Crítica: Clock

ALONZO SIN BRAZOS NOS HABLA SOBRE LA ÓPERA PRIMA Y NUEVO "TERROR MATERNAL" DE ALEXIS JACKNOW

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Ella (Dianna Agron) es una mujer cuya existencia responde a estándares todavía usuales (casada, profesión exitosa) con una salvedad: No es madre ni quiere serlo. Esta cuestión (que no tiene que ver con un impedimento físico) condiciona su vida social y familiar pasando de ser una determinación consciente a un asunto a solucionar. Es por eso que se somete a un tratamiento novedoso y poco convencional que va a despertar su instinto maternal y, en definitiva, poner a funcionar su ‘’reloj biológico’’. 

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“un planteo interesante, aunque la reiteración y la falta de sutileza lo desdibujan borrando cualquier atisbo de profundidad” 

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El primer largometraje de Alexis Jacknow, sin tornarse una obra fallida, deja más en el debe que en el haber, tal vez, pagando responsabilidades ajenas. Es probable que, al enfrentarnos a las diferentes críticas, artículos o reseñas, nos hayamos topado con un referente ineludible a la hora de tratar este tipo de contenidos: David Cronenberg. Dicho esto ¿”Clock” (2023) tiene la culpa de que las ansias generadas sean superiores al resultado, sobre todo, reconociendo que la vara tiene el nivel de uno de los directores más relevantes del género? Es fácil resolver la suma fruto de los comentarios y caer en el equívoco: Cronenberg + fertilización = “Dead Ringers” (1988). Y acá está el problema, la cinta del canadiense es un peliculón y “Clock” no. De hecho, la alusión no solo no agrega precisión si no que, por el contrario, causa desconcierto. 

Sorteados los malentendidos podemos arrancar con ‘’Sin tiempo’’ que presenta sus propósitos y la manera en la que se van a desentrañar los distintos interrogantes desde el inicio. Los primeros actos son tan atractivos como eficaces. Comenzamos a dilucidar el empeño destinado en demostrar que todas estas disposiciones indiscutibles (concepción equivalente a obligación) llegan a ser, en su vacuidad, otro indicio de la superficialidad que subordina gran parte de nuestros juicios cotidianos. Sin embargo, esta ligereza que pretende denunciar termina siendo su principal carencia cayendo, con el correr de las secuencias, en metáforas cada vez más obvias. Así es que cuando esperamos que el desarrollo continúe por el derrotero original: deseo/mandato/obsesión, el rumbo deriva en alegoría/lugar común. Para muestra bastan las conversaciones de Ella con su progenitor. La religión judía y la perpetuidad son temas de debate constante. Las huellas del holocausto signaron el legado, marcando la crianza y la oportunidad de descendencia. Por lo tanto, mientras que para el padre procrear es una misión, un modo de contrarrestar la desaparición de sus costumbres, para Ella es una señal de mezquindad: no contempla la posibilidad de traer una persona a un mundo capaz de semejante aberración. 

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“si tuviéramos que resaltar sus virtudes, sin dudas habría que referirse a su impecable factura técnica o a las sólidas interpretaciones” 

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En teoría un planteo interesante, aunque la reiteración y la falta de sutileza lo desdibujan borrando cualquier atisbo de profundidad e, inclusive, poniendo en duda esa efectividad de la que hablamos en algún momento. Esta inclinación persiste hasta el final y, concretamente en el desenlace, arribamos a una mezcolanza importante en la que se embarullan idénticas dosis de pretenciosidad y confusión. 

No obstante, no todas las noticias son malas, es más, a pesar de que suene contradictorio, considero que es un debut auspicioso. A esta altura creo que se debería recibir con los brazos abiertos un ejercicio singular, que no responde a los patrones frecuentes y, en especial, que no es ni secuela, ni recuela, ni remake, ni reboot, ni tantos etcéteras. No porque sea intrínsecamente un defecto ni mucho menos, pero sí entiendo su enfoque innovador como un criterio a destacar. Ahora bien, si tuviéramos que resaltar sus virtudes, sin dudas habría que referirse a su impecable factura técnica o a las sólidas interpretaciones (en particular la de Agron que, al fin de cuentas, es la que soporta el peso de la obra) o a un puñado de escenas perturbadoras derivadas de una nueva alternativa argumental: ¿Ella perdió la cabeza por culpa de la presión colectiva o de la terapia? A medida que avanza el metraje (y el procedimiento médico) el límite entre realidad y fantasía se diluye y, de la mano, el que divide al thriller del terror. Una decisión que puede transformase en un inconveniente, en este caso, se desenvuelve con fluidez y se convierte en su rasgo más provechoso. 

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“La fijación por la forma en contra del fondo se traduce en una creación relativamente trivial, por más que, en principio, pase por el enemigo que procura combatir” 

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En conclusión, “Clock” aporta una perspectiva poco explorada para un tópico trascendental y siempre en vigor: La imposición de los métodos clásicos al constituir la familia y reflexionar acerca de su historia aun cuando el obstáculo que nos separa del objetivo sea el bienestar. Por desgracia hasta las buenas intenciones quedan a mitad de camino. La fijación por la forma en contra del fondo se traduce en una creación relativamente trivial, por más que, en principio, pase por el enemigo que procura combatir. Así y todo, pienso que vale la pena concentrarse en sus modestas cualidades, entender este comienzo de carrera como favorable y permitirnos esperar con cierta expectativa, o a lo sumo curiosidad, su próximo intento.