudes está el final, que algunos han comparado con los de las primeras películas de M. Night Shyamalan. Es un final/venganza absolutamente sorprendente, diferente y gratificante. No se le puede pedir más.
La cinta ganó recientemente el premio especial del jurado, como su director, Kurando Mitsutake, en el Yubari International Fantastic Film Festival 2014.
Lo mejor: Su ambientación, y Asami, musa del genero splatter y que en Gun Woman nos hace amarla entre patadas y disparos, todo esto ligerita de ropa, para más señas.
Lo peor: Por su estética “feísta” del principio puede desconcertar.
Yo, la recomiendo absolutamente, en especial a nostálgicos de un cine que alejado de motivaciones políticas y sexistas revolucionó el panorama cinematográfico de toda una época.
4 comentarios:
Me cago en la leche! Qué crítica!
Quiero verla mucho, porque aunque tiene pinta de ser enfermiza, creo que me va a gustar. Bueno, parece entretenida y hay un malo malísimo, que eso me hace levantarme de la silla y pegar 4 gritos!
A ver si me puedo hacer con ella, pronto!
Ganazas, Ganazas, GANAZAS!!!!!!! Pero qué manera de ponerle a uno los dientes largo, tengo que hacerme con esta película cuanto antes (no puedo esperar). Menuda historia delirante, despiadada y brutal tiene que ser. En cuanto la vea, comento impresiones.
Gracias por traernos estas historias Damien Thorn!!!!!!!!!!!!!
Muchas gracias May y Max por vuestros comentarios... Lo de recomendárosla es ya redundante, pero os aseguro que es una de esas pelis que no os van a dejar indiferentes.
La prota, espectacular...
Saludetes!
Acabo de verla. La tenía pendiente después de leer esta critica y verdaderamente me ha parecido un peliculón. Lo he pasado de miedo
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