lunes, 24 de octubre de 2022

Crítica: Megalomaniac

MISSTERROR NOS HABLA SOBRE EL SUCIO, PERVERSO Y PRECIOSISTA HORROR MISÓGINO DE KARIM OUELHAJ


¿Cuántas veces os han preguntado que por qué os gustan las películas de terror? No hace falta que contestéis, era pregunta retórica. Conozco muy bien la respuesta porque es exactamente el mismo número de veces que me lo han preguntado a mí. Entiendo que este gusto particular por el miedo, la sangre y esa sensación tan poderosa que provoca una buena película de género, para los profanos debe de ser inexplicable y por eso la insistencia en preguntar. Lo entiendo perfectamente porque yo tampoco tengo explicación, de la misma manera que no la tengo cuando me preguntan que por qué me gusta más el dulce que el salado. Simplemente es así. 


“una película desagradable, en especial con el género femenino al que maltrata sin piedad en un intento de denuncia al patriarcado. Es sucia, provocadora, violenta y visceral” 


Cuando te apasiona este tipo de cine y además eres mujer, se añade una nueva cuestión: ¿cómo puedes defender películas misóginas o machistas? Misma pregunta cuando hablas con entusiasmo de películas con claros tintes racistas o clasistas. No negaré que muchas veces he entrado en conflicto conmigo misma hablando de determinados rape & revenge o torture porns y que en otras muchas ocasiones me he sentido incómoda ante lo que veía, pero no es menos cierto que nunca he apartado la mirada. 

A estas alturas resulta insultante tener que decirlo, pero lo diremos una vez más: Este género nos gusta porque es ficción y porque esa ficción nos permite experimentar sensaciones muy intensas desde la seguridad del hogar o una sala de cine. Personalmente, me gusta porque sé que puedo controlar las sensaciones de miedo, de rechazo y de tensión que provoca, estableciendo una distancia entre lo que veo y mi realidad. Ese control ante una situación de amenaza, que no se podría dar de ninguna manera en la vida real, es adictivo. El añadido del ensañamiento con el débil viene de serie en este género y hay que asumirlo como lo que es: un vehículo para contar, con más o menos acierto, una historia. Ocurre lo mismo en los dramas y en la mayor parte de las comedias sin que el respetable se eche las manos a la cabeza, pero parece que, en muchas ocasiones, debido a una rancia vara de medir, el cine de terror tiene que pedir perdón por algo que en el resto de géneros se asume con respeto. 


“está pensada para hacer honor a su título intentando incomodar, disgustar y causar rechazo, pero al mismo tiempo está rodada de una forma tan preciosista que hace de la hemoglobina un arte y de la suciedad un cuadro” 


Necesitaba empezar comentando esto porque es algo que me perturba constantemente. ¿Por qué defender una película que se ensaña con las mujeres? Porque la película me ha gustado, punto. “Megalomaniac” (2022) es una película desagradable, en especial con el género femenino al que maltrata sin piedad en un intento de denuncia al patriarcado. Es sucia, provocadora, violenta y visceral y no solo planea sobre la figura del Carnicero de Mons (Bélgica), sino que muestra su perturbadora relación familiar. 

El director Karim Ouelhaj nos sitúa en una antigua y destartalada casona victoria para que asistamos a las metamorfosis de sus personajes. “Megalomaniac” es una conjunción de dos historias contadas de una manera algo torpe y sin demasiada coherencia, en las que la figura del espectador como tercer personaje es fundamental para ir formalizando el guion con las herramientas visuales que se le van ofreciendo. No me refiero a que el guion sea incomprensible, sino que inevitablemente deja una constante sensación de falta de cohesión entre las distintas partes y por ende entre los dos personajes principales, Félix y Martha, en su perpetuación del mal. Desde el minuto uno, la película está pensada para hacer honor a su título intentando incomodar, disgustar y causar rechazo, pero al mismo tiempo está rodada de una forma tan preciosista que hace de la hemoglobina un arte y de la suciedad un cuadro. La fotografía insiste constantemente en resaltar el feísmo y transformarlo en una pintura perturbadora e hipnótica. Los contrastes de luz y sombra y las tonalidades elegidas subliman cada escena para esconder las carencias detrás de un Stendhal grotesco, algo que personalmente encontré muy atractivo.

Con un discurso de falsa moralidad, cada escena supone una preparación para un clímax que, si bien se queda bastante diluido en su mensaje, consigue ser un festival visual donde la cámara disfruta a placer de encuadres de videoclip siniestro. El recital de mal rollo que consigue a golpe de cámara lenta para enfatizar la violencia y la mugre, está perfectamente sincronizado con unos potentes efectos sonoros. Es una lástima que todo el esfuerzo que se pone en el apartado más visual, no se haya puesto en desarrollar mejor a los personajes y en ser más certeros con los simbolismos con los que está regada esta película. Con esto no quiero decir que me haya parecido una experiencia vacía de contenido, como se ha escuchado, sino que la historia se queda coja en cuanto al conflicto interno que entiendo que quiere explicar y huérfana de la empatía necesaria para generar debate. 


“Los trabajos interpretativos por parte de Benjamin Ramon y Eline Schumacher son impresionantes y los efectos especiales un baño de sangre” 


Aun así, creo que es toda una experiencia que debe ser descubierta, que recuerda a la maravillosa Francia de la primera década de los dos mil, pero marcando un tempo mucho más pausado. Los trabajos interpretativos por parte de Benjamin Ramon y Eline Schumacher son impresionantes y los efectos especiales un baño de sangre que señalizan el camino para muchas de las escenas más relevantes. La banda sonora es un pepinazo y como he comentado, la fotografía es el punto fuerte. 

"Megalomaniac” traerá recuerdos a la mente de “Der goldene Handschuh” (Fatih Aikin, 2019) por su sordidez, pero en ese paseo por la locura y la falta de humanidad, Karim Ouelhaj muestra la cara más barroca y pictórica de la deshumanización. Es cierto que, en su alegoría, este director no ha perfilado bien su denuncia contra la violencia contra la mujer y se ha limitado a mostrarlo para hacerlo aún más visible, pero creo que la intención existía. Mostrar un círculo del mal en el que los personajes despreciables cometen atrocidades una y otra vez puede ser percibido como ensañamiento, pero también es una manera de recordar un mal primigenio que nos asola y que muestra que somos patrones que repetimos lo que vemos a nuestro alrededor.


6 comentarios:

El Rector dijo...

Muy de acuerdo con el análisis. Es cierto que la historia presenta algunos puntos negros y que hay algunas situaciones que no se terminan de entender, pero entiendo que la intención del director no era tanto el acercamiento a la figura del carnicero de Mons, sino tratar la idea de la perpetuación de las tradiciones, en este caso, la diabólica línea de sangre familiar y toda la serie de "valores" vinculados a esta.

A partir de ahí, tampoco me parece que sea esta una ocasión para exigirle al guion según qué cosas y más bien una oportunidad de dejarse llevar por la suciedad del relato, lo repulsivo de todos sus personajes y de un apartado visual apabullante que lo termina engullendo absolutamente todo. "Megalomaniac" contiene tal colección de estampas macabras y el formato videoclip está tan bien integrado en el metraje, que ya justifican el visionado y hacen de su disfrute casi una obligación para cualquier amante del terror de corte más extremo.

Todo el reparto lo hace muy bien, pero el personaje de Benjamin Ramon resulta de lo más perturbador y por momentos recuerda horrores al gran Klaus Kinski.

Por cierto, tienes que estar muy enferma para que te haya gustado una película como esta ;)

Saludos.

Missterror dijo...

Hola, Rector. Yo también creo que la intención del director no era ahondar en el misterio del Carnicero de Mons, sino desde una interpretación libre, tomar un punto de partida de un mal heredado.
Ciertamente, para disfrutar "Megalomaniac" hay que dejarse llevar por todo eso que comentas. La apuesta estética es clara y es el valor principal de la película. Defines muy bien una sensación que comparto: visualmente es apabullante y terminas tan absorto en la imagen que te despreocupas del resto.
Benjamin Ramon lo borda y sí, ahora que lo dices, tiene cierta similitud con Klaus Kinski. Ambos están en esa línea de ser personas muy atractivas que pueden llegar a repeler en función de la característica que quieran enfatizar de sus personajes.

Estamos todos medio enfermos y felices. El terror tiene la gran suerte de contar con los fans más entusiastas. Pedimos poco y damos mucho. A nada que una película nos guste, nos arregla el día y nos hace volar. Lo dicho, felices.

Un abrazo.

Mister Moloko dijo...

Hola a todos
Ayer tuve la ocasión de ver la película en pantalla grande y suscribo al 100x100 todo lo que dices. Había escuchado mucho sobre ella y creo que el director logra algo muy difícil: en muchos momentos empatizas con dos personajes que son moralmente repulsivos y hacen cosas horribles. La atmósfera es hipnótica y te atrapa como una tela de araña hasta el punto en el que dejas de lado los problemas evidentes que tiene la película y te dejas arrastrar por ella. Es cierto que la definición de personajes se hubiera podido desarrollar más y que la gestión del tiempo de la narración es regular y en muchos momentos vas un poco perdido (da saltos temporales hacia delante que te confunden) Pero el resultado final es una experiencia muy interesante y que tiene imágenes muy poderosas.
Si la película es misógina o no, personalmente creo que los tiros van por otro lado: el director busca establecer un juego en el que el espectador se sienta en el filo de la navaja sobre quien es víctima y quien verdugo. Y eso está bien resuelto. Yo, por ejemplo, hubiera agradecido que se nos explicará más de la relación con el padre y s trabajara el concepto de legado. Pero, repito, creo que los tiros iban por otro lado. En todo caso una experiencia cinematográficamente muy, muy estimulante y con imágenes muy poderosas.
Saludos

Missterror dijo...

Hola, Moloko. Como dices, "Megalomaniac" consigue ponerte en esa difícil tesitura de empatizar con personajes despreciables (pronto hablaremos largo y tendido de otra gran película que se recrea en esta incómoda sensación ;) Como dices, en conjunto es una experiencia muy interesante y pese al poco desarrollo que se le a esa idea del linaje del mal, el espectador es capaz de tejer todo el entramado.
Respecto al objetivo de la película, creo que el director nos daría la razón a ambos. Creo que tiene un poco de ambas visiones. Karim Ouelhaj confesó en varias entrevistas que definitivamente quería hablar sobre la violencia ejercida contra las mujeres desde un punto de vista extremo. Supongo que la línea de la malinterpretación es fina cuando te pones en esas tesituras y que en ocasiones pueda parecer que no hay más que ensañamiento en esa denuncia.
Realmente creo que este director quiere expresar más desde la estética que desde la historia, por lo que no define demasiado bien el objetivo de su película.
En cualquier caso, ese juego límite de víctima y verdugo del que hablas es muy potente y la película sabe sacarle todo el beneficio posible.
Me alegra mucho leer que para ti también ha sido una experiencia estimulante.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Lejos de ser grotesca la película ha dado en el punto, es un mensaje evidente y poderoso la violencia es de por si una maldición que se lleva en la sangre, los personajes han encarnado la violencia hacia la mujer desde una manera realista, ya que estás han sido violencias que sufren a diario muchas mujeres, si bien es cierto, que tener un padre asesino en serie es algo congruente para darle sentido a la trama, la deshumanización hacia las mujeres y la complicidad de los hombres en estas violaciones es algo histórico y nada nuevo aún más aún en la actualidad con la cosificación, la falta de control sobre la propia vida y la retórica deshumannizante de los gobiernos y las "figuras de autoridad" que son autores y complices de las mismas.
Nada más que decir solo una cosa. Si hay mujeres en tu casa y a tu alrededor cuídate de ser como aquéllos personajes que viven de la violencia y la complicidad en el disfrute de destruir a otro.

Missterror dijo...

Sin duda, "Magalomaniac" pone el acento en la violencia sufrida por las mujeres de manera continuada y sistemática. Con mejor o peor acierto, ese mensaje de complicidad del que hablas está presente constantemente en la película y hace que la experiencia sea difícil de abordar.
Como mujer, agradezco siempre ese deseo de evolución humana. Hasta que no se cumpla, seremos una sociedad en deuda.

Un abrazo.

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