jueves, 1 de julio de 2021

Crítica: En los límites de la realidad

EL RECTOR NOS HABLA SOBRE UNA DE LAS MÁS GRANDES ANTOLOGÍAS PARIDAS EN LA HISTORIA DEL FANTÁSTICO


The Twilight zone póster
“The Twilight Zone: The Movie” (1983) significó el salto a la gran pantalla de una de las series más míticas del terror y la ciencia ficción de las décadas de los cincuenta y sesenta. No se quedó ahí, pues el aclamado show tuvo continuación en los ochenta, con una segunda etapa e incluso se ha extendido hasta el siglo XXI, a principios del 2000 con su tercera edad y hace un par de años, con su última andadura hasta la fecha. Steven Spielberg fue el encargado de producir esta ambiciosa empresa, reuniendo a tres cineastas pertenecientes a la élite del fantástico como John Landis, Joe Dante y George Miller, sumados al propio Spielberg, quien también dirigiría uno de los segmentos. 


“Steven Spielberg fue el encargado de producir esta ambiciosa empresa, reuniendo a tres cineastas pertenecientes a la élite del fantástico como John Landis, Joe Dante y George Miller” 


Vic Morrow the twilight zone
“The Twilight Zone: The Movie” (“En los límites de la realidad”, título español) forma parte, desgraciadamente, de esa categoría negra de la historia del cine, de las denominadas “películas malditas de Hollywood” (no sería la primera vez en la carrera de Spielberg que uno de sus proyectos era devorado por la controversia). Imposible olvidar el trágico accidente de helicóptero durante el rodaje que terminó con la vida del actor Vic Morrow y dos niños, estos últimos además, participando de manera ilegal, lo que derivó en un largo contencioso legal del que finalmente, terminó saliendo indemne el director John Landis. 

kick the can remake de Spielberg
Historia negra aparte, la película se cuenta hoy, sin ningún lugar a dudas, entre las grandes antologías fantásticas del género, al nivel de otros clásicos del formato como “Creepshow” (1982) o “Cat´s Eye” (1985). Compuesta por cuatro historias, la primera de ellas, “Time Out”, de Landis (quien también dirige ese inolvidable prólogo con Dan Aykroyd), es la única original, pues las tres restantes son adaptaciones de episodios clásicos de la serie. Landis (“Un Hombre Lobo Americano en Londres”) rueda una dura crítica contra el racismo y la xenofobia en un relato que respeta de manera marcial las normas del show televisivo y nos pone en la piel de un convincente Vic Morrow a modo de tan inesperada como oportuna herramienta de denuncia social. Landis mueve los hilos de su bufón a través de dispares set pieces y momentos históricos de lúgubre ambientación y aterrador trasfondo (por cuestiones entendibles, se eliminó la secuencia del accidente), en el que es uno de los grandes encantos del segmento, más allá de su mensaje. La secuencia final, una puñalada metafórica contra la intolerancia que ya es historia del género


“Historia negra aparte, la película se cuenta hoy, sin ningún lugar a dudas, entre las grandes antologías fantásticas del género” 


conejo saliendo de la chistera
Curiosamente, es un habitual visionario del género como Spielberg, quien interpreta en esta ocasión el papel de eslabón débil de la cadena filmando la menos interesante de las historias, una revisión de “Kick the can”, capítulo de la serie clásica. El cineasta se aleja del tono terrorífico del resto de la antología, para acercarnos a tesituras fantásticas de corte edulcorado, un cuento entrañable sobre la vejez de la carne y los huesos y la eterna juventud del alma con guiños a la obra de James Matthew Barrie incluidos, antesala de lo que años más tarde culminaría el propio director con ese inolvidable y épico viaje a la tierra de nunca jamás en “Hook” (1991), pieza indispensable del fantástico. 

mejor escena del cine de terror
Ron Howard filmaría un par de años después su particular versión de “Kick the can” bajo el título de “Cocoon” (1985), uno de los grandes éxitos de la ciencia ficción de corte familiar de los ochenta. Volviendo a lo que nos ocupa, destacar la presencia del resplandeciente Scatman Crothers, quien tres años antes, había participado en “El Resplandor” (1980) y que, tres años más tarde, fallecería en su california natal. Una historia simpática para todos los públicos muy en la línea del cine Spielberg pero como digo, bastante disonante con el tono de la obra en su conjunto. Pero para eso está Joe Dante (“Aullidos”), para regresarnos al terror puro y duro con “It´s a good life”. Dante lo hace a su manera, conjugando con elegancia y eficiencia terror y comedia, muy al estilo de lo visto en obras de su filmografía como “Gremlins” (1984) o “No matarás al vecino” (1989). Un relato repleto de suspense marca de la casa y de una imaginería visual desbordante con los cartoons de los sesenta como leit motiv. Para aquellos que dudan de la compatibilidad de dos géneros a priori antagónicos como el terror y la comedia, aquí tienen un gran ejemplo de lo mucho que pueden hacer el uno por el otro, cuando se hace bien. Si el cierre de “Time Out” es un clásico, Dante y su chistera, nos dejan aquí un par de estampas para la posteridad


“la combinación de cuatro talentos incuestionables y de fondo, el espíritu, la esencia, de la que sin duda es una de las mejores series fantásticas de la historia de nuestro amado género” 


john lightgow en un avión
Y faltaba George Miller (“Mad Max”). En esta ocasión, lo mejor (o lo más recordado), para el postre. “Nightmare at 20.000 feet” es el corte más genuino de puro terror de esta “The Twilight Zone: The Movie”. Una historia llamada a ser de culto inmediato que sigue resultando tan perturbadora hoy, como aquella primera vez. Mucha de la culpa es de John Lithgow y de su fantástico trabajo. Una historia sobre los miedos, la paranoia y por supuesto, los mitos y leyendas del imaginario sobrenatural popular. Los gremlins, no los de Dante, los de las historias para no dormir que corrían entre los pilotos ingleses en la segunda guerra mundial y que hace dos pelos de culo Roseanne Liang llevó a la gran pantalla en la divertida “Shadow in the cloud” (2020). 

chica sin boca historia de terror
La química entre Lightgow y su monstruo es brutal. La forma en la que el actor edifica en su personaje los tics de la paranoia, como mete y saca al espectador de su particular pesadilla con un gesto, con una mueca, es un auténtico espectáculo. Una montaña rusa de sensaciones amén de un ejercicio de estilo con denominación de origen de un actor que siempre se ha movido en la excelencia y que aquí, una vez más, lo borda. Broche de oro para una de las grandes antologías de terror de all the times, la combinación de cuatro talentos incuestionables y de fondo, el espíritu, la esencia, de la que sin duda es una de las mejores series fantásticas de la historia de nuestro amado género. Leyenda negra, un Spielberg meando fuera de tiesto y un prólogo y epílogo que siendo la mar de simpáticos, nos dejan, por potencial, con la sensación de que podrían haber dado para una quinta historia de tres pares de cojones. En cualquier caso, una cita ineludible (te guste más o menos el formato) para cualquier amante del género.

Lo mejor: El gran equilibrio de calidad entre todas las historias. El mensaje de “Time Out”, el despiporre visual de “It´s a good life” y la interpretación de John Lightgow en “Nightmare at 20.000 feet”. 

Lo peor: “Kick the can” sabe llegar al corazón (como no, viniendo de Spielberg), pero no pega ni con cola con el resto de historias.


4 comentarios:

Art0rius dijo...

Fua, canela en rama y todo el mundo en pie. Gran crítica para una obra para mi capital del fantástico americano! Lo unico puntualizar de que no estoy muy de acuerdo con el que Landis saliera indemne de aquel escabroso asunto. Durante mucho tiempo ha corrido el mito que Spielberg tuvo mucho más que ver con aquel accidente que Landis, y que este fue un chivo expiatorio de un suceso terrible que acabó a la práctica con su carrera como director. Historia negra del cine, en definitiva.

El Rector dijo...

Artorius, indemne en el sentido de que no terminó con sus huesos en la cárcel. Mitos sobre Spielberg hay muchos, pero hasta la fecha se han quedado en eso, que se lo pregunten a Tobe Hooper. Y sobre la carrera de Landis, pues no se hasta que punto fue esto lo que detonó su declive o pegándole un ojo a su filmografía, sus propias limitaciones como director, yo desde luego, me inclino más por lo segundo.

Saludos.

Missterror dijo...

"¿Quieres ver algo realmente terrorífico?" Me flipa este prólogo!
Sin duda, unas de las mejores antologías del cine, puede que estemos hablando de la medalla de plata en las colecciones de historias cortas. La de oro la tiene "Creepshow"
Coincido bastante con tu visión y creo que el segmento de Spielberg tiene un tono bastante diferente y de algún modo, desequilibra el ritmo. Creo que "Kick the can" es una bellísima historia de ilusión y emoción pero se queda bastante corta en cuanto a tensión y solo apela a sentimientos positivos, algo que te deja un poco descolocado después del puñetazo de "Time Out" y el despiporre que Landis organizó para llegar más allá de los límites de la realidad. Aunque soy muy fan del niño protagonista de "It's a good life" y el conejo es una de las escenas míticas, estoy de acuerdo en que "Nightmare at 20.000 feet" es practicamente perfecta. Mi favorita de las cuatro ;)
Ha sido una auténtica gozada volver a ella después de tanto tiempo. He sido fiel a la cita de cada viernes en TCM con sus "Películas malditas" (sintiéndome un poco como si volviera a los domingos de "Noche de lobos" o los viernes de "Alucine") y cuando llegó el día de "En los límites de la realidad", una oleada de nostalgia de la buena me inundó y casi me desborda ;)

Un abrazo.

El Rector dijo...

Missterror, yo te diré que incluso, pondría a esta por encima de "Creepshow" y secuela. Pero ya son gustos personales, está claro que todas estas antologías (y alguna otra) juegan en la misma liga.

De entre las cuatro historias, al igual que tú, me quedo con "Nightmare at 20.000", siempre he sido muy fan de Lightgow y este es sin duda, uno de sus grandes trabajos para el género.

por suerte, la nostalgia en ocasiones, también va asociada con la calidad pura y dura y no solo con un sentimiento romántico de épocas pretéritas. "En los límites de la realidad" es un título atemporal, que se disfruta de la misma forma hoy, que hace casi cuarenta años. Ahí es nada.

Saludos.

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