Crítica: Bajo Amenaza

La premisa de unos atracadores que entran en una casa y retienen a sus habitantes ha sido muy utilizada por el cine con más o menos acierto: desde el clásico “Horas desesperadas” (1955) hasta las más recientes “La habitación del pánico” (2002), “Atrapada” (2002), “Cherry Tree Lane” (2010), pasando por las españolas “Secuestrados” (2010) y “Transgression” (2011).

En este thriller, protagonizado por Nicole Kidman y Nicolas Cage bajo las órdenes del veterano Joel Schumacher, vemos el asalto a la lujosa mansión de un matrimonio, Kyle y Sarah Miller, en horas bajas. Él es tratante de diamantes mientras que ella una arquitecta. Los ladrones, con uniformes de seguridad y máscaras, quieren lo que hay en la caja fuerte: mucho dinero y diamantes. Durante las horas del secuestro, Kyle intenta negociar con los cuatro delincuentes para liberar a Sarah y a su hija adolescente, Avery (Liana Liberato). Tanto los atracadores como los dueños de la casa esconden más de un secreto. Engaños y traiciones salen a la luz.

Con un reparto encabezado por dos actores últimamente tan perjudiciales para la taquilla como Kidman y Cage, Joel Schumacher, de 72 años de edad, lo ha tenido muy difícil para reivindicar su trabajo y el cierto prestigio que gozó gracias a “Línea mortal”, “Un día de furia”, “El cliente” o “Tiempo de matar”. Puede que ésta sea una de las últimas películas que veamos de este trío, porque “Bajo amenaza” (Trespass, 2011) nos explica otra historia de asalto al hogar con alma de thriller tan previsible y teatral que pierde todo el interés.

Preocupa que los protagonistas no hagan más que interpretarse a sí mismos, quizás porque ni Kidman ni Cage hacen el más mínimo esfuerzo por crear el personaje desde el primer minuto del metraje. Nicole, por su parte, ha perdido toda expresividad, algo fundamental en un actor, a lo que acarreo a su exceso con el botox por culpa de un “star system” donde una mujer mayor de 40 años debe aparentar la juventud de una de 20.

El director intenta romper la sensación estática de rodar en un solo escenario narrando la historia a base de planos secuencia, pero aún así el film sigue resultando teatral, muy poco creíble.

Sin embargo, las interpretaciones de estos actores, que en tiempos mejores ganaron el Oscar, no es lo peor de la película. Su guión carece de situaciones que nos acaben de incomodar o alterar y está lleno de arbitrariedad de información, credibilidad y desarrollo de personajes. La banda de atracadores, liderado por Elias (Ben Mendelsohn) y Jonah (Cam Gigandet), es tan risible que los 91 minutos de duración de la cinta se hacen muy largos debido al aburrimiento.

El resto de los criminales están interpretados por Ben Mendelsohn (“Animal Kingdom”), Dash Mihok (“El día de mañana”) y Jordana Spiro (de la serie “Dexter”).

Karl Gajdusek, autor del libreto, nos plantea un drama psicológico de la llegada de unos intrusos a una familia que ya tenía problemas y Schumacher nos muestra cómo afrontan ciertas cuestiones que habían estado evitando hasta entonces. Ambos, guionista y director, se involucraron en el proyecto por encargo expreso del productor Irwin Winkler. Tal vez inspirado por “Secuestrados” (Miguel Ángel Vivas, 2010), ganadora del Premio a Mejor Película en el Festival de Cine Fantástico de Austin 2010.

Este film ha supuesto el reencuentro de Joel Schumacher con Andrzej Bartkowiak, director de fotografía de “Un día de furia”, que ha llevado una carrera de realizador con trabajos como “Romeo debe morir” (2000) o “Doom” (2005).

Por los menos, “Bajo amenaza” nos proporcionará memorables siestas cuando la emitan los domingos por la tarde en televisión, porque tiene todos los ingredientes de un telefilme de los malos.

LO MEJOR: La fotografía, por decir algo.

LO MENOS BUENO: Guión e interpretación del reparto, unido a una dirección pobre.