Crítica: Guardianes de la Galaxia Vol. 3

KRUEGER NOS HABLA SOBRE EL CIERRE DE TRILOGÍA POR LA PUERTA GRANDE DE LA MANO DE UN COMO SIEMPRE SUPERLATIVO, JAMES GUNN

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Es justo reconocer que DC, en su vertiente cinematográfica, ha ganado un auténtico seguro de vida con James Gunn. Ya dejó claro lo que podía hacer con el “Escuadrón Suicida” (James Gunn, 2021) más divertido y gore posible; y es que a Gunn le van los fracasados y los outsiders; todos aquellos que se encuentran en los márgenes de la normalidad... aunque esta se encuentre en las coordenadas de lo superheroico. No podíamos esperar menos de un hijo de la Troma. 

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“no es solo la mejor cinta de toda la trilogía; también se colaría en un podio de las cinco mejores películas de todo el UCM” 

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También hay que darle a Gunn el mérito de ser el director más personal del UCM (para mí también es el mejor, seguido de los hermanos Russo, pero tampoco sería una locura considerar a estos mejores, teniendo en cuenta el díptico que se marcaron…). Es cierto que anda por ahí Waititi, pero creo que las obras de este se benefician de su loco sentido del humor, mientras que las de Gunn respiran las influencias del director y su concepto autoral por todos los poros. 

Como la reseña empieza con el recurso de dorar la píldora, seguiré indicando que “Guardianes de la Galaxia Vol. 3” (James Gunn, 2023) no es solo la mejor cinta de toda la trilogía; también se colaría en un podio de las cinco mejores películas de todo el UCM. Teniendo en cuenta que hay ya muchas (¿demasiadas?) películas Marvel con gente en mallas y que existen auténticas maravillas, lo que ha logrado Gunn, en su despedida de los canallas más adorables de la galaxia, es poca broma. Es posible que sea la puntuación más alta que he dado en Nido de Cuervos. No es la película que más me ha gustado de todas las que he reseñado, pero ¡qué cojones! me encantaría que Gunn fuera mi tío cinéfilo y los Guardianes mis mejores colegas...así que me permito el lujo de ofrecer una puntuación quizás algo hinchada, a modo de reconocimiento y victoria pírrica. 

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“ha sabido integrar la comedia con naturalidad en la narración y en sus personajes, es una obra con corazón y alma” 

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El cierre de la trilogía más divertida de Marvel, al menos desde el punto de vista de aquella que mejor ha sabido integrar la comedia con naturalidad en la narración y en sus personajes, es una obra con corazón y alma. El director ama a sus criaturas, nosotros hemos aprendido a quererlas y esta entrega, con inequívoco aire de despedida, se impregna de un mayor componente emocional, del que las precedentes tampoco renegaban (la madre de Peter, el trauma de Drax…); pero pocas historias hemos visto con la capacidad de encoger el corazón a los espectadores como el origins de Mapache Cohete. Cosas de uno, que tiene más aprecio a los bichos que a las personas. 

También es un subidón de confianza en la quinta fase después de la tremenda decepción que supuso para un servidor “Ant-Man and the Wasp: Quantumanía” (Peyton Reed, 2023), una película desganada, cumplidora en lo visual, pero sosa en el resto de aspectos. Me va a perdonar Kevin Feige, pero prefiero un Alto Evolucionador que mil Kangs… También juega los Guardianes la baza de nuevos mundos (al igual que el mundo cuántico), pero lo que en aquella parecían outlets de una entrega de baratillo de “La Guerra de las Galaxias”, aquí son maravillosas creaciones de látex (fantástica la labor de maquillaje) que dejan claro los orígenes de su director. Para el recuerdo queda ese satélite hecho de material orgánico y pringoso, entre Cronenberg y cualquier locura ochentera de sabor tromático. 

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“las películas de Gunn siempre han sabido que estaban adaptando cómics de superheroes y que las tragedias debían estar dentro de la historia, pero que esta no debía girar únicamente en torno a ellas”

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Gunn no se ha dejado nada en el tintero: ahí tenemos detalles gore, monstruos, gags simplemente maravillosos (ese “Mantis, gilipollas”), homenajes cinéfilos (cuando la veáis, descubriréis que famosa secuencia de la saga galáctica se recrea), momentos musicales y probablemente la secuencia de acción del año: por mucho digital que tenga, el plano secuencia en el pasillo es para dejar con la boca abierta y transmite esa sensación de maravilla que uno experimentaba al ver a “Los Vengadores” (Joss Whedon, 2012) en acción conjunta por primera vez. 

Sin ser obras ligeras, las películas de Gunn siempre han sabido que estaban adaptando cómics de superheroes y que las tragedias debían estar dentro de la historia, pero que esta no debía girar únicamente en torno a ellas. Gunn leía cómics para pasárselo bien. Hace películas para pasárselo bien. Y demonios si yo no me lo paso de lujo viéndolas. Solamente Gunn podía despedirse dando ese tratamiento al personaje de Warlock. Hasta pronto, señor Gunn. Hasta pronto, Guardianes.