UN GRAN PODER CONLLEVA UNA GRAN RESPONSABILIDAD
Una nueva versión de Spider-Man ha llegado a nuestras salas de cine, “The Amazing Spider-Man”, cuando se cumplen diez años de la primera adaptación de Sam Raimi y en el 50 aniversario del Hombre Araña en los cómics. Este es el mayor indicativo de que el superhéroe creado por Stan Lee (guionista) y el dibujante Steve Ditko (apareció en Amazing Fantasy, en 1962) es todo un referente en el mundo de los cómics y uno de los estandartes de Marvel, así como uno de los iconos más rentables y populares de las adaptaciones cinematográficas del subgénero fantástico de superhéroes.
EL LEGADO DE RAIMI: SPIDER-MAN (2002) Y SPIDER-MAN 2 (2004)
De todos los superhéroes que ha tenido el cine, Spider-Man ha sido sin duda uno de los que más ha calado entre los espectadores de cualquier edad y también uno de los más difíciles de adaptar del cómic a la gran pantalla. Un tipo que recorre los rascacielos de Nueva York lanzando telas de araña y columpiándose a lo Tarzán no es nada fácil de recrear. “Spider-Man” la película es el primer gran éxito cinematográfico de Marvel, que hasta el momento había estado lejos de las adaptaciones de DC Comics sobre Superman y Batman. Pero es que el atractivo de Spider-Man va mucho más lejos que estos dos personajes, desde mi humilde punto de vista como fan de Spidey y amante de los cómics. Mientras Superman viene de un planeta fantástico muy lejano y Batman es un excéntrico millonario, Peter Parker/Spider-Man es un chico normal y corriente, tan humano y vulnerable como cualquiera.
Tras la pugna de varias productoras por los derechos cinematográficos del personaje, el sueño dorado de millones de aficionados se materializó en el año 2002. Sony/Columbia consiguió el proyecto previo desembolso de 17 millones de euros. De las aventuras del trepamuros iba ha encargarse James Cameron, quien escribió el tratamiento del guión para Menahem Golam en 1999, por el que cobró 3 millones de dólares. Pero Cameron no llegó a participar finalmente en el proyecto, considerado una opción muy cara para Sony Pictures. Entonces es cuando se piensa para dirigir en los hermanos Wackowski, Roland Emmerich, Tim Burton, Chris Columbus, David Fincher -quien quería narrar la historia de La noche que Gwen Stacy murió- o Robert Rodriguez. Sin embargo, el elegido es Sam Raimi, director multidisciplinar y confeso fan del personaje. El autor de “Posesión infernal” o “Darkman” cuenta con un gran presupuesto por primera vez y con todas las esperanzas y la tecnología de la productora Sony/Columbia.
GUIÓN
El tratamiento de Cameron da mil vueltas, eliminando al villano inventado por el director de “Titanic” para el film e incorporando al Doctor Octopus y al Duende Verde. El guionista que pone la firma al libreto final es David Koepp (“Parque Jurásico”). También se contrató a Scott Rosenberg para que extrajera a Octavius de la historia y añadiera de paso algunas secuencias de acción adicionales. Un tercer guionista más, Alvin Sargent, se contrató para pulir los diálogos, sobretodo los concernientes a Peter y a Mary Jane. Como principal referencia, tanto a nivel visual como de estructura, el film se basa en la obra de Richard Donner “Superman: La película”: de ahí proviene la separación de la trama en dos bloques. En “Spider-Man”, pero, no funciona igual de bien esta separación. La primera parte detalla los orígenes de Peter Parker como superhéroe acercándose, por intensidad y dramatismo, al espíritu del personaje y permitiendo a Tobey Maguire profundizar más en su interpretación del protagonista, al que dota de una humanidad y una cercanía magníficas. En cambio, la segunda parte, que detalla su enfrentamiento al Duende Verde, resulta más superficial e irregular.
El film nos cuenta la historia de Peter Parker, un adolescente huérfano que vive en el barrio de Queens (Nueva York) con sus tíos Ben y May. Es un muchacho corriente, hace prácticas en el periódico escolar, está enamorado de su vecina y compañera de clase -tal vez la chica más bella de todo el instituto de Midtown- llamada Mary Jane Watson y se divierte junto a su amigo de toda la vida Harry Osborn, un chico rebelde procedente de una familia de posibles. En una visita del instituto a un laboratorio, Peter es picado accidentalmente por una araña genéticamente modificada (en lugar de una araña radiactiva como en los tebeos) que le proporciona superpoderes. Estos poderes son los de una araña a tamaño humano aumentados: reflejos, agilidad, sentido arácnido, fuerza, resistencia, engancharse por las paredes y lanzar telarañas desde sus muñecas (toda una metáfora del paso de la niñez a la adolescencia).
Sin saber aún muy bien la forma en la que debe usar sus nuevos poderes, Peter decide ganar dinero con sus habilidades en un concurso de lucha libre para poder comprar un coche con el que enamorar a Mary Jane. Pero una desgracia familiar le hace tomar la decisión de combatir el crimen, manteniendo en secreto su identidad y combinándolo con sus estudios y un pequeño trabajo como fotógrafo en el diario Daily Bugle para ayudar económicamente a su tía May.
Tras el nacimiento de un héroe siempre se produce el efecto contrario. Norman Osborn, propietario de Oscorp y padre de Harry, el mejor amigo de Parker, se convierte en el demente y megalómano Duende Verde tras un accidente científico. Al igual que el héroe, Osborn oculta su identidad, equipado de una armadura y provisto de un planeador fabricados por su empresa. El Duende Verde es el antagonista más importante de las historietas de Spider-Man y además de sus armas como las granadas calabaza, posee agilidad, fuerza y resistencia. En el largometraje sigue los pasos del personaje del cómic a la hora de descubrir la identidad secreta de Spider-Man y de atormentar a sus seres queridos.
La batalla final cuenta con muchas referencias a la muerte de Gwen Stacy, el primer amor de Parker, como el encuentro en lo alto de un puente (aunque no es en el de Brooklyn, sino el de Queensboro). De hecho, Mary Jane ocupa el lugar de Gwen Stacy en situaciones como el secuestro por parte del villano y la caída de la joven desde el puente, aunque con distinto destino al de la rubia. Incluso el final del Duende Verde es igual que el ocurrido en el nº 122 de Amagazing Spider-Man (como fue rebautizado posteriormente).
Dos años después, se estrena “Spider-Man 2”. Una grandiosa y digna continuación que desmiente aquello de que nunca segundas partes fueron buenas, como también ocurre con“Terminator 2” o “El padrino: Parte 2”. David Koepp, escritor de la primera entrega, comenzó a trabajar en la trama y parte de su historia perdura en el libreto final. Despedido y reemplazado, pasaron por su puesto nombres como Miles Millar y Alfred Gough (creadores de la serie “Smallville”) o el Premio Pulitzer Michael Chabon (autor de la novela en que está basada “Jóvenes prodigiosos”) quien llegó a convertir a Octavius también en un joven universitario, y estableció así un triángulo con Mary Jane y Peter; todo un cambio demasiado radical respecto a los cómics que no llegó a prosperar. El último guionista contratado, Alvin Sargent, es quien figuró finalmente como principal autor. El primer borrador, no obstante, lo realizó el propio Raimi junto a su hermano. El libreto inicial, titulado en un principio por el estudio como “The Amazing Spider-Man” (se consideró también “Spider-Man: No more” y “Spider-Man Unmasked” hasta el que sería “Spider-Man 2”) se centra en la continuación de la vida de Peter Parker justo donde se quedó la primera parte: en el momento en el que el chico elige el camino de la responsabilidad, como símbolo de su entrada al mundo de los adultos. Mientras la primera parte nos enseña la elección de Peter, en la secuela se muestra en qué va a consistir esa responsabilidad y como algunas veces le sobrepasa y en otras puede con ello. En los primeros borradores hay dos villanos y se apunta a la Gata Negra o al Lagarto, pero finalmente será otro de los grandes antagonistas del cómic, el Doctor Octopus en solitario, el elegido.
En esta historia, Peter debe afrontar nuevos desafíos mientras lucha contra el don y la maldición de sus poderes equilibrando sus dos identidades: el escurridizo superhéroe Spider-Man y el estudiante universitario. Las relaciones con las personas que más aprecia están ahora en peligro de ser descubiertas con la aparición del poderoso villano de múltiples tentáculos, Doctor Octopus. Su atracción por M.J. se hace más fuerte mientras lucha contra el impulso de abandonar su vida secreta y declarar su amor. Mientras tanto, la joven ha seguido con su vida. Se ha embarcado en su carrera de actriz y tiene un nuevo hombre en su vida. Además, la relación de Peter con su mejor amigo Harry Osborn se ha alejado por la creciente venganza de Harry contra Spider-Man, al que considera responsable de la muerte de su padre. La vida de Peter se vuelve aún más complicada cuando ha de enfrentarse con su poderoso nuevo enemigo, el Dr. Otto Octavius convertido en Octopus. Peter debe aprender ahora a aceptar su destino y a utilizar todos sus talentos como superhéroe para detenerlo.
“Spider-Man 2” es una película sobre el amor, un drama intimista con mucho sentimiento camuflado bajo un envoltorio de corte fantástico. Perfectamente se podría haber titulado “Peter Parker”, porque la historia se centra más en el joven que en el héroe. Un héroe que tiene sus fallos, que no puede disfrutar de su fama y que, es más, la fama es precisamente lo que le convierte en fugitivo. El director Sam Raimi tuvo que reconocer la influencia sobre el conflicto vivido por Parker con el planteado en “Superman II”. De hecho, el Peter de Maguire tiene cierta influencia, sobre todo en el humor físico, de la interpretación de Christopher Reeve como Clark Kent.
Si en la primera parte aquel beso de Spider-Man y Mary Jane bajo la lluvia fue una de las grandes escenas de la historia del cine fantástico, en la secuela tenemos momentos como la secuencia donde Spider-Man se acerca como una araña hacia una Mary Jane más sensual y madura en medio de una enorme tela de araña. La madurez de Mary Jane es muy importante en esta historia, porque la pelirroja ha madurado para ella misma y quiere abrirle los ojos a Peter para que se dé cuenta de que si no reacciona perderá su oportunidad.
EL REPARTO: HÉROE, VILLANO Y SECUNDARIOS
Cameron quería a Leonardo DiCaprio como Peter Parker, pero el papel protagonista recae en un actor menos conocido, Tobey Maguire. Pasa lo mismo con el personaje de Mary Jane, escogiendo en un primer momento a Alicia Witt y recayendo el papel finalmente en Kirsten Dunst (conocida como la niña actriz que beso a Brat Pitt en “Entrevista con el vampiro” y no le gustó porque era su amigo). También hubo cambios con el personaje de Norman Osborn/Duende Verde que salta de Nicholas Cage a John Malkovich para recaer por fin en Willem Dafoe.
Entre los secundarios, destaca J.K. Simmons en el papel de un increíblemente parecido Jonah Jameson, Cliff Robertson como tío Ben, Rosemary Harris como tía May y James Franco como Harry Osborn.
Además de esfuerzos interpretativos para reflejar los miedos e inquietudes de un adolescente Peter Parker y el coraje de un niño de camino a la madurez, Maguire debió someterse a un estricto entrenamiento que mezclaba yoga, gimnasia y artes marciales cinco horas diarias y seis días a la semana a lo largo de cinco meses con el fin de conseguir el aspecto musculoso que requería Spider-Man.
El villano de “Spider-Man 2” es el Dr. Octopus, otro de los grandes antagonistas del trepamuros porque puede escalar paredes más rápido y mejor que Spider-Man y es capaz de contrarrestar cualquier ataque del héroe. El personaje enriquece la trama de la película creando otro gran conflicto en la mente de Peter, que tiene que derrotar a alguien por el que siente gran respeto, alguien que antes de su transformación era el tipo de hombre que Peter desearía ser. Otto Octavius y su mujer vislumbra la vida que le gustaría tener. Cuando Otto se pasa al crimen posee una filosofía opuesta que valora la autosatisfacción por encima de la responsabilidad sobre otros, mientras que Peter emplea su don en detrimento de su vida personal. El conflicto de Parker con Otto es, en realidad, una extensión de la relación paternofilial que se estableció en el anterior film con Norman Osborn, pero tratada con mayor complejidad y profundidad.
La búsqueda del actor que interpreta al antagonista se baraja semana tras semana. Se piensa desde Sam Neill hasta Rober DeNiro, pero es Alfred Molina quien finalmente lo interpretó, por consejo de la mujer de Raimi, tras ver su interpretación en la película “Frida”. Podría parecer que Molina tendría un marcado acento español, pero inesperadamente para Raimi el actor tenía un excelente acento británico.
Uno de los fallos de la primera parte fue lo ridículo que resultaba el Duende Verde, su traje diseñado como una armadura verde justificada de manera lógica por la procedencia militar del invento, pero que daba carcajadas en el celuloide. Mientras que Doctor Octopus impone respeto porque es un villano unido en hueso y carne al metal convertido en todo un monstruo cibernético.
En cuanto a los secundarios vuelven Rosemary Harris como tía May, J.K. Simmons como J. Jonah Jameson y Elizabeth Banks como secretaria Betty Brant, incluyendo el cameo de su hermano Ted y de su amigo Bruce Campbell.
LOS DISEÑOS
En un primer momento, Sony contrató a Alex Ross para realizar los diseños de los trajes y éste reinventó el de Spider-Man con elementos rojiazul y negro y unos ojos que parecían más propios de una mosca que de una araña. El diseño no terminó de gustar a la productora ni a los aficionados por lo que se contrató a James Acheson. El nuevo diseñador probó durante cinco meses con treinta y siete uniformes diferentes (uno barajaba la idea de una máscara semitransparente) hasta llegar al definitivo basado en el Spider-Man clásico de John Romita. Durante la producción se robaron cuatro de los trajes de Spider-Man, valorados en 112.000 euros cada uno. La compañía ofreció una recompensa de 28.000 euros por su rescate pero nunca aparecieron.
Con respecto a los lanzarredes orgánicos de Spider-Man, Sam Raimi coge la idea de James Cameron como una lógica característica de los poderes del héroe a diferencia de los lanzarredes mecánicos fabricados por Peter Parker en el cómic. Otro elemento dentro de la lógica que corresponde a una adaptación al cine de una novela gráfica es el traje de Duende Verde visto como una armadura encajada a la perfección con el hecho de que forma parte de un equipo armamentístico que desarrolla Oscorp, la empresa propietaria de Osborn. Sin embargo, el diseño de la armadura, en realidad, es infantil e inverosímil con la historia, pareciendo más un Power Ranger que un villano de Spider-Man.
El malo de “Spider-Man 2”, Dr. Octopus, apareció en las viñetas en el año 1963 como un tipo de mediana edad con algo de sobrepeso. En el cine no lleva mascara, hace el mal a cara descubierta, ni un traje. De su vestuario se ha descartado la licra verde (muchos de los villanos de Spider-Man visten de verde) substituido por una gabardina y las gafas oscuras que usó en el papel en la década de los 80. Los tentáculos, diseñados por el equipo de Dykstra e inspirados en los calamares de “Matrix”, son diferentes a los del cómic, que eran de quita y pon y los controlaba mentalmente aunque no estuvieran adheridos a su cuerpo. En el film, tienen personalidad propia, alma, con la que dominan la voluntad de Octopus. Molina bautizó a sus brazos mecánicos con los nombres de Harry, Larry, Flo y Mo.
EL RODAJE
En enero de 2011 comienza el rodaje en Los Ángeles hasta mayo del mismo año. En el proceso de posproducción, en el área de los efectos especiales, se cuenta con el soporte digital de Sony Pictures y el trabajo del popular John Dykstra (“La guerra de las galaxias”). El equipo de Dykstra fotografió Manhattan desde todos los ángulos para poder recrear la ciudad en el ordenador para las escenas de seguimiento del trepamuros por los aires. En las escenas de acción del Duende Verde se rueda con fondo azul y en el caso de Spider-Man con fondo verde, hecho que dificultaba las escenas de ambos juntos. La escena final del film con el héroe acompañado con la cámara por los aires entre los edificios hasta llegar al asta de una bandera americana, refleja la revolución que supone el trabajo de posproducción. Esta es la mejor secuencia de efectos especiales del film, que fue la primera que se comenzó y la última que se acabó de rodar.
“Spider-Man 2” se rueda del 12 de abril de 2003 a octubre del mismo año. Antes incluso de terminar el rodaje, los estudios comunican a Raimi que habrá una tercera parte, firmando de inmediato todo el equipo. De hecho, ya en la primera parte se dejaron cabos sueltos con el fin de continuarlos en una supuesta secuela. En la segunda, se retoman estas subtramas abiertas y se explica lo que ocurre con la decisión que tomó Parker llegando a un final en el que de nuevo se dejan algunas cosas abiertas para la tercera. Al termino de la producción, Raimi se encargó de la posproducción, con Danny Elfman componiendo de nuevo una gran banda sonora.
EL TRAILER DE “SPIDER-MAN”
El estreno de “Spider-Man” coincidió con los fatídicos atentados de Nueva York. Los sucesos del 11 de Septiembre crearon una paranoia en la que cualquier referencia a las Torres Gemelas tenía que desaparecer con el fin de no herir sensibilidades. El tráiler de “Spider-Man” tuvo que ser censurado. En él unos forajidos robaban un banco y huían en un helicóptero que quedaba atrapado en una tela de araña tendida entre las dos torres como una mosca a la espera de la araña. También circulaba un cartel que mostraba los dos rascacielos reflejados en los ojos del superhéroe. No obstante, Sam Raimi tomó la decisión de no borrar digitalmente de la película las torres en sus eventuales apariciones a lo largo de la cinta por lo ridículo que resultaba comportarse como si los edificios nunca hubiesen existido. Además, se permitió un guiño en una escena en la que un neoyorquino le grita al Duende Verde “El que se mete con uno de nosotros se mete con todos”.
CONTRATIEMPOS
Al comienzo de los preparativos del rodaje de “Spider-Man 2” hubo un enorme contratiempo. El protagonista, Tobey Maguire, sufría un problema de espalda desde hace unos tres años. Dicha lesión no fue producida durante el rodaje de “Seabiscuit” como se rumoreó. Su representante habló con Raimi y le dijo que podría quedar paralítico si tuviera un mal golpe durante el rodaje de “Spider-Man 2”, por lo que se empezó a buscar actor sustituto y el elegido fue Jake Gyllenhaal (“Donnie Darko”) pareja por entonces de Kirsten Dunst en la vida real y con cierto parecido a Maguire. Sin embargo, Raimi continuó pensando en Maguire. No quiso prescindir de él y pidió al actor que lo mirara un médico que finalmente le pronosticó un tratamiento con el que curarse. Gracias a éste Maguire notó mejorías y despidió a su representante, por lo que terminó participando en el proyecto. Este contratiempo provocó el cambio de la anunciada fecha de estreno que se retrasó para julio del mismo año. Maguire rodó sin miedo sus escenas, con especialistas y con protector protegiendo toda la espalda debajo del traje.
Dicho esto, hay rumores de que habían informes en los que se decía que el dolor de espalda era exagerado y que Maguire sólo apuntaba a conseguir más dinero en las duras negociaciones de su contrato. Y tuvo resultado porque su suelo aumentó considerablemente de cuatro millones de dólares a diecisiete. De hecho, hay una pequeña “coña” al respecto en el film ideada por el hermano de Raimi. Hay un momento en el que Parker cree que ya tiene de vuelta sus superpoderes y comienza a saltar por los aires gritando “I'm back, I'm back!” y entonces se cae contra el suelo gritando dolorido “My back, my back!”.
Otro frente fue el de los guionistas. Los escritores Alfred Gough y Miles Millar, creadores de la serie de televisión “Smallville”, no estaban satisfechos por los créditos finales de la película; David Koepp, otro de los guionistas, no aparece en los créditos; y Alvin Sargent, el último guionista en incorporarse al equipo, termina figurando como principal autor.
ANÁLISIS: TERRORÍFICAMENTE FANTÁSTICA
El primer largometraje de Spider-Man ofrecía la estructura clásica del héroe: su origen, su transformación y su decisión final. La primera hora de este film esta dedicada por completo a narrar la existencia cotidiana de Peter Parker con sus pequeñas miserias hasta su transformación en un justiciero enmascarado. Su lema (el de su tío Ben): “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad” El resto de la cinta se centra en el conflicto con el villano y finalmente con el desenlace de decidir el camino de la responsabilidad, consciente de que debe alejarse de Mary Jane por su seguridad. Así es como Peter acaba su proceso de transformación en Spider-Man. La escena final, con el protagonista navegando por los cielos de la ciudad dramatizada con la excelente música de Danny Elfman, nos presenta esta metamorfosis completada y subrayada por la frase “¿Quién soy yo? Soy Spider-Man”.
Raimi cuenta todo lo que debemos saber del Hombre Araña. Vemos la humanidad del héroe, su eterno sentimiento de culpa o la mala suerte de sufrir los perjuicios de los que están alrededor de Spider-Man. Esto es, la bendición y la maldición a la vez del superhéroe. Es una película completa de principio a fin. Incluso podría haber sido un único metraje sin convertirse en franquicia y tendríamos suficiente, aunque con Spider-Man, por lo menos para mi, nunca es demasiado.
La secuela, “Spider-Man 2”, se inicia dos años después del final de la primera parte, en la que dejamos a Peter asumiendo la responsabilidad de sus poderes, comprendiendo que el bienestar de la colectividad está por encima de sus deseos como persona. En los títulos de crédito se emulan las escenas de la primera parte que sirven como resumen de lo ocurrido hasta el momento. Una secuencia compuesta por una sucesión de dibujos de Alex Ross, uno de los artistas más reconocidos e impresionantes de la última década, quien ya diseño el vestuario, no usado finalmente, de la primera parte.
En esta entrega, Peter cambia para peor. Para empezar ya no reside con su tía May, sino en un apartamento de alquiler ruinoso y pequeño con un molesto casero. Su viejo amigo Harry se ha distanciado y se ha cerrado en su amargura y en el deseo de vengarse de Spider-Man, a quien culpa de la muerte de su padre con un doble objetivo: satisfacer el fantasma de su padre, al que en vida nunca consiguió su aprobación, y de paso vengarse y demostrar que ha sido un hijo digno. Para Osborn hijo trabaja Otto Octavius, un científico que experimenta con una nueva fuente de energía. Además, Peter lleva fatal lo de compatibilizar la ocupación de superhéroe con sus estudios universitarios y su trabajo en una pizzeria y como fotógrafo para el Daily Bugle. En un momento dado debe escoger y se deshace de Spider-Man, extraído este momento de Amazing Spider-Man 50, publicado en 1967, escrito por Stan Lee y dibujado por John Romita. Peter acosado por la mala fama de los titulares del Bugle y con su tía May enferma, deserta de su identidad secreta y para que quede constancia de ello deja su traje arácnido abandonado en un cubo de basura. También intenta olvidar a Mary Jane. El amor de su vida ha continuado con éxito su carrera artística, hasta el punto de que su rostro comienza a ser conocido y a figurar en vallas publicitarias, además de triunfar con una versión teatral de “La importancia de llamarse Ernesto”, de Oscar Wilde, en Broadway. Al éxito en el trabajo se le une las novedades en el amor. M.J. está prometida con John Jameson (Daniel Gillies), hijo del director del Bugle. La relación Parker-Watson servía de motor en la primera entrega y en la segunda se convierte nuevamente en un punto central de la historia, porque nos preguntamos: ¿Se casarán? ¿Qué hará Parker? El personaje del astronauta Jameson también está sacado directamente de los cómics, pero en éstos no tiene ninguna relación con Mary Jane. De hecho, en las viñetas se convierte en Hombre Lobo, enemigo de Spider-Man, después de traerse de la Luna una piedra que utiliza como amuleto y que desencadena su maldición lupina.
Así pues, Peter sigue cometiendo los errores del pasado. Si en la primera descubrimos a Parker llegando tarde al autobús del instituto, en la segunda lo vemos llegando tarde a la entrega de una pizza. Si Norman Osborn aparecía como la figura paternal que acaba convirtiéndose en el villano, aquí Otto Octavius hace las veces de padre y mentor científico de Peter hasta que se convierte en el criminal Doctor Octopus. Si el tío Ben le enseña la moralidad que le lleva a actuar como Spider-Man, aquí es tía May la que le convence de que vuelva a enfundarse la máscara del arácnido. Los remolinos de dudas y encuentros y desencuentros entre Mary y Peter están presentes en ambas películas. En ambas hay una gran lucha entre héroe y villano que implica potenciales víctimas encerradas en un medio de transporte público. En ambas Mary Jane es secuestrada por el villano y rescatada por el héroe. Y en ambas Spider-Man acaba su historia por los cielos de Nueva York. En el caso de los villanos, Otto se diferencia a Osborn porque muere con un último acto heroico proclamando que no es un monstruo.
Raimi presenta a Spider-Man como el verdadero héroe del pueblo que es. Lo vemos cuando lo reconocen en el tren y la gente lo salva antes de que caiga, después de que éste les salvara a ellos de caer al vacío. Spidey ayuda a la gente e incluso adoctrina a los niños acerca de que hay que mirar a ambos lados antes de cruzar la calle. Mientras otros héroes basan casi todo su tiempo en salvarse a sí mismos (Los 4 Fantásticos, X-Men), redimirse (Blade, Daredevil, Batman) o autocontrolarse (Hulk), Spider-Man dedica casi todo su tiempo a rescatar a personas de un incendio, detener criminales y salvar en general a los ciudadanos de problemas.
En la segunda parte de la franquicia vemos con más claridad el estilo narrativo de Sam Raimi, un director que revolucionó el género de terror en los 80 con su hipnotizante debut, “Evil Dead”. La escena de la muerte de la mujer de Otto, la del hospital con Octopus matando a los médicos, con movimientos de cámara vertiginosos y el seguimiento de la cierra de cirugía, evocan a “Evil Dead”, así como las conversaciones de Octopus con sus brazos mecánicos es muy parecida a las de Ash de “Evil Dead” con su propia mano. Por otro lado, el personaje de Otto pasa de un laboratorio reluciente a, una vez como Octopus, un almacén oscuro, desordenado y sucio que recuerda a lo que le pasa al protagonista de “Darkman”. También vemos muchas referencias a los cómics. La moto de Peter para llevar pizzas sale en los tebeos de John Romita. El apartamento de mierda en el que vive lo vimos en los cómics de los años setenta y ochenta. La pérdida de poderes por motivos de estrés tuvo lugar en el Amazing Annual 1. El combate final en los muelles es de Amazing 31-33. El descubrimiento de Harry de las herramientas de su padre, alias Duende Verde, es idéntico de Amazing 135. La escena dramática del traje en la basura es calcado al de Amazing 50.
“Spider-Man 2” es la metáfora de la pérdida de esperanzas, de sueños incumplidos. El héroe llega a la madurez, tiene impotencia y cuando Mary es secuestrada por Octopus vuelven sus ganas. Ella, por su parte, toma las riendas de su vida (ya no es una marioneta de su padre o su novio), tiene éxito como actriz y va ha casarse, pero ella también elige y descubre lo que intuía sobre los sentimientos de Parker hacia ella y elige quedarse con él con todas sus consecuencias.
Al final Raimi deja supuestamente varios cabos sueltos para la tercera entrega de la saga. Por ejemplo, el personaje de John Jameson podría haberse convertido en Veneno, después de traerse del espacio, oculto en la nave, al simbionte (tal y como ocurría en los dibujos animados de los noventa). Otro ejemplo sería la boda de Parker-Watson. Pero el ejemplo más claro es el de Harry Osborn convertido en el nuevo Duende Verde y la aparición del doctor Curt Connors (Dylan Baker), profesor de Peter, al que le falta un brazo y cuyas investigaciones para recuperarlo le convierten en las viñetas en Lagarto. Su aparición en “Spider-Man 2” aventuraba una posible aparición del villano en la tercera parte, pero todo apuntaba a que saldría en “Spider-Man 4”, si no en sucesivas entregas.
ANTECEDENTES
La televisión había hecho un tímido intento de llevar parte de la épica del cómic primero a los dibujos animados, con una serie producida entre 1967 y 1970. Mas tarde a la imagen real en unos telefilmes de la productora CBS que la cartelera española y de otros países conoció con el formato de largometraje: “Spiderman 2” y “Spiderman, el desafío del dragón (esta última intentó sacar partido tardíamente de la fiebre por las artes marciales de los años setenta). En 1977 se estrena “Spiderman, el hombre araña” que ejerció a modo de episodio piloto de la serie producida entre 1978 y 1979 con el mismo protagonista, Nicholas Hammond. Las escenas de acción eran realizadas por un doble que escalaba edificios sujeto por cables no siempre bien tapados o hacía uso de distintos trucos de cámara como la split screen, o ponía al personaje sobre un falso fondo en proyección trasera cuando caminaba por los tejados, unos efectos pobres que, junto a toda la serie, decepcionó a Stan Lee.
LOS RESULTADOS
Un gran presupuesto (157 millones de euros aproximadamente), un maduro director, un correcto guión y unos espectaculares efectos visuales hacen de “Spider-Man” una bomba de relojería. La taquilla del primer fin de semana habla por si sola. Más de 114 millones de dólares de recaudación tan sólo en Estados Unidos abren las puertas a la creación de una saga. Spider-Man no solo funciona en los cómics, ahora también en el cine con unos beneficios mundiales de casi 822 millones.
El éxito de la adaptación también desembocó en la apresurada creación de “Spider-Man: La nueva serie animada” (2003) y en un nuevo gran impulso de la editorial Marvel Comics para volver a ganar adeptos a los cómics. El 4 de mayo, justo el día siguiente del estreno de la película, declaró en Estados Unidos El Día del Tebeo Gratis, que consistía en distribuir en tiendas especializadas ejemplares gratuitos. Adicionalmente sacaron un número extraordinario del superhéroe que trataba la tragedia de las Torres Gemelas. Nuevas colecciones de cómics, videojuegos y una avalancha de juguetes y merchandising le siguieron.
El film se estrenó poco después de los atentados en la ciudad de Nueva York. El pueblo americano necesitaba fortalecer su espíritu creyendo que hay un héroe capaz de protegerles tras la dolorosa vulnerabilidad que provocó la tragedia del World Trade Center, el 11 de septiembre. El día de su estreno americano, el viernes 3 de mayo, recaudó 44 millones de euros siendo la más taquillera el día de su estreno en la historia del cine. En solo tres días ya rescató su cuantiosa inversión. Una gran campaña de marketing se encargó de que la película fuera un taquillazo, con una inversión de 56 millones de euros en publicidad y 3.000 copias repartidas en todas las salas de cine posibles del país.
Si en 1929 con una gran depresión económica, el cine dio musicales de evasión donde nadie era pobre y si lo era salia al parque y cantaba porque no importaba ya que el mundo era un gran lugar para vivir, con “Spider-Man” la gente abarrotaba las salas de cine convencidos de que por muchos terroristas que hubiera ellos estaban protegidos por su vigilante y poderoso superhéroe que les defendería de cualquier ataque.
Tras la espectacular recaudación de la primera parte, Marvel Studios, presidido entonces por Avi Arad, se puso de inmediato a preparar una nueva entrega para la que se volvió a contar con el mismo equipo de producción, con el mismo director, con el mismo reparto y con John Dykstran en el apartado de los efectos especiales. También repitieron en la secuela el músico Danny Elfman, el montador Bob Murawski o el diseñador de vestuario James Acheson.
“Spider-Man 2” costó más de 200 millones de dólares, de los cuales 54 millones estuvieron destinados a animación por ordenador, y pocos días después de la fecha de estreno, 30 junio de 2004, ya recaudó 150 millones de dólares convirtiéndose en una franquicia con voz propia con la que los productores idearon una larga y lucrativa vida hablándose de terceras, cuartas e incluso quintas partes. Una locura.
7 comentarios:
Aunque no soy un seguidor de Spiderman, solo me quedo con parte de la segunda entrega, he de decir que te ha quedado un articulo muy bueno, mejor que toda la saga fílmica.
No sé que me pasa con el cine de super-heroes que la única que salvo son las de Batman de Nolan y la primera de Burton (en su época). Las otras que han hecho han sido pelis de comics no basadas en comics (El protegido, hancock...)
Las dos últimas que vi Xmen 3 y Capitan América me hicieron recapacitar sobre si ver nunca más algo que tenga relación con adaptaciones de comic... Ahora entiendo a Moore que dijo que no quería jamás en la vida que en los créditos de sus adaptaciones apareciese su nombre...
Pedazo de artículo.
Que quede claro desde un principio que considero muy importante lo que logró Raimi con este personaje,pero como ya comenté en otra crítica,salvando algunas cosas,esta trilogía no va a envejecer bién.Y aunque me lluevan palos,me quedo con Amazing Spiderman y sin dudarlo.
Que buen articulo, yo si soy (era) muy fan de spiderman y recuerdo perfecto cuando fui al cine y no podía creer que estuvieran los personajes de carne y hueso, la segunda también es muy buena pero la tercera no me gusto, y ahora la nueva no se si es por que ya crecí, pero solo me pareció entretenida, nada especial.
Este artículo es fantástico! Te ha quedado genial. Enhorabuena!
Me han entrado ganas de ver las películas y todo!
Bueno pues gracias a Ted, ya sabemos absolutamente tooooodo sobre el Spiderman de Raimi. Impresionante.
A mi me gustan las 3 de Raimi, me lo paso pipa viéndolas y os juro que por más que lo intente no les encuentro el lado malo. Son 100% comiqueras, divertidas, emocionantes, los FX son bastante buenos (vaaale, algún pantallazo verde hay, pero no seamos tan tiquismiquis), tiene buenos villanos...y el reparto me parece muy apropiado (no optaron por el típico guaperas), y encima allí estan Willem Dafoe, Alfred Molina, Kristen Dusnt, James Franco ¿pues que más se puede pedir?...
Por eso aún me resisto a esa cuarta que no es de Raimi jaja!
Gran artículo Ted, mis felicitaciones. ;)
Apasionante artículo Ted. Como fan confeso de la trilogía de Raimi, lo único que puedo hacer es felicitarte y darte las gracias por semejante documento.
Además, coincido con todo lo expuesto. Para mi, Spiderman 2 es una de las mejores películas que se han rodado sobre superhéroes, la pongo al nivel de mis favoritas (esto es, el Batman de Nolan, y los Hellboy y Blade de Del Toro). Una maravilla. Emotiva, profunda, espectacular... redonda. Y sobretodo, 100% Raimi, que aquí se destapa después de titubear un poco en la primera. Octopus siempre fue de mis villanos favoritos de adolescencia y Molina hace un trabajo increíble, gran acierto despojarlo de su traje verde por cierto, sobretodo viendo lo que ocurrió con el duende verde.
La primera parte también la consideró una excelente película, pero uno o dos escalones por debajo de la secuela. Como comentas en el artículo, hay demasiados altibajos entre la primera mitas y la segunda y ese Duende, duele a la vista... menos mal que el amigo DaFoe se encarga de maquillar su bochornosa pinta de power ranger a base de talento.
Pese a que la tercera entrega no está a la altura de las dos primeras, como trilogía, todos los seguidores de Spider Man tenemos que darnos con un canto en los dientes. Fantástica e imprescindible.
Saludos.
Gracias a todos por los comentarios
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