jueves, 21 de septiembre de 2023

Crítica: Mona Lisa and the Blood Moon

EL RECTOR NOS HABLA SOBRE EL ÚLTIMO TRABAJO DE ANA LILY AMIRPOUR. LAS MIL CARAS DEL FANTÁSTICO


Si hay una directora del panorama actual que ha sabido reinventar (o al menos redirigir) las coordenadas del fantástico, esa es sin duda alguna Ana Lily Amirpour. La británica se ha convertido con tan solo tres películas en su haber, en una de las grandes abanderadas del feminismo cinematográfico, siempre con la mujer como protagonista y eje articulador fundamental de sus historias. Tras su aclamada ópera prima “A Girl Walks Home Alone at Night” (2014) y una segunda obra como “The Bad Batch” (2016), tan sugerente como desconcertante y en buena medida devorada por el éxito de su predecesora, me acerco ahora a su último trabajo (obviando su paso por “El gabinete de las curiosidades de Guillermo del Toro”), nueva muestra del particular libro de estilo de la cineasta y como no, un nuevo viaje en femenino a través de las entrañas del género. 


“transita por distintos géneros sin atarse nunca a ninguno más de la cuenta, dejando siempre la puerta abierta para poder volver sobre sus pasos y llevar tanto historia como personajes allá donde quiere en cada momento” 


“Mona Lisa and the Blood Moon” (2021) nos invita a acompañar de nuevo en su particular odisea, a una mujer que parece habitar en un mundo que le es ajeno y hostil. Jeon Jong-seo (“Burning”, 2018), encarna a Mona “Lisa” Lee, una chica con poderes mentales que tras fugarse de una institución mental, se adentrará en la noche de New Orleans en busca de la tan ansiada libertad. Durante su periplo, conocerá a una serie de personajes que le descubrirán algunas de las facetas del ser humano, entre ellos, Bonnie (Kate Hudson), una bailarina de streeptease que la acogerá en su casa. 

Amirpour firma un libreto que transita por distintos géneros sin atarse nunca a ninguno más de la cuenta, dejando siempre la puerta abierta para poder volver sobre sus pasos y llevar tanto historia como personajes allá donde quiere en cada momento. Tras un prólogo donde el fantástico más ortodoxo y reconocible sirve como pistoletazo de salida, “Mona Lisa and the Blood Moon” se torna en un preciosista ejercicio de estilo que si bien en las formas no esconde sus influencias, es en el fondo donde siempre se esfuerza por huir del encasillamiento y la previsibilidad, dibujando una historia que siempre juega al despiste a cobijo del thriller, el drama y la comedia, siempre con Mona Lisa al volante de un viaje (casi siempre) nocturno repleto de brillantes luces de neón y personajes de farándula, de cuento incluso, si entendemos la obra como una fábula de ídem en clave sórdida sobre la maternidad, el amor, la amistad o la pérdida de la inocencia y entre líneas, un alegato metafórico sobre el papel que muchas veces tiene la mujer aun en la sociedad actual


“el viaje vuelve a ser mucho más importante que el destino y en el que el apartado audiovisual de la película alcanza tanta relevancia que en buena parte del metraje se antoja mucho más protagonista que la propia historia” 


Quizás estemos en cierta medida, ante la película menos “extraña” de la directora. Sin perder nunca su marca, es cierto que el espectador puede tener cierta sensación de déjà vu si ha tenido oportunidad de disfrutar de esa maravilla inclasificable que es “Fried Barry” (Ryan Krueger, 2020), con la cual guarda considerable parentesco en no pocos apartados, tanto en la puesta en escena, el uso de la banda sonora como omnipresente narrador en la sombra o su certera radiografía del reverso “oscuro” de una gran ciudad. Amirpour hace de New Orleans su Johannesburgo y aunque sin caer nunca en los excesos y la enfermiza locura de la cinta de Ryan Krueger, sí apuesta por pintar su historia en un lienzo consanguíneo donde el viaje vuelve a ser mucho más importante que el destino y en el que el apartado audiovisual de la película alcanza tanta relevancia que en buena parte del metraje se antoja mucho más protagonista que la propia historia


“una de esas experiencias que hay que descubrir en primera persona y sobre el terreno, que entra por los ojos, por los oídos y lo más importante, por el corazón” 


En este escenario, se entiende que la banda sonora (con especial gusto por las sonidos electrónicos) tiene un peso aplastante en todo lo que acontece en pantalla, no solo como elemento meramente estético, también como una herramienta narrativa más, lo cual convierte a “Mona Lisa and the Blood Moon” en un trabajo mucho más accesible que otros títulos de la directora, por más que los derroteros por los que se mueve tengan poco que ver con sus primeros minutos, lo cual puede suponer una patada en el culo considerable para determinados espectadores. 

El plano actoral es otro de los grandes caballos de batalla de la película. Jeon Jong-seo construye a una heroína adorable con el que es muy sencillo empatizar desde el minuto uno y a su lado una Kate Hudson superlativa a modo de contrapunto en el que sin duda es el personaje más interesante y mejor construido de la cinta a partir del cual Amirpour puede desarrollar buena partes de las ideas que orbitan alrededor de la historia y que tienen también mucho que ver con la presencia de su hijo Charlie (Evan Whitten), a quien por cierto estamos viendo estos días (protagonizando además el momento más épico del show hasta la fecha) viajando por las estrellas en “Ahsoka”, la nueva serie del universo “Star Wars”. Y aunque en otro orden de relevancia, imposible no mencionar al Fuzz de Ed Skrein (pronto le veremos en la esperada “Rebel Moon” de Zack Snyder), un ángel de luz en un mundo de tinieblas y otro ejemplo del estado de gracia en el que se ha movido la directora y guionista a la hora de dar forma a las fichas de la partida. Todo esto y más es lo que ofrece “Mona Lisa and the Blood Moon”, una de esas experiencias que hay que descubrir en primera persona y sobre el terreno, que entra por los ojos, por los oídos y lo más importante, por el corazón. Mágica, entrañable, emotiva y sí, pese a sus propias leyes, sin salirse nunca de un fantástico del que nunca se olvida ni reniega. No, afortunadamente esto no es “La Paradoja de Antares” (Luis Tinoco, 2022), película que se apropiaba del género como mero gancho para colarnos el enésimo e insufrible drama efectista de mal gusto patrio de turno. No, Amirpour ama el fantástico, a su manera, pero orgullosa e incondicionalmente. 

Lo mejor: Una experiencia audiovisual alucinante. Kate Hudson. 

Lo peor: Para quien no entre en la propuesta o espere otra película (y esta puede dar pie a ello en sus compases iniciales), el viaje se puede tornar tortuoso.


8 comentarios:

Art0rius dijo...

Buenas! No conecto con el cine de Amirpour, y mira que me jode porque le veo conceptos visuales muy interesantes y una manera de usar la cámara y sobretodo, de dirigir a los actores superinteresante. Pero 3 peliculas que le he visto y las 3 me han aburrido como las piedras. No se si es el ritmo o que, y le puedo reconocer cierto virtuosismo visual pero....a mi pesar, no la banco.

El Rector dijo...

Artorius, esto es así. Es una realizadora muy particular y con un estilo muy marcado, si no te gusta una película, lo normal es que no te guste ninguna y desde luego aquí, no ofrece ningún elemento innovador para intentar sumar nuevos adeptos a la causa. Podríamos trazar un paralelismo con otro autor que tampoco hace rehenes como Winding Refn (siendo "Drive" la excepción).

Saludos.

Ted dijo...

Para mi lo segundo. Esta propuesta es una playa sin arena, muerta. De rocas, pechinas y piedras. Cada vez mas no paso por este tipo de proyectos y parece interesante. Soy viejo y quiero proyectos mas directos, menos arriesgados, no me kmportan las palabras, si los hechos. Soy friolero, no me mojo.

Missterror dijo...

No cabe duda de que Ana Lily Amirpour tiene personalidad. Puede gustarte o no, pero tiene unas trazas particulares y le interesa seguir explorándolas. Su cine es un viaje tras otro siguiendo a una mujer. El descubrimiento de cada una de sus protagonistas a través de los ojos de las personas con las que se tropiezan en el viaje y a través de su propia mirada es el reflejo de una directora con unas ideas muy claras de lo que pretende con su cine.
Algo que me fascina es que más o menos, suele centrarse en los mismos traumas pero en cada película hay una vuelta de tuerca al género del que se sirve.
"Mona Lisa and the blood moon" tiene los mismos puntos fuertes y las mismas debilidades que sus antecesoras. Una puesta en escena maravillosa, unas protagonistas con una personalidad magnética, una banda sonora arrolladora, pero se vuelve a perder en el ensimismamiento, en los guiones crípticos y en la sensación de pesadez en varios de sus pasajes.
En este caso, he de decir que por algún extraño motivo tenía las expectativas muy bajas y que terminé la película bastante satisfecha. Estoy de acuerdo con lo que comentas respecto a la película. Este viaje con Mona Lisa ha sido lo suficientemente guay como para querer seguir repitiendo. No sé cuál seré el siguiente destino de Amirpour, pero puede contar conmigo!

Un abrazo.

El Rector dijo...

Ted, una pena que no conectes con el estilo de la directora, más cuando su figura está tan ligada a la de tu amado festival de Sitges.

Missterror, no creo que en este caso estemos ante un guion excesivamente críptico (tampoco tengo claro que esta sea una máxima de su cine), lo que sí es cierto es que Amirpour no tiene el menor interés en darle contexto a su historia, no le interesa ni el pasado del personaje de Mona Lisa ni seguramente su futuro, solo el viaje y las ideas que desarrolla a través de este. Entiendo que por ahí, haya espectadores que puedan considerarla una historia mal explicada o difícil de entender, pero insisto, más por desconocimiento del cine de la directora, que por el hecho de que estas sensaciones personales tengan algo que ver con la realidad.

Saludos.

Ted dijo...

Si. Tambien dime que Sitges tiene mucho y mucho. Este año sea como sea a mi me gustara, me gustara aun visitandolo solo o visionando una peli, a un cuando el director hable y no la actriz invitada .A pesar de quejarme, para mi Sitges es genial.

ArisBirra dijo...

Buenas!

Particularmente, con sus más y sus menos, he de decir que disfruté de Mona lisa como un niño.

Es cierto que el tramo final quizá se alarga demasiado, pero cuando se cuenta con una música, un entorno y unos personajes así, el "mal" siempre es menor. Le veo a Mona Lisa muchas virtudes y muy pocos defectos, y para mi esto viene siendo ya habitual en todo lo que hace Amirpour.

Un saludo!

El Rector dijo...

ArisBirra, 100% de acuerdo con tu comentario. Si te va el particular cine de Amirpour, las virtudes destacan sobre los defectos. Y sí, al clímax no le hubiera venido nada mal algo más de caña, apostar más por algo un poco más bombástico, más por el reverso fantástico de la historia y menos por el melodrama, como termina siendo.

Saludos.

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