Crítica: La Matanza de Texas 2

La primera vez que vi La Matanza de Texas quedé fascinado y horrorizado por esa familia tan peculiar pero más por Leatherface. Debía tener unos 10 añitos o así y soñé con motosierras durante unos cuantos días. Un par de años más tarde, me enteré que había una secuela gracias a los antiguos videoclubs de barrio y al terminar de verla me dio mucho más miedo que la primera. Supongo que tantos chillidos, más sangre, la cena familiar con el abuelote pocho (tengo recuerdos familiares de abueletes pochos no muy agradables) me hicieron que fueran meses que soñara con motosierras y pieles arrancadas.

Muchos años más tarde y con más experiencia ya en el terror hice una sesión doble de las dos. He de decir que la primera parte me pareció un aburrimiento soberbio y en cambio la segunda una locura maravillosa. Así que rompí las ataduras de que las primeras partes son mejores y despotriqué bastante de esta haciendo que casi me rompieran a mi otras cosas por afirmar tal convicción. Y ha sido hasta ahora que no me he bajado del burro.

Sigo pensando que la primera parte está demasiado sobrevalorada, vale es un hito, es la precursora de todo lo que tenemos ahora sobre el género, e hizo que muchos se enamoraran del terror gracias a ella. Pero como siempre digo “La Matanza de Texas”, como muchos directores que se consideran de culto y que ahora solo hacen mierdas, es lo que es, porque estaba en el momento y el sitio correcto. Una época de cambios que necesitaba otras visiones y allí estaban ellos con sus originales propuestas, pero que a mi parecer, se han quedado ahí y ahora solo viven de la mona: Craven, Romero, Raimi… de todos los directores de antaño solo me quedo con Carpenter que todavía hace buen cine “The Ward” no cuenta ¿eh?)

Ahora bien, viene la segunda parte. ¿Pensaré igual que antaño? Pues no. Viéndola ahora lo que me pareció una locura maravillosa se ha convertido en una locura pinchada en un palo. Una parodia con tan mal gusto que dan ganas de vomitar, salvando escasas escenas que sí, todavía, molan. Pero con un conjunto tan ridículo que dan ganas de llorar de cómo el mismo director hizo de todo un himno una familia y que con una hora y cuarenta minutos se la cargue, la fusile, la electrocute y parta en dos como si de una víctima se tratase. O de nosotros mismos. Porque me he sentido una víctima del engaño más vil y cruel.

Para empezar la figura de Leatherface se parodia tanto a un estilo tan cómico que da vergüenza ajena. El miedo que daba en la primera parte, aquí se convierte en una sarta de risas y movimientos que parece que baile con el sonido de la motosierra haciendo que sus grasas vaya al ritmo del compás y moviendo los ojos como si fuera el actor que hace de Igor en “El Jovencito Frankenstein”. Pero no solo él da vergüenza sino que las primeras tres partes de la película son la reostia de aburridas. La escena de la radio es soporífera y el personaje de Dennis Hopper es ridículo, no me extraña que repudiara la película una vez la hubo visto terminada. Otra escena que dices WTF? Es cuando este personaje se va a la tienda de motosierras y hace el test de aguante de una de ellas. Ridículo.

Es tan solo el tramo final donde empieza la locura. Pero es una pena, y creo que es la única vez que lo diga, que se mezcle el humor con el terror. Y Rob Zombie creo que también lo vio. Ya que “La Casa de los Mil Cadáveres” le debe la escena de las catacumbas a éste truño que os comento hoy. Pero a diferencia de Hooper, Zombie si que supo transmitir el horror del momento dejando las risas para otros menesteres. De esta manera encontramos a la scream-queen en un mundo subterráneo lleno de horrores, solo fastidiados por la aparición de esta familia cómica que entorpecen lo que podría haber sido una secuencia magistral. De toda esta última parte me quedo con el abuelote intentando dar de golpes con el martillo.

En fin, una gran decepción en este tercer y creo que último visionado de "La Matanza de Texas 2".

Y ahora un poco de la sinopsis:

Han pasado unos años desde que solo una única superviviente saliera de una casa de locos. Después de explicar la historia y de que la policía dejara de buscar la casa, panda da vagos, por cierto; se archiva el caso y todos para casa. Pero hay un policía que no cesará en la búsqueda de la familia caníbal, el hermano del tipo de la silla de ruedas de la primera parte, y recorrerá todo el país para encontrarlos.

Con la ayuda de una Dj de una radio local, los dos encontrarán a la familia y mientras una intenta sobrevivir, el otro intentará terminar con la saga de la familia de la motosierra.

El dato curioso: Si la familia ha recorrido todo el país, ¿como se las han arreglado para llevar al tipo de la silla de ruedas sin ser descubiertos? Ya que hay una escena en que el policía encuentra a su difunto y pocho hermano en el nuevo hogar de los “chistosos”.

Solo la salvo: Por olvidar este último visionado y quedarme con la sensación de antaño. Y por el papel de Bill Moseley, un veterano del Vietnam ido totalmente de la olla. El tío se lo tenía que pasar teta haciendo este papel.

Cuando la historia se repite: La Matanza…no es la única saga que se ha estropeado al paso de sus innumerables secuelas, “Pesadilla en Elm Street”, “Halloween”, “Viernes 13”, “Hellraiser”… Películas que han desmitificado un ídolo convirtiéndole a veces en un hazmerreír o no evolucionando nunca siendo así siempre más y más de lo mismo. Pero para suerte hay secuelas o remakes que salvan a tal personaje: el remake de La Matanza, la tercera de Freedy, aunque no os lo creáis me encantó “Jason X”, la secuela de Hellraiser…