Crítica: Llega de Noche

En lo más profundo de los miedos humanos y en el instinto de supervivencia el director norteamericano Trey Edward Shults ha creado su segunda obra, “Llega de Noche” y ha puesto una piedra más para redefinir en cierto modo el género. No estamos ante una película de terror al uso, sino más bien ante un ejercicio de minimalismo y cierta sencillez en el resultado global que causará muy dispares opiniones y críticas. Muchos espectadores puede que no estén preparados para digerir ciertos experimentos en los que el terror es menos visual de lo que un trailer nos espolea, y poco amigos de salirse de ciertos cánones vean en ésta un aburrido intento post-apocalíptico. No es mi caso, puesto que suelo ser un espectador que decide esforzarse por y para la película, pero es de entender que sobre gustos hay colores, y en éste ejercicio hay muchos oscuros.

Aunque las etiquetas nos vienen bien para el orden físico y mental, yo diría que Thriller psicológico sería el más correcto, con su buena inyección de drama familiar, distopía y pandemias para contextualizar, y terror para culminar, no de la forma más satisfactoria, el recorrido del film. Algo de aroma de cine independiente, en el que triunfó su primera propuesta “Krisha”, y voilá, una apuesta tan arriesgada como interesante, pero quizás poco sorprendente y que aspira a más y no termina de alcanzar la cúspide. Cierto regusto a M. Night Shyamalan y Walking Dead… definitivamente un cocktail que juega a la simplicidad y que en algún momento no termina del todo de bien mezclar, pero se deja perdonar, por su sorprendente eficacia.

“Llega de noche” comienza fuerte y al grano, de eso no puede pecar el film, de ser direccional y llevar un ritmo entretenido, puesto que nos muestra en los primeros minutos como ante situaciones extremas se toman medidas igual de determinantes, por muy dolorosas que sean, puesto que el sacrificio por la familia y la protección del núcleo en un mundo jodido y hostil se presenta como única forma de sobrevivir y van por encima de todo. Y este modus operandi, esta nueva biblia impuesta por un apocalipsis que nunca se explicará en la cinta, nos dejará bien claro el mensaje. El mundo es hostil hasta un punto inaguantable.

En medio del bosque nos encontramos con una familia que intenta protegerse del exterior en su enorme casa, y para ello usarán máscaras para evitar el contagio por el aire, taparán las ventanas y sin saber muy bien si queda algo o alguien ahí afuera, intentarán sobrevivir. Paul (Joel Edgerton) ejercerá de patriarca y protector a ultranza de su mujer Sarah (Carmen Ejogo) y su hijo Travis (Kelvin Harrison Jr.) y cualquier amenaza exterior se podría considerar un intruso de por sí. No sabemos si hay zombies, si hay extraterrestres, si hay espíritus malignos, ni porqué están aislados. De hecho no sabemos incluso si todo es fruto de esa sobreprotección paternal. Se abren ciertos frentes, ciertos caminos en los que Shults juega muy bien para engancharnos a la historia. Una historia en la que otra familia de survivors se colará, y pondrá en jaque la fortaleza que Paul ha construido e intenta cimentar con rutina y cierta disciplina. Algo que su hijo Travis, personaje imprescindible en todo este cuadro, intentará aplicar para no agrietar ese muro, pero que por sus propios sentimientos de esperanza, liberación hormonal y amor, desestabilizará en cierta manera al conjunto. Y unido a sus pesadillas, esas que llegan de noche, esas que en el fondo todos los seres humanos tenemos y que resumidas en la peor de todas, la muerte, detonarán la trama.

Si de algo trata “Llega de noche” es de como nosotros mismos podemos ser nuestros propios monstruos, de como la paranoia junto con el miedo, puede enloquecernos de verdad. Ciertos aires de “El Resplandor” nos llegan a esta casa, con mucha menos luz, con una oscuridad tremenda, puesto que de un par de lámparas de mano es de lo que se sirven sus habitantes para andar por ella, para protegerse del exterior, un exterior separado por una simbólica reforzada puerta roja, aquella que atraviesa en sus pesadillas Travis para angustiarnos hasta el límite, una de las grandes virtudes de la cinta sin duda. Claustrofobia y tensión cocinadas a fuego lento, usando técnicas de montaje interesantes, en las que si pierdes el hilo te aburrirás, pero si atiendes con la mente abierta al banquete obtendrás un festín de angustia, miedo, desesperanza. Efectivo es un rato, pero también ese culmen no termina de explotar del todo y es la única pega que le saco en claro al film. Podría haber sido el resultado más impactante en mi opinión si se hubiera administrado algo más de terror, y no hablo de terror visual, del cual carece mucho la película, y eso es muy interesante, pero sí algo más de aspereza en ciertas escenas. No echo de menos sustos a lo James Wan, puesto que de haber sido así sería una película menos original, el problema puede residir en que aunque el conjunto de las actuaciones está lograda, la atmósfera y tensión a veces entre ellos se diluye, y peca de cierta previsibilidad.

Durante una de las escenas al principio podemos ver al detalle un cuadro flamenco de Pieter Brueghel el Viejo, decorando una de las paredes, el famoso “El triunfo de la Muerte”. Premonitorio y evocador de malas sensaciones, aquellas que puede que existan o puede que no. Quizás estén fuera, en la noche amenazantes, pero quizás estén dentro. En nuestro interior, en nuestras pesadillas, pero también en nuestras familias. ¿Hasta dónde llegarías por proteger a los tuyos?

“Llega de noche” merece una oportunidad independientemente del género al que queramos acudir solo por como nos va a remover las entrañas y cómo nos dibuja, a los seres humanos, una vez más.

Lo mejor: La sutileza del conjunto, desde una banda sonora en el momento justo, luz cuando la necesitamos (y deseamos), un ritmo bien hilado para engancharnos a la historia, en la que bien llegados hasta el final dudaremos del desenlace. Una casa más para la colección de casas malditas.

Lo peor: El coqueteo escaso con el terror la clarifica cuando merece ser más turbia, más oscura aún de lo que parece ser.