Crítica: Nobody

ANDREA CATÁSTROFE NOS HABLA SOBRE EL NUEVO TRABAJO DE ILYA NAISHULLER, CON BOB ODENKIRK Y TRAS LOS PASOS DE JOHN WICK

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Por encima de la ley y el nacimiento de los superhéroes. En el momento en que el estado carece de la capacidad para brindar realmente seguridad, para muchos pierde su legitimidad, floreciendo un sentimiento de frustración, y el detonante para que emerjan toda clase de héroes urbanos, vengadores que llevan la ley del talión a situaciones de inimaginable violencia. No es necesario contar con súper poderes cuando la justicia ciega está de su lado. Y es así que desde los años 70s, quizá un poco antes, el cine de acción ha sabido dotar de dureza y una fortaleza sobrehumana a sus circunstanciales justicieros. Ejemplo claro es “Death Wish” (1974), de Michael Winner, protagonizada por Charles Bronson. 

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“El reto de estas películas parece que no es innovar como tal el género (realmente pocas lo intentan), sino ofrecer al espectador lo que espera: acción en exceso y un antihéroe carismático” 

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Posteriormente, el hombre común llevado a límites nada comunes disminuye su magia, es ahí donde surge el ex-marine, y no sólo el ex-marine a quien se le atribuyen ciertos valores, sino también aquellos de integridad cuestionable, los mercenarios y asesinos a sueldo retirados. El reto de estas películas parece que no es innovar como tal el género (realmente pocas lo intentan), sino ofrecer al espectador lo que espera: acción en exceso y un antihéroe carismático. Un cine en el cual, si bien las coreografías y efectos especiales tienen un rol importante, la elección del reparto es fundamental, tan sólo hay que pensar en John Wick, en lo absoluto tendría el mismo éxito si no contase con Keanu Reeves.

¡Pues bien! “Nobody” (2021) es el segundo largometraje del director ruso Ilya Naishuller, quien hace unos años dejaba su área de confort (los videoclips) para dirigir “Hardcore Henry” (2015); escrita por el guionista de “John Wick” (2014), Derek Kolstad y protagonizada por Bob Odenkirk (Saul Goodman en “Breaking Bad” y “Better Call Saul”). Un filme de acción pleno de brutalidad que brinda al espectador lo que espera: disparos, persecuciones automovilísticas y sangrientas peleas cuerpo a cuerpo, ejecutadas por esa mezcla de justiciero urbano que referí en los primeros párrafos, el perfecto “Don Nadie” suburbano y a su vez el implacable asesino a sueldo retirado. Todo a través del carisma y el patetismo de Odenkirk. 

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“Naishuller ofrece un producto mucho más convencional comparado con Hardcore Henry, una película que se apega demasiado a las reglas del género, pero que consigue nuestra simpatía” 

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La película no demora en presentarnos a Hutch Mansell, maltrecho y cubierto de sangre es interrogado por un par de agentes que le miran con desprecio e incredulidad: “¿Quién eres?” preguntan, “Nadie” responde Hutch. En seguida un flashback nos lo confirma, mostrándonos su rutinaria como padre de familia tendiente al fracaso. Con una esposa distante que lo mira con lástima, no muy respetado en el trabajo por su suegro y cuñado, y considerado un cobarde por su hijo. Como es de esperar, sólo hace falta un pretexto (no importa cuál) para conectar a este Don Nadie con su interior más despiadado, y una serie de casualidades para desatar una guerra. 

Sucede que una noche un par de ladrones no muy competentes invaden su casa, Hutch tiene la oportunidad de defenderse e impedir el robo, no obstante, prefiere no hacerlo y ser el hazmereir del vecindario... hasta que descubre que también hurtaron el brazalete de gatitos de su hija, gravísimo error. Decidido a recuperar el brazalete seguirá la pista de los asaltantes, saciando su furia no sin consecuencias. Por casualidad tropieza en esta mala noche con el hermano menor de un mafioso ruso (una de las escenas que más disfrute, lejos de una coreografía perfectamente orquestada a favor de las artes marciales, tenemos una secuencia mucho más visceral y desordenada). Como es de esperar, Hutch triunfa y los jóvenes rusos yacen en el hospital. Vapuleado se dirige a casa sin ser consciente de la guerra que ha iniciado; la familia es la familia y Yulian Kuznetsov no dará tregua hasta destruir a Hutch y todo lo que ama. Una empresa sencilla si Hutch no fuera el hombre que es. No tendrá el porte de John Wick, pero al parecer el entrenamiento sí. 

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“Más allá del paralelismo que pueda tener con John Wick, no esperes encontrar esa violencia sórdida, Nobody es su lado simpático. ¿Se presta para una franquicia? Posiblemente” 

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Naishuller ofrece un producto mucho más convencional comparado con “Hardcore Henry”, una película que se apega demasiado a las reglas del género, pero que consigue nuestra simpatía (al menos la mía) gracias a la participación de Odenkirk. De hecho, es la única razón por la que vi Nobody y no vi en su tiempo películas como “Honest Thief” (2020) de M. Williams, con Liam Neeson, o el remake de “Death Wish” (2018) de Eli Roth, con Bruce Willis. No soy fanática de su carrera como actor, pero Saul Goodman me cae bastante bien, y ver "Nobody" es como ver a Saul en una faceta diferente, sin dejar de ser Saul. A veces el que un actor se apodere tanto de un personaje puede resultar contraproducente, pero aquí juega bastante a favor, ya que aleja a "Nobody" de lo que fácilmente podría ser: una parodia de "John Wick", y erige un personaje que raya en la comedia y el exceso, sin perder el estoicismo de un asesino a sueldo a favor de la justicia. 

Al reparto se suman (esto me es indiferente) un intocable Christopher Lloyd, de quien está demás mencionar los papeles por los cuales lo recordamos, el rapero RZA y Aleksey Serebryakov, recurrente en el cine ruso tanto en películas de acción como dramas sociales, aquí, el sociópata ideal. Por el lado técnico tenemos un buen trabajo de edición y de fotografía (la mayoría de las escenas suceden de noche) a cargo de Pawel Pogorzelski (“Midsommar”, “Hereditary”), lo que ayuda a mantener un ritmo bastante ameno durante todo el filme, logrando modular los excesos, que hasta la recta final comienza a decaer y afortunadamente no antes, bajo una lluvia de balas y la figura de Lloyd yendo de aquí para allá como si nada. Otro punto a favor aunque no sobresaliente es su banda sonora, donde escuchamos temas de Rhythm and blues, Jazz y Rock and Roll de Nina Simone, Louis Armstrong, Andy Williams, Luther Allison, Gerry & The Pacemakers, entre otros. 

Una película predecible, no muy original y con un argumento más o menos absurdo, que depende para desarrollar su historia de un vacío total de la autoridad y un cúmulo de casualidades cada una más extraordinaria que la otra. Apta para quienes busquemos precisamente esto y/o nos agrade el trabajo de Odenkirk. Más allá del paralelismo que pueda tener con "John Wick", no esperes encontrar esa violencia sórdida, “Nobody” es su lado simpático. ¿Se presta para una franquicia? Posiblemente. Yo espero que no. Pocas veces me han gustado las segundas partes.