Crítica: Himizu

O-bra-per-fec-ta 1,2,3,4,5
ma-ra-vi-llo-sa 1,2,3,4,5
de-vas-ta-do-ra 1,2,3,4,5

Reconozco las moscas en la leche,
manchas sobre fondo blanco.
Las reconozco.
Reconozco a un hombre por su indumentaria,
incluso yo lo reconozco.
Reconozco el buen tiempo y el malo,
eso lo reconozco.
Conozco quien trabaja y quien descansa,
conozco todo,
excepto a mi.
Reconozco a los de buen color y a los pálidos,
conozco la muerte que todo lo consume,
conozco todo,
excepto a mi.

Himizu es un topo, y los topos no ven, se tienen que guiar por otros sentidos, sobreviven ciegos, caminan sin miedo porque no pueden ver el peligro, solo lo sienten, solo lo presienten. Los topos de los que nos habla Sion Sono pueden ver, pero preferían estar ciegos. Esos topos son personajes que precisamente han visto demasiado, y por desgracia también han sentido demasiado, tanto que algunos solo quieren dejar de sentir.

Necesito dejar de sentir
hacer del vacío un escudo
necesito que mi mundo deje de ser EL mundo
que todo se pare, solo quiero cerrar los ojos,
solo, solo, solo, solo, solo, solo

Sumida es un chico de catorce años que ha sobrevivido al tsumani que asoló Japón y que ve cómo el terremoto y el tsunami no solo arrasó la cuidad, sino que aquella ola se llevó muchas vidas, y que también dejó sin vida a los que sobrevivieron. "Himizu" nos cuenta la historia de este joven tras la tragedia, nos lleva a su casa, nos muestra su entorno y nos desgarra con su historia, la historia de un chico cuya única ambición es ser normal.

No quiero ser feliz, no quiero ser infeliz
quiero ser corriente,
porque en la normalidad podré estar vivo
porque la vida es agua entre mis manos
porque el agua no sabe a nada

Keiko es una chica de catorce años que vive obsesionada con Sumida, una chica que arrastra una dolorosa historia, una chica que podría cambiar el mundo de todo aquel que se la cruzara, porque es tan sumamente especial y pura que hace daño verla entre tanta ruina física y emocional. Una chica cuya única ambición es morir con una sonrisa.

Y con una sonrisa amordazo el dolor
quiero imaginar
porque sentirte es la luz para el ciego
porque tu ausencia es una piedra en mi bolsillo
porque sin tu vida, mi vida es solo una soga al cuello

Alrededor de Sumida, el mundo post tsunami. La pérdida del todo, los que "murieron" en aquel terremoto pero siguen vivos, los que solo desean que la devastación no les devore, devorando ellos a aquellos que deberían amar, los que quieren lo que es suyo, los que no tienen nada que perder y quieren lo que no es suyo y los que no saben ni quienes son ni lo que quieren.

Sumida vive en una casita-choza cerca del lago, con una madre que le abandona, un padre que va, borracho, de vez en cuando a verle para pegarle palizas y recordarle lo mucho que desearía verle muerto, y unos amigos inesperados, las víctimas directas del tsunami, los que lo perdieron todo y tienen que vivir en improvisadas tiendas de campañas al lado de la casa de Sumida, y al que profesan una fidelidad y un cariño fuera de toda lógica, solo por hechos como que les deje utilizar el cuarto de baño, pero es que en el infierno que ellos viven, la lógica no es necesaria, y solo el agua lo llena todo.

Agua sobre el agua
mojando mi rostro
desfigurando mi vida
moldeando una sonrisa muerta
y en la muerte algo de esperanza

"Himizu" lo que pretende es que sacar a los topos de debajo de la tierra, acercar a los topos (que somos lo espectadores) a una realidad vivida y sufrida tras el desastre, y lo hace sin caer en el victimismo, lo hace como es Sion Sono, de una manera excesiva y arrolladora, destripando a cada personaje, abriéndoles en canal para enseñarnos sus entrañas, y es duro verlo, muy muy duro.

Parece que todo gira en torno a la extraña relación de Sumida y Kaiko, una relación basada en la falta de esperanza frente a la esperanza de un cambio, de una nueva ola que llegue y arrase con todo lo malo que la antigua gran ola dejó en sus vidas. Parece que todo gira en torno al complicado y precipitado descenso a los infiernos y a la locura de Sumida cuando es capaz de sentir, por una milésima de segundo, que su vida nunca ha sido su vida, y que la probabilidad de convertirse en un adulto respetable es bastante remota. Parece que todo gira en torno a distopía en la que todo vale y a la vez nada cuenta. Parece que todo gira en torno a las ruinas y a la necesidad de eliminar cualquier vínculo afectivo por miedo a volver a perderlo.

Parece que el barro solo puede manchar
pero el barro esconde la conciencia
y sobre la conciencia, la inocencia.
Parece que el mundo gira y gira
y el mundo siempre fue estático

La acción que plantea "Himizu" está intimamente ligada a la imposibilidad de afrontar un mundo en el que todo parece perdido, un mundo en el que no hay buenos y parece no haber malos porque el sentido de la vida dejó de existir, un mundo con sus propias circunstancias donde el agua no limpia, solo saca a la luz todos y cada uno de los tormentos de los personajes y sus incapacidades. Sumida no es capaz de sentir, y en su búsqueda de la normalidad intentará tener un lugar en el mundo, cometiendo una equivocación tras otra. Kaiko no es capaz de entender que hay gente que no desea ser salvada y acumula piedras del rencor en su bolsillo. Los "vecinos" de Sumida no son capaces de que Sumida sonría, no son capaces de rehacer sus vidas sin el chico. La cuidad no es capaz de seguir adelante cuando cree que en la pérdida sufrida también perdió su identidad y su cordura.

Esta acción es lenta y contemplativa, no hay prisa por llegar a ninguna conclusión, de hecho, a las conclusiones no debe llegarse, pues no es ese el fin. "Himizu" lo que pretende es que los personajes que caminan sobre el agua te atraviesen el corazón, y lo hacen, por supuesto que lo hacen, se te clavan dentro como un disparo a un metro de distancia, lo único que esperas durante las mas de dos horas de duración es no desangrarte antes del final.

El fin no es mas que un cuchillo en una bolsa
Y solo espero que cortes mi tristeza
que desgarrres la agonía
que no te rindas nunca
solo espero que luches por mi.

La intensidad de la película se desarrolla en paisajes reales, escenarios devastados por el terremoto que desprenden soledad y locura, escenarios llenos de escombro, barro y desesperanza, y caminando entre ellos, unos actores que se merecen todos los premios del mundo (Shota Sometani y Fumi Nikaido, el mundo a vuestros pies!!!), que construyen y dan vida a la adaptación de este manga modificado con la historia reciente de Japón.

La fotografía es bella, es lúgubre, es húmeda, es perfecta para enfatizar la temprana crisis existencial de Sumida, y las ganas de ser amada de Kaiko, una fotografía que no da respiro ni un solo segundo.

La banda sonora, excelentemente escogida para cada alto en el camino, se recrea en la violencia, en la tristeza, en el vacío, en la esperanza, en la rendición y en la liberación.

Solo notas en un universo sordo
solo mis dedos tocando tus labios.
Píntate la cara de mil colores
deja que el barro se seque en tu piel
yo te esperaré, siempre te esperaré.

No puedo hablar de los puntos negativos de esta película, pues no se los he encontrado, pero sí hablaré de lo que creo que es mejorable, y es en ciertos pasajes que se quedan muy en el aire, y otros totalmente prescindibles para la trama. Me hubiera gustado que se le hubiera dado un poco mas de protagonismos a la historia familiar de Kaiko, que los Yakuzas hubieran tenido otro propósito en el argumento, y que el personaje neo-nazi que aparece hubiera tenido algún sentido. Pequeñas pinceladas de colores oscuros en un lienzo inmenso que obliga a sentir el resto de colores que utiliza, porque esta película es para sentirla muy dentro y para recordar su final por los siglos de los siglos. Sion Sono vuelve a hacerlo, vuelve a mostrar las miserias de sus personajes como nadie, e intenta redimirlos a través del enfrentamiento con sus propios demonios.

Los demonios que una vez se escaparon
son aquellos que me atormentan
son los que me guían y me desvían
Son solo mis demonios los que me conocen
porque yo soy el demonio que les dio la vida.

Que nadie se pierda esta película, por favor.

Ex-pe-ri-men-tad 1,2,3,4,5

a- Si-on-So-no, 1,2,3,4,5

un-re-fe-ren-te 1,2,3,4,5