En un pequeño pueblo de California la vida transcurre con una apacible normalidad. Todos los vecinos con amigos, todos se ayudan entre sí y la camaradería es estrecha y solidaria. Ese día es especial, se desarrollará una feria campestre y todos colaboran con entusiasmo y alegría.Pero hay algo en el aire, algo extraño que solamente el doctor Alan Chafee (un correcto Christopher Reeves) siente al despertar, pero es tan sutil que decide que no era nada y continua con sus labores habituales.
“es correcta y cumple el mandamiento sagrado de Billy Wilder de entretener al espectador, pero uno siente a lo largo de todo el metraje que en la cinta falta algo”
Y entonces ocurre lo inimaginable. De repente, y sin sentido alguno, absolutamente todo el pueblo cae desmayado exactamente en el mismo instante… y cuando todos despiertan, las consecuencias son tan increíbles como aterradoras. Este es el poderoso inicio de una de las películas más impersonales e imperfectas (pero eficientes) del maestro John Carpenter: “Village of the Damned” (1995).
Un remake no tan redondo
Desde el año 1982, cuando llevó a cabo el remake de esa maravilla llamada “La Cosa”, Universal estaba encantada con el trabajo de Carpenter y lo estaban tanteando para que hiciera otros dos remakes, “El Monstruo de la Laguna Negra” y “Village of the Damned”, ambos filmes originales muy queridos y apreciados por el maestro, y que al final solo llevó a cabo el segundo.
Para hacer realidad el remake de la película original de Wolf Rilla de 1960, Carpenter contó con la colaboración de grandes estrellas del momento como Christopher Reeves, en el que sería su último trabajo antes del trágico accidente de equitación, Kirstie Alley en el papel de una cínica y enigmática científica del gobierno, Mark Hamill que hizo un pequeño papel del reverendo del pueblo e interrumpiendo su habitual trabajo como doblactor de películas animadas, y dos de sus acostumbrados actores fetiches: Peter Jason y el siempre carismático e impredecible George Flower.
“Otro detalle muy importante que ayuda a entender la falta de concepción integral de la historia es el hecho de que trabajaron hasta 3 guionistas diferentes”
Y el resultado es tan extraño como el aire que se siente en el pueblo. La película es correcta y cumple el mandamiento sagrado de Billy Wilder de entretener al espectador, pero uno siente a lo largo de todo el metraje que en la cinta falta algo que impide que el resultado sea redondo, trascendental y sensacional, como lo fue en el remake de “La Cosa”, y en su defecto tenemos una película plana, sencilla, libre de colesterol y sin sal.
Para empezar, Carpenter siempre afirmó que “Village of the Damned” era un trabajo contractual, (una de esas películas que se hacen para comer, como diría Francis Ford Coppola) y no un verdadero proyecto hecho con la necesaria pasión que se siente al hacer un auténtico producto audiovisual. Parte de esa falta de profundidad se siente en el hecho de que a lo largo de las etapas de desarrollo y pre producción se presentaron drafts tras drafts de guion sin que se tuviera uno realmente definitivo y satisfactorio, ni para Carpenter ni para los siempre fastidiosos ejecutivos. Otro detalle muy importante que ayuda a entender la falta de concepción integral de la historia es el hecho de que trabajaron hasta 3 guionistas diferentes remodelando una y otra vez el guion original de 1960, y como bien lo dice el antiguo refrán, muchas manos en la cazuela echan a perder el guiso.
“Es muy probable que esta falta de auténtico cine de autor fue la responsable del fracaso comercial de la cinta, que ni siquiera pudo recuperar la inversión hecha”
La falta de pasión del maestro también se siente en la puesta en escena en donde pareciera que Carpenter trabajó con una camisa de fuerza y en piloto automático, sin sentirse en ningún momento el ritmo siempre trepidante y ágil que ofrece en sus mejores trabajos entregando un producto comercial pre empacado y esterilizado.
Mucho talento sin la debida profundidad
Esta falta de profundidad también se observa en el resto de los departamentos, donde la fotografía de Gary Kibbe y la edición de Edward Warschilka no llegan a las cotas requeridas y se conforman con entregar un trabajo correcto y sin sazón. Hay que aplaudir, sin embargo, el esfuerzo que hace Reeves a lo largo de la cinta como el médico obstetra que intenta desesperadamente lidiar con el impredecible e imposible horror de esta insospechada invasión alienígena intentando que los niños extraterrestres experimenten empatía y compasión hacia la humanidad, pero al igual que Carpenter, su interpretación se siente algo forzada por momentos, al igual que el casting infantil, que a excepción de una espléndida y terrorífica Lindsey Haun (sin duda lo mejor del filme), están igual de planos y sin resaltar.
Es muy probable que esta falta de auténtico cine de autor fue la responsable del fracaso comercial de la cinta, que ni siquiera pudo recuperar la inversión hecha, y que dio al traste las intenciones iniciales de Universal de hacer el remake de “El Monstruo de la Laguna Negra”. Sin embargo, de todas las obras menores de Carpenter (en donde se incluyen esos adefesios insalvables llamados “Vampiros” y “Fantasmas de Marte”) sin duda esta es la mejor lograda y la que se puede ver de vez en cuando un domingo en la tarde para entretenerse y evadirse durante hora y media sabiendo que, al menos, no nos vamos a aburrir.
4 comentarios:
Muy de acuerdo con el análisis. En el mismo saco que "El Hombre Invisible", "Starman" y "The Ward", el de las obras más impersonales de este fabuloso cineasta (y no digo que estas no sean disfrutables, que en menor o mayor medida, lo son).
Ahora bien Shaggy, me he tenido que leer varias veces tus palabras hacia "Vampiros" y "Fantasmas de Marte", pues no daba crédito. En mi opinión, son dos jodidas maravillas y lo más importante, lo opuesto de lo que peca esta "Village of the Damned", pues son dos ejemplos perfectos del Carpenter más genuino, de ese cine irreverente suyo que nos ha dejado las mejores obras de su filmografía. Entiendo cortes de terror puro como "La Cosa", "La Niebla" o "En la Boca del Miedo" como raras avis dentro de una brillante carrera donde lo que ha predominado ha sido la serie B gamberra donde terror, ciencia ficción y humor han convivido en perfecta comunión. Tengo muy claro que si "Vampiros" y "Fantasmas de Marte" se hubiesen rodado diez años antes, nadie hubiese osado hablar mal de ellas, de la misma forma que joyas de culto como "They Live", "El Príncipe de las Tinieblas" o "Golpe en la Pequeña China", hubieran generado "controversia" de haber sido rodadas en los 2000.
Saludos.
Jejeje, en realidad opino exactamente al revés estimado Rector, para mí las películas de Carpenter consideradas menores y salvables son precisamente Village of the Damme, Masacre en el Barrio Chino y The Ward (aunque de verdad esta última película no se parece en nada al estilo de Carpenter, es totalmente anodina, pero sí muy disfrutable).
Para mi Starman sí es un clásico del maestro y una película muy particular porque se aleja totalmente de su pesimismo y entra dentro de una estela optimista y conmovedora que nunca habíamos visto de él, es la The Straight Story de John Carpenter.
Vampiros y Fantasmas de Marte son un mal chiste, una absoluta payasada sin pies ni cabeza ni verosimilitud, en ese aspecto prefiero mil veces El Príncipe de las Tinieblas que si tiene muchísimo de lo que necesitan esas dos películas.
Pero como bien dice el dicho: entre gusto y colores. Un gran abrazo!
Mi amor por Carpenter es infinito y la original de Wolf Rila es una de mis pelis preferidas de todos los tiempos, que podría salir mal…pues todo! El ambiente enrarecido que perfuma la original aquí ni se intuye, el mal rollito que dan los niños en esta ni se asoma… como se nota que fue un encargo y la hizo con desgana, le podría haber sacado chispas, pero supongo que no estaba por la labor, una pena. Por cierto, a mi también me gustan "VAMPIROS" y "FANTASMAS DE MARTE".
Buenas noches.
Concuerdo con tu análisis Shaggyfarache, es una película que podría haber dado para mucho más en la mano de este monumental director. Estamos hablando de una idea espectacular todo un pueblo bajo el terror generado por unos niños siniestros (siempre sentí que un poco más de gore hubiera elevado la cinta).
Ahora descubro que Carpenter hizo esta película bajo contrato, al verla pensé que lo irregular del filme se debía a un momento bajo nivel del director.
Concuerdo que es una película para ver un fin de semana y rescatarla del olvido.
Saludos.
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