martes, 25 de diciembre de 2018

Crítica: The Lesson

Educación E-D-U-C-A-C-I-O-N, “acción y efecto de educar. Crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y a los jóvenes. Instrucción por medio de la acción docente”. Esta es la definición que la RAE nos da para este magno término que, a día de hoy, está muy cerca de perderse. Todos los que estamos mínimamente cerca de algún tipo de docencia, sabemos que la cosa pinta mal. Planes de educación orientados a eliminar el pensamiento crítico de los alumnos. Alumnos con nulo respeto a la autoridad del docente. Profesores con constantes crisis de ansiedad. Todos estos temas se tratan en “The Lesson”, los abusos que se dan a nivel vertical en los colegios e institutos.


“La cinta empieza acorde a lo prometido, se respira un aire de rudeza que apunta a que algo bueno se está fraguando”


Dado el interés personal en el tema y que, además, se me prometía una buena dosis de gore inglés, mis expectativas en la película eran altas, pero pronto se han visto frustradas ante la floja labor de dirección y guion de Ruth Platt.

El tema pintaba bien. Jóvenes estudiantes ingleses que, en el punto álgido de su adolescencia la toman con su profesor de literatura, Robert Hands, de forma un poquito hardcore. La parte con sustancia, o lo que supone que iba a serlo, es cuando al profesor se le va el oremus y se toma la revancha. Podemos dividir la película en tres partes. La parte inicial, en donde se nos introduce en la dinámica de los adolescentes, su vida, sus usos y abusos. Aquí destacan gratamente las actuaciones de los jóvenes Evan Bendall Y Rory Coltart. La cinta empieza acorde a lo prometido, se respira un aire de rudeza que apunta a que algo bueno se está fraguando.


“Un final insulso y predecible a partes iguales que hace que se vayan volando las últimas esperanzas que nos quedaban”


La segunda parte, será la de la citada revancha. Periodo de la película sólo apto para dos tipos de personas; los amantes de la literatura inglesa y los de las drogas duras. Poco más diré sobre el cúmulo de disertaciones al que se ve sometido el espectador. La última parte, es la que se corresponde con el final de la película. Un final insulso y predecible a partes iguales que hace que se vayan volando las últimas esperanzas que nos quedaban.


“el problema de esta película no es ser lenta. El cine lento nunca está reñido con una buena ejecución”


Echo de menos el gore que se me prometía, la crudeza y el salvajismo inherente al ser humano que, por momentos vemos asomar, pero que no acaba de llegar. Floja en ejecución se nos queda esta obra de Ruth Platt. Si bien la actriz nos tenía mal acostumbrados al tenerla relacionada con películas tan brillantes como “El Pianista”, en “The Lesson”, se queda en un quiero y no puedo.

Puede decirse que la película contiene la cantidad de gore precisa y justa, pero no me puedes vender algo como género “tortura” y darme esto. Claro ejemplo de falta de ejecución y de cómo una buena idea se queda perdida en alegatos sin sustancia. No nos equivoquemos, el problema de esta película no es ser lenta. El cine lento nunca está reñido con una buena ejecución. Su problema está en que, llegados a un punto, tanto el espectador como los adolescentes nos perdemos en la lección que el maestro quiere mostrarnos. La lección de vida que supuestamente se nos está dando, no acaba de cuajar en las mentes de los espectadores, salvo por la antigua máxima de que “la letra, con sangre entra”.


2 comentarios:

Unknown dijo...

Magnífica crítica. Lorena

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