martes, 10 de diciembre de 2024

Crítica: Transformers One

ARTORIUS NOS HABLA SOBRE LA NUEVA INCURSIÓN EN LA GRAN PANTALLA DE LOS AUTOBOTS Y CIA, AHORA, LEJOS DE LAS VILES MANOS DE MICHAEL BAY


Vale, hay que decirlo en voz alta. El público es idiota. De lo contrario, no se explica que la mejor película del año se haya estrellado en taquilla. Ojo, que este año ha sido, salvo honrosas excepciones, normalito tirando a discreto. Pero eso no quita que “Transformers One” (2024) es un peliculón como la copa de un pino, tanto a nivel de guion, ritmo, capacidad de emocionar al espectador y, lo voy a poner en mayúsculas, LAS MEJORES SET PIECES DE ACCIÓN DESDE “Avengers: Infinity War” (2018) y “Avengers: Endgame” (2019). 


“Lo que Michael Bay convirtió en una sucesión de explosiones cgi y cámaras lentas infinitas, Transformers One lo convierte en un drama  que pone los pelos como escarpias”


Tremendo sorpresón que me he llevado al toparme de bruces con una propuesta valiente que, en poco más de hora y media, nos ofrece un desarrollo de personajes que ya quisieran para sí sagas de múltiples capítulos y 3 horas de duración cada uno.  Como película de acción, el guion es puramente magistral, un no parar de acontecimientos sazonados con las gotas oportunas de humor justo, y en el que siempre ocurre algo relevante aunque en ese momento no nos lo parezca. Es un relato que nos está  hablando de una sociedad atrapada en un régimen fascista y oprimido, y en el nacimiento de una guerra civil salvaje que durará millones de años y esta, su historia de origen, es épica a más no poder. Lo que Michael Bay convirtió en una sucesión de explosiones cgi y cámaras lentas infinitas, “Transformers One” lo convierte en un drama  que pone los pelos como escarpias en muchos momentos del metraje, hasta un colofón en un tramo final que coreográfica y emocionalmente, me emocionó hasta las lágrimas. 

El peso de la película recae entre la relación entre D-16/Megatron y Orion Pax/Optimus Prime, personajes que a menos que no hayas vivido en la tierra en los últimos 40 años conocerás un mínimo de su historia ni que sea de refilón. La caída y ascenso de uno y otro es un proceso nacido a base de cicatrices emocionales y vivenciales, forjadas durante una vida de esclavitud y una destrucción y reconstrucción de ideales y moralidad que lleva a ambos amigos a dos posturas antagónicas que el espectador, ya sea juvenil o adulto, puede comprender perfectamente. O mejor dicho, puedes comprender mejor a D-16. Porque este personaje, dentro de unos parámetros de moral alienígena, encarna al más común de los mortales. Su falibilidad moral, su lucha y sus ansias de venganza que le llevan a ser lo que es, en una apoteosis final que lo hermana con el populismo fascista de manual, está justificada por todo el proceso vital que contemplamos en pantalla, y yo lo comprendo. No se puede ser un ser vivo consciente, emocional, sin valorar la opción que toma D-16.  


“La banda sonora es una delicia. Las voces en inglés, un lujo. Y el apartado visual, sobre todo todo aquello que tiene que ver con la cinética de los personajes, es un prodigio a la vista” 


A veces, ser Megatron es la única opción lógica que se tiene en tiempos de guerra, acabar con el enemigo que te ha hecho daño y te ha reducido casi a la nada para no darle opción de volverlo a hacer. Esa es la lógica de la supervivencia, la lógica del herido, la lógica del niño de la guerra que adopta, en otro ejemplo reciente de la animación, el protagonista de “Attack on Titan” (2024). Y lo comprendemos, porque somos humanos, sintientes y por ende falibles, vengativos por pura supervivencia al intentar suprimir aquello que nos ha hecho daño y que sabemos que lo volverá a hacer si no tomamos medidas drásticas. 

Porque la otra opción, es ser el mártir. Orion Pax/Optimus Prime se alza como un ideal que lo convierte, en su infinita piedad incluso cuando toma el camino de las armas, en un villano inesperado. Un líder de absolutos morales cuyas convicciones atan a su pueblo a una guerra civil inclemente durante millones de años por una clemencia inaplicable en tiempos de guerra y que pudo evitar si hubiese roto por una vez su código en pos de la paz mayor... aunque eso le hubiese costado ser lo que es: un líder mesiánico, irreal, parafraseando a uno de los personajes de la película, un falso profeta. Uno que si le buscas analogías bíblicas te viene a la cabeza la segunda venida de cristo, cuando volverá como león y no como cordero después de la resurrección (cierta escena, con todos sus tintes super heroicos me trajo ese pasaje a la cabeza)... pero que no sabe, ni quiere ser león. Yo no podría ser Optimus, dudo que nadie pudiera. Y es en esa piedad catastrófica para los suyos que se me hace un protagonista ajeno a mí... y a la vez maravilloso por la esperanza que representa. 


“¿Homenajes? Sí. Muchos, muchísimos. Pero tan bien integrados que no rompen ni por un momento el ritmo de esta maravilla” 


La banda sonora es una delicia. Las voces en inglés, un lujo. Y el apartado visual, sobre todo todo aquello que tiene que ver con la cinética de los personajes, es un prodigio a la vista. ¿Homenajes? Sí. Muchos, muchísimos. Pero tan bien integrados que no rompen ni por un momento el ritmo de esta maravilla: homenajes a la serie de animación del siglo pasado, a las frases míticas de los personajes, a la primera película de animación, a la película de Disney “El Abismo Negro” (1979) en su tramo final,  e incluso a Michael Bay, qué carajo. Y todo queda bien, integrado y super orgánico. Bra-vo. 

Para finalizar debo rematar con dos cosas: una, que puede que haya sido un año normalito para la imagen real, pero para la animación creo que ha sido buenísimo, sobre todo en el apartado de series. Creo que mi ranking de este año así lo va reflejar, y segundo, esta es una película que amaré veré con mi hijo. Porque genera preguntas, debate, y dudas sobre lo qué es lo que está bien y qué es lo correcto, sobre absolutismos, sobre cambio... Y una película que provoque ese efecto y sea disfrutable para todas las edades, es un mérito enorme. ¡No me puedo contener ¡¡¡ALL HAIL MEGATRON!!! 

Lo mejor: Entretenimiento calibre platino, en estado puro. La batalla final es una auténtica locura visual. El bravo guion y su capacidad de síntesis en 90 y pocos minutos de metraje real. D-16 y Orion Pax son oro puro. La actualización de conceptos clásicos. Sus grises morales. Megatrón y Optimus Prime: la ESCENA de su doble génesis es para enmarcar. Todo lo referente a lo técnico. El implacable ritmo. La mejor escena after credits de los últimos tiempos. 

Lo peor: Que haya sido un fracaso de taquilla la que para mi está en el top-3 del año. Habrá que replantearse qué ha fallado en la publicidad de esta joya. Bumblebee, alivio cómico necesario pero en algunos momentos puntuales está de más. 


1 comentarios:

Ted dijo...

También veis esta muerda? Son los dibujos y comics más divertidos. Y que muñecos para ricos andorranos. A mi me recuerdan a Macross o robotech. No tengo hijos pero por lo que escribes no me la pierdo. La alquilaremos en mi Xbox series S. Gracias.

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