sábado, 21 de febrero de 2015

Crítica: Tokyo Tribe

A pesar de que Sion Sono es un tío ‘bragaó’, curtido en mil y una batallas y con un par de docenas de premios a lo largo y ancho de la Vía Láctea, no fue hasta la irrupción de “Why don’t you play in hell?” cuando llegó al gran público. Y no es hablar por hablar ya que por ejemplo, en nuestro idioma de él solo nos ha llegado esta y “Suicide club”, por lo que algo tendrá que ver.

Con “Why don’t you play in hell?” no solo confirmó que era un director inconformista sino que además se demostró como un ‘ser humano’, alejándose de esa imagen de, a veces, cultureta con el que se nos había presentado. Solo un friki, un igual a nosotros, podía ofrecer esa combinación de espectáculo y homenaje. 

Pero claro, después de un éxito tan… sinceramente proporcionado, quedaba por ver si el director volvía a sus ‘orígenes’ o continuaba por la misma línea de aquella. Por las primeras imágenes, tráiler incluido, de esta “Tokyo tribe” parecía que sí, que la irreverencia continuaba, al igual que esa retrospectiva, aunque si bien no al mundo del cine sí que al de la música. Sin embargo pronto nuestras expectativas, ansías en algunos casos, se nos cayeron a los pies; y es que tras su exhibición en el Festival de Sitges, un certamen acostumbrado a estos films y con unos espectadores más fiables que otros de ‘arte y ensayo’, los comentarios que surgieron fueron poco menos que críticos. Leí verdaderas barbaridades, y se situó en muchas quinielas entre lo peor del Festival junto a “Asmodexia” y “Annabelle”. 

No obstante, aquí no estamos para dejarnos llevar o contar lo que les ha parecido a terceros. Así es que sin más, vamos con mi opinión y/o análisis. 

Lo primero que hay que decir aunque resulte muy obvio es que “Tokyo tribe” es un musical; extraño, pero musical al fin y al cabo. Yo que adoro Bollywood, Tollywood, Kollywood, etc. ya me he visto musicales de todo tipo por lo que este ni me sorprende ni, mucho menos, me asusta. Pero el que no esté acostumbrado a desmanes de este tipo –ya no digo el que no comulgue con los musicales- ya puede irse buscando otra película. 

Lo segundo que hay que decir, y en la misma línea de lo anterior, es que “Tokyo tribe” vive y muere del rap. Desde el minuto 1 nos están bombardeando con esta música y claro, no todo el mundo disfruta con este estilo. A mí, al igual que decía con el cine que se hace en la India, me encanta, sobre todo el asiático más predispuesto a acentuar el ritmo que el mensaje, pero es evidente que muchos pueden acabar con la cabeza como un bombo. Y eso los que aguanten hasta el final, porque los habrá que a los cinco minutos, desistan. Y es que si a mí me ponen una película de flamenco –el único estilo musical con el que no comulgo-, tampoco dudaría mucho… 

En todo caso, y ya que estamos con su música, hay que valorarla y darle su justo reconocimiento. Decir que la música del film es ‘de rap’ sería ser algo superficial y poco conocedor de la misma. Y es que por ejemplo, aunque a muchos todos los temas les parezcan iguales, las diferentes bandas de la ciudad se encuadrarían dentro de un estilo dentro del mismo; con trampas, pero definidas. Otro asunto ya no es el ‘qué’ sino el ‘cómo’. Sin banda sonora instrumental –no la necesita- Sono no se limita a enchufarnos tema tras tema o usar un ritmo a base de percusión y notas electrónicas, ya que la película está especialmente concebida para ser vista –y oída- o bien en una sala de cine o en su defecto en tu hogar con un sistema de audio 5.1 para disfrutar la música como un personaje más, aprovechándola como si de un efecto sonoro se tratase. 

El tercer punto del que hay que hablar, es el que hace mención a su historia. El film, como muchos ya también sabrán, no parte de una idea original sino de un manga de Santa Inoue. De este es el trasfondo de la historia, ese concepto de hija ‘desaparecida’ y posterior unión de bandas. 

A la película se le ha acusado de que no hay por dónde pillarla, y si bien es cierto que su argumento es superficial y plano –el surrealismo lo dejamos de lado- no lo es más que cualquier otra película de bandas de, por ejemplo, Takashi Miike. Quítale si quieres esa “paja”, lo absurdo y la componente musical, y dale una apariencia más formal, más habitual, y tendrás un film de bandas y/o yakuzas. ¿Hay qué recordar quién es por ejemplo Riki Takeuchi? ¿Es casualidad que se auto-parodie? No.

Como crítica, personalmente le reprocharía que el inicio esté un poco inconexo con la historia que centra la película, y que el desenlace, quizás debido a su larga duración, queda demasiado abierto, con incógnitas y perezosamente resuelto respecto al devenir de algunos de los villanos de la función, pero por lo demás, perfecto; y es que ahora parece que la gente ha olvidado la producción de serie Z japonesa a la que se acoge el film. 

Uno de los mayores problemas de la producción junto a lo dicho de su carácter musical y, según quién, abuso del rap, es que muchos se la han tomado en serio. ¿Qué no demostró Sono con “Why don’t you play in hell?” que podía ser tan gamberro como Yudai Yamaguchi, Kurando Mitsutake, Yoshihiro Nishimura o Noburu Iguchi? ¡Pero por Dios, si hasta Tak Sakaguchi vuelve a colaborar con él aunque tras las cámaras! 

La diferencia de esta película con otras de autores consaNgrados (!!) dentro del bizarrismo japonés como los mencionados, está en el calibre de esta producción. Los títulos de serie Z salen directamente al mercado del vídeo; esta fue estrenada en salas comerciales, y aunque su estreno fue limitado –solo 120 salas cuando lo normal es el triple- cosechó la sexta mejor recaudación de la semana por número de salas, y eso que competía con títulos como “Stand by me Doraemon”, “Lupin III”, “Rurouni Kenshin: Kyoto en llamas”, “Transformers: La era de la extinción” o “When Marnie was there”, a la postre algunas de las películas más vista del año en el país.

Solo hay que ver la numerosa participación de extras o la impresionante dirección artística a cargo de nada más y nada menos que Yuji Hayashida, habitual del mismo Miike, Kazuaki Kiriya o, mira por donde, el socio de Sakaguchi, Ryuhei Kitamura. Esa ciudad prostíbulo de Saga Town que sería la envidia de Guillermo del Toro, el pasillo de globos del burdel, el Bosque de Bambú… hay tantos sitios donde mirar… Y ya no solo es la escenografía/ambientación, son unos efectos especiales bastante efectivos que sobre todo colaboran a aumentar la vertiente más toon (manga), surrealista y fantástica de la película. Y ya que hemos llegado a este punto… 

“Tokyo Tribe” no solo son bizarradas, erotismo chabacano y ocurrencias a cada cual más disparatada, pero ya que tampoco es cuestión de destripar la película: el móvil-pistola, el método para abrir cerraduras, la crítica a “Kill Bill”, los “mechas-amazonas” de las Gira Gira Gilrs, la ”cantanta” lírica o la obsesión de enseñar las bragas blancas de la protagonista, algo indefectiblemente de este estilo; por debajo de toda esa superficie hilarante subyace esa intención de ‘jugar’ con el espectador convirtiéndolo en algo más que en un simple testigo. “Tokyo Tribe” busca la implicación del público, y así en cada rincón esconde un detalle o un guiño, al estilo de las referencias que encontrábamos en “Why don’t you play in hell?” con el que elevar el grado de diversión. 

Huelga decir que esto no será ningún aliciente –ni tampoco un handicap- para el menos ducho en la filmografía y/o cultura nipona, pero hay que tenerlo también en cuenta. El desconocimiento de una ley no exime de su no cumplimiento. 

Para ir acabando, alabar la labor de Tak Sakaguchi orquestando las escenas de acción. Otro de los atractivos del film. 

Resumiendo, “Tokyo tribe” es un cocktail que mezcla los musicales y la serie Z japonesa, una combinación tan gamberra e irreverente como proporcionalmente divertida. Más que “No apta para todos los públicos”, en este caso sería “No opta para todos los oídos” ya que será difícil que, a los que no les guste el rap, lleguen más allá de diez minutos. Personalmente, uno de los mejores films del 2014, pero tengo en cuenta que parece estar hecha a mi medida. 

P.D.: Como soy una persona consecuente y sé que muchas cosas se me han escapado, sobre todo en lo concerniente a la música ya que las otras cualquiera puede pillarlas, he querido contar para esta reseña con la ayuda de Miguel Keichi (@KE1CHI), quizás el ‘ser humano’ español que mejor conoce el mundillo del rap japonés, no en vano sus esfuerzos, tiempo y pasión están dedicados a ello como productor musical. 

‘QUIÉN ES QUIÉN EN “TOKYO TRIBE”’

LOS RAPEROS:

-YOUNG DAIS (Musashino Saru): Es de lejos el artista musical que goza de más presencia en pantalla, ya que tiene la suerte de encarnar a Kai. Young Dais es miembro del grupo “North Coast Bad Boys” de Sapporo, con el que editó media docena de trabajos desde finales de los 90 hasta 2010. “Playlist” (2012) y “Accent” (2013) son hasta el momento sus trabajos publicados en solitario, junto con un EP publicado en 2014 íntegramente producido por DJ PMX (prestigioso productor de estilo Westcoast que forma parte de DS455 junto al MC Kayzabro desde hace más de 25 años). Al igual que en la película, la música de Young Dais suena más desenfadada en la realidad que la de la mayoría de sus colegas de profesión en “Tokyo Tribe”. 

-TOKAGE (Shibuya Saru): Interpreta al jefe de los “Shibuya Saru”. Tokage era miembro del grupo “Luck End” junto al desaparecido Big-T. Su estilo rudo y tosco que deja ver en la cinta es una fiel aproximación de lo que ofrece en cualquiera de los trabajos en que ha participado. Por el momento solo podemos escucharle en solitario en su EP de 2014 "The Lizardman". Como curiosidad comentar que en la película también aparece el malogrado BIG-T; le podemos ver en el cartel (con el mensaje "Big-T Alive") que aparece a la derecha de nuestras pantallas en el plano general de la primera escena de la banda. Dicho cartel no es más que la carátula del disco póstumo que lanzaron como homenaje muchos de los artistas más cercanos a él en vida. 

-KOHH (Shibuya Saru): Lo reconoceréis como el que lleva la etiqueta colgando de la gorra; su dentadura de oro tampoco os pasará desapercibida en los planos cortos. Kohh ha irrumpido hace relativamente poco en la escena rap, es uno de esos artistas que no tuvieron una infancia fácil, y en sus letras lo demuestra hablando a menudo de la situación de pobreza en la que se crió. Poco a poco está haciéndose reconocible en el saturado panorama hip-hopero nipón. Su flow dejado y a ratos anárquico contrasta con los beats simples y pegadizos sobre los que suele trabajar. A destacar su segundo album "Monochrome" de 2014. -Y'S (Shibuya Saru): Podemos reconocerle por llevar un pañuelo rojo debajo de la gorra e ir siempre al frente junto a Tokage y Kohh en las escenas de la banda. Y'S es uno de esos artistas que puede parecer que quedaron estancados y son sobrepasados por algunos de los nuevos talentos que aparecen de improviso de cuando en cuando, pero sin embargo ha colaborado y ha sido producido por algunos de los mejores del género, entre los que es sumamente respetado. Su disco de 2014 "Love Hate Power" repleto de producciones de Jigg (One Year War Music) es la mejor muestra de lo que puede ofrecer. 

-YOUNG HASTLE (Shibuya Saru): Es el que no pierde la ocasión en vacilar de músculos, además, hacía el final, también podemos verle con una camiseta con su nombre artístico en el pecho. Incluso se nombra a si mismo durante su intervención en la canción final; así es Young Hastle, un rapero que está pisando cada vez más fuerte en la escena underground Tokiota con sus letras llenas de sentido barriobajero, donde no faltan los líos de faldas y la chulería. A destacar su último álbum "Return of the Hastle" de 2014, y el single "Blackout" incluido en su anterior álbum de 2012 en el que colabora el cantante R&B Jazee Minor dejando huella en un estribillo de los que se pegan a la primera.

-MEGA G (Shinjuku Hands): Es el primero en tomar la palabra en la presentación de los “Shinjuku Hands”. Forma parte del grupo “Juswanna” junto a Messiah The Fly y Dj Muta, quienes editan sus trabajos bajo el prolífico sello underground “Libra Records”. Posee un tono de voz y uno de los flows más interesantes que podemos escuchar en la película. A destacar el primer álbum del grupo - Juswanna "Black Box" - y su disco de remixes en solitario, "Juswanna is dead". 

-MC KAN (Shinjuku Hands): Aparece en todas las escenas siempre junto a Mega G vistiendo una camiseta negra sin mangas. Es uno de los fundadores de la MSC crew de Shinjuku, un colectivo que ha sacado a la luz a algunos de los mejores MC's, DJ's y graffiteros de las calles de Tokyo. Sus letras suelen hablar del mundo del crimen organizado japonés (la Yakuza). Hablamos de un artista underground por devoción, directo como un gancho a la mandíbula. Declarado amante del hip-hop norteamericano "aunque no entienda una mierda" como él mismo aclaró en una entrevista para un medio digital francés. A destacar su álbum de 2005 "Michisirube". 

-MARY JANE (Luna y Tsugumi): Llevan la voz cantante en las “Gira Gira Girls”. Sin hacer mucho ruido ambas llevan cerca de 2 décadas dando batalla musicalmente hablando. No ha sido hasta hace poco más de 2 años que se unieron para formar juntas "Mary Jane". Antes de eso Luna ya era conocida por sus trabajos en solitario con un sonido cargado de influencia claramente norteamericana. Por su parte Tsugumi era el 50% del grupo "Soulhead", formación que aunaba un pop urbano con trazos de hip-hop que pese a su descarado tono comercial contaba con las simpatías de la mayoría de amantes del más rap más ortodoxo. A destacar su disco como Mary Jane "Street Names". 

-D.O. (Nerimuthafuckaz): El líder de los “Nerimuthafuckaz”; su flow nasal encandilará a unos y alejará a otros. En algún que otro video casero que circulaba por la red ya dio alguna muestra de poseer un carácter complicado, trabaja asiduamente junto a gente como Dj Munari, quien le provee de unos ritmos clásicos al estilo de NY. Os podéis imaginar que en sus letras, Tokyo no es la ciudad idílica que muchos piensan. A destacar su álbum de 2012 “The City of Dogg”. 

-T2K alias “Mr.Tee” (Nerimuthafuckaz): Es la mano derecha del jefe en la banda de Nerima, podemos verlo con gafas de sol siempre pegado a D.O. Al igual que la mayoría de los artistas que aparecen en “Tokyo Tribe”, T2K es un respetado artista a pie de calle de la escena underground de Tokyo, despliega unas letras realistas sin concesiones con poco o ningún derecho a la comercialidad en su contenido tanto en la forma como en el fondo. Si te gusta el hip-hop sin adornos ni paños calientes escucha su álbum debut "Tokyo Rules" de 2012. 

-EGO (Koenji Jack): Es el cabecilla de la banda y uno de los mejores ‘emcees’ que aparecen en “Tokyo Tribe”. El año pasado lanzó su tercer álbum "Island" con un sonido muy renovado con respecto a su debut álbum debut "Egology" de 2010. Una evolución que ya se dejaba notar en su segundo trabajo "A Kid From Tokyo" (2013). Posiblemente el primero de ellos sea el más recomendable de todos. Recientemente ha firmado un contrato con el nuevo sello “GrandMaster” creado por uno de los padrinos del rap en Japón, Zeebra, quien debe haber visto potencial en él. Habrá que estar pendiente de sus próximos trabajos. 

-LOOTA y VITO FOCACCIO (Koenji Jack): Son los componentes del grupo “Squad Squash” junto con Dinero (productor y DJ). Últimamente han alternado los trabajos del grupo con otros en solitario, además de colaboraciones con otros artistas. El momento en el que mejor se les puede apreciar en el film es durante la canción final, donde lanzan unas líneas juntos, alternando los versos cada uno (Loota con sombrero militar de camuflaje y Vito con gorra hacia atrás). A destacar su primer disco oficial como “Squash Squad” que se tituló "The Squall" y fue publicado en 2010. 

-VIKN (Koenji Jack): Apenas podemos verle de fondo en las escenas grupales de los Koenji Jack. En la presentación de la banda, se le puede ver sujetando un paraguas violeta (con camiseta de los Raiders) justo detrás de Shota Sometani (quien interpreta a MC Show). A pesar de no tener mayor presencia en la película es un muy buen MC (de ahí la decisión de reservarle su propio apartado) como queda más que demostrado en su disco de 2013 "Capital", altamente recomendable. 

-DJ JOE IRON (Koenji Jack): Se le puede ver en la escena de presentación de la banda con gafas de sol caminando bajo la lluvia sujetando un paraguas justo a la derecha de EGO (al que ha producido en varias ocasiones). Cuenta cada vez con más presencia en la escena y ha producido a artistas como Micho, A-Thug, Sticky o al desaparecido Big-T entre otros. 

-DJ KEN WATANABE: Como ya habréis adivinado, es el DJ de “Tokyo Tribe”. Fuera de la pantalla ya había colaborado produciendo en algún tema a muchos de los MC's que aparecen en la película. Destacar su participación en el CD recopilatorio de mezclas "A+ Tokyo Shit Vol.3" de 2012. 

-ANARCHY (Waru): Es el primero en tomar la palabra cuando irrumpen los Waru en escena. Pese a su estilo seco y áspero es posiblemente el que mejor contrato tiene de los MCs que aparecen en “Tokyo Tribe” ya que desde el pasado año sus trabajos se editan bajo el sello de la cacareada discográfica nipona “Avex” (casa de algunos de los más célebres artistas pop del país); musicalmente esto le ha apartado en parte del sonido algo más sucio de sus primeros trabajos. En sus canciones ha hablado desde el abandono que sufrió de niño, hasta sus anécdotas como criminal adolescente, donde fue miembro de una banda de moteros. Cuenta que descubrir el rap le cambió la vida. A destacar su álbum de 2011 "Diggin' Anarchy" producido íntegramente por Muro (veterano y respetadísimo productor de la vieja escuela y principal artífice de la Banda Sonora de la adaptación al anime del manga original). 

-SIMON (Waru): Es el acompañante de Anarchy en la irrupción de los Waru; ha lanzado al mercado 3 trabajos, los dos últimos bajo el sello OYW (One Year War) que maneja el excelente productor Bach Logic. Esto hace que sus discos gocen de un sonido impecable y una producción envidiable al nivel de los grandes artistas americanos del género. A destacar su segundo disco, “Twice Born” (2011). 

-YOSUKE KUBOZUKA (Ncoi): Además de un reconocido (y polémico) actor, ganador de numerosos premios durante su carrera, Yosuke Kubozuka ha publicado varios álbumes de estilo reggae bajo el nombre de MANJI LINE. Uno de sus dos hermanos también es cantante del mismo género (RUEED). Destacar su último álbum "Key Maker". 

-CYBORG KAORI (asistenta de Buppa): Exacto, lo habéis adivinado, Cyborg Kaori es la "chica beat-box" que nos dejó a cuadros con su inesperada aparición. Esta japonesa de 23 años se está dando a conocer de un tiempo a esta parte por su inusual habilidad. Además de acumular miles de visitas en Youtube, ha participado y trabajado también en programas de televisión, e incluso ha llegado a ser parte del show del descanso de un importante partido de baseball. 

-JESSE: Realiza un cameo en la escena de presentación de Musashino Saru, (la cámara de Sion Sono le dedica un plano donde se le puede ver dando un afectuoso saludo a (DJ Ken Watanabe). Más allá del set de rodaje es el vocalista de la famosa banda rockera con influencias hip-hop “RIZE”. Mantiene amistad con numerosos artistas de la escena hip-hop con quienes ha realizado numerosas colaboraciones. 

-YOU THE ROCK: Es un veteranísimo MC que hace un cameo en el plano que abre la película gritando a un grupo de transeúntes. Comenzó a dar sus primeros pasos en esto del hip-hop de la mano de veteranos como Uzi, Rino Latina o Zeebra (este último, anteriormente comentado, el único de ellos que ha conseguido cierta relevancia a nivel popular llegando a colaborar incluso con grandes artistas pop del país y capaz de colgar el "no hay entradas" en el mismísimo Budokan de Tokyo).

LOS ACTORES QUE RAPEAN EN “TOKYO TRIBE”: 

Ryohei Suzuki (Mera), Shota Sometani (MC Show), Nana Seino (Sunmi), Ryuta Sato (Tera), Hitomi Katayama (Yoko de Gira Gira Girls), Shunsuke Daito (Iwao de Shinjuku Hands), Akihiro Kitamura (Mukade), Yui Ichikawa (Norichan), Shoko Nakagawa (Kesha).

EL FACTOR MUSICAL DE “TOKYO TRIBE”: 

BCDMG son las siglas de “Big Crow Dog Music Group”, un colectivo de productores de la capital nipona formado por LostFace, Jashwon e I-DeA. En el caso de la banda sonora de “Tokyo Tribe”, está producida casi en su totalidad por Jashwon, a excepción de la instrumental que suena durante la jocosa aparición del Sumo Sacerdote (producida por LostFace) y la música del sueño húmedo de Hashime de Musashino Saru (producida por I-DeA). La canción principal de la película que podemos escuchar a lo largo de los créditos finales cuenta con los rapeos de Young Dais (Kai), Simon (Waru) e Y'S (Shibuya Saru), así como la inconfundible voz de la popular cantante r&b japonesa AI. 

Como último apunte comentar que Riki Takeuchi (Lord Buppa) –aportación de Chanpoo al que lo tiene como ídolo- también hizo sus pinitos en el mundo de la música, aunque en el campo del rock, como corresponde a alguien que no esconde su favoritismo por Elvis. Seguro que muchos no sabrán además que diseñaba los vestuarios de sus películas teniendo incluso tienda física en Tokyo.


7 comentarios:

El Rector dijo...

Esta vez si que me seduce lo que nos traes, amigo Chanpoo. Y eso que no es el rap uno de mis estilos musicales favoritos precisamente... pero si es cierto que soy gran amigo del musical y también hay que decirlo, del cine de Sono, pese a que no me gustó nada la citada "Why Don´t You Play in Hell?", de la cual no tuve perolas de aguantar más allá de su primera mitad de metraje. Una chorrada mayúscula.

Pero me es imposible obviar (a falta aun de hincarle el diente a alguno de sus títulos) joyas del calibre de "Guilty of Romance" o "Cold Fish". Sin duda, me quedo con mucho con el Sono perverso en lugar del Sono bufón, el cual, desde luego, profesa un sentido del humor que yo, no debo entender (como me suele ocurrir con todo lo que viene de tierras asiáticas).

Felicidades por el trabajo y un agradecimiento especial para Miguel Keichi por su aportación, que sin duda, hará las delicias de los amantes a este género musical.

Saludos.

Missterror dijo...

Yo también soy amante de los musicales, y sin haber visto todas las películas de Shion Sono, ni de lejos, hubo una época en la que todo lo que tocaba este señor, me parecía mágico, pero hay algo que me echa para atrás de "Tokyo Tribe", y es ese fuerte carácter gamberro del que hablas, que yo, como el Rector, tampoco entiendo en Sono.
La afamada "Why don´t you play in hell?" no me gustó nada de nada. Intenté verla dos veces y en ambos intentos fracasé. Con ese tipo de cine, o tienes conexión inmediata o no la tienes, y yo no la tuve. NI le encontré sentido, ni me divirtió para nada, por tanto, para mi, para lo que yo busco del cine de este director, fallida.

Yo también creo que el Sono retorcido, el divagante, el trágico y el pausado es el que me da alegrías. Yo considero a "Himizu" una obra maestra, y fue una auténtica gozada escribir sobre ella (de hecho fue mi tercera película favorita de ese año). Ese Sono me fascinó (lo había hecho anteriormente con "Guilty of romance, pero "Himizu" son palabras mayores) y esa fascinación es la que busco desde entonces en su cine... Si a esto añadimos que yo no soy seguidora del mundo manga, pues me temo que no voy a saber disfrutar de una propuesta como la que presentas.

Dicho esto, no quiero acabar sin felicitarte por la crítica. Menuda lección sobre el mundo del rap japonés!!! Una gozada contar con la ayuda de un experto como Miguel Keichi para que nos lo explique.

Saludos

Chanpoo dijo...

No me gusta decir esto, pero... No la veáis. Si no os gustó "Why don't you play in Hell?" esta no os gustará. Y es que como decís, este es el Sono burlón, nada que ver con el de sus inicios.

Y gracias por vuestras palabras. Todas las loas para Keichi, la auténtica fuente de conocimiento de esta reseña.

Unknown dijo...

A mi los musicales me producen sentimientos encontrados. A veces me gustan mucho y a veces me quiero morir. Un musical de rap me da pavor, lo he de decir ya, puede ser tremendamente original dado que los actores no son gente de bien del Bronx, me produce curiosidad pero veo estas fotos de actores con abrigos de pieles y me da escalofríos, Chanpoo.
Se me antoja harto bizarra

Chanpoo dijo...

Harto no, hiper. Pero eso tiene su lado bueno si te gusta la 'bizarrez'

Miguel Keichi dijo...

Gracias a todos^^

Si no os gustó WDYPIH? haced caso a Chanpoo y pasad de esta, porque esto es exactamente el mismo tipo de película pero con un ambiente visual y sonoro más bizarro, más vacia de contenido (si cabe) y menos sangrienta (como os imaginareis) pero (en mi modesta e imparcial opinión) tambien bastante más divertida. En definitiva, yo la veo como una chorrada de película muy disfrutable, un blockbuster de serie Z si lo preferís. Un engendro único en lo bueno y en lo malo.

Si aún con todo os lanzais ya nos contareis :)

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo en tu reseña Chanpoo. Mi opinion es la misma. A mi los musicales me gustan (Bollywood y demas congeneres hindus aun se me resisten) desde siempre y esta pelicula es una bizarrada enorme convertida a musical que le falta algo de peso en la historia pero aun asi Sion Sono es muy grande y lo vuelve a demostrar.

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