domingo, 28 de febrero de 2010

Crítica: Cabin Fever 2

Si "Cabin Fever" significó la consagración de Eli Roth después de su exitoso debut con "Hostel", el turno es ahora para Ti West, quien después de transportarnos al pasado y enamorarnos con "The House of the Devil", se confirma como uno de los realizadores más prometedores del género con esta divertida secuela de la cinta de Roth, "Cabin Fever 2: Spring Fever", una oda al mal gusto y al terror de índole mas escatológica que asegura risas y arcadas a partes iguales.

"Cabin Fever" fue para mi gusto una de las mejores películas de la cosecha del año 2002, donde Eli Roth recuperó esa "esencia" del cine de serie B más clásico de los 80 y 90, pasando olímpicamente de los efectos digitales del siglo XXI y rescatando del olvido una forma de hacer cine de terror que parece que muchos habían olvidado. Litros de sangre, prótesis de todo tipo, maquillajes repulsivos, granos supurantes, carne podrida, órganos descompuestos y demás exquisiteces que hicieron de "Cabin Fever" una de esas películas perfectas para compartir en una primera cita después de una cena romántica a la luz de las velas.


Recordemos que la película nos ponía en la piel (nunca mejor dicho) de un grupo de jóvenes que iban a pasar un fin de semana en una cabaña en medio del bosque, los cuales quedaban expuestos a un terrible virus propagado a través del agua que devoraba la carne del infectado. Pues bien, "Cabin Fever 2: Spring Fever" retoma la trama donde lo dejó la primera y gracias a una cachonda secuencia de créditos de dibujos animados en plan "Beavis & Butt-Head", se nos explica de forma muy gráfica como el virus se extiende más allá del bosque y una partida de agua de la marca "Simpleza" infectada, llega para abastecer al instituto del pueblo, el cual se prepara para el acontecimiento más importante del año, el baile de fin de curso.

Filmar una secuela de una película de culto como "Cabin Fever", es casi tan arriesgado como hacer un remake de "Pesadilla en Elm Street" (que Dios nos pille confesados), pero Ti West deja claro desde la primera secuencia del film, que no tiene la más mínima intención ni de andarse con medias tintas ni de morderse la lengua, lo que queda muy claro con el impagable "sketch" inicial, y lo llamo "sketch" para ser consecuente, porque si bien la primera parte, pese a tener sus momentos humorísticos, era sin duda alguna una película de terror, esta secuela se mueve más por otros derroteros y apuesta claramente por la comedia negra, porque señores, "Cabin Fever 2: Spring Fever" no es ninguna obra maestra y no pasará a los anales de la historia del cine, pero es una partida de culo del primer al último minuto.

Ti West se nutre de la complejidad y las posibilidades casi infinitas que ofrece la adolescencia, para ofrecernos su particular versión de "American Pie", recuperando para el papel protagonista la figura de esos jóvenes digamos, menos populares del instituto, esos que no forman parte del equipo de football, que se sientan solos en una mesa a la hora de comer y que no suelen levantar pasiones entre el sector femenino.

A través de los ojos de dos de estos especímenes de instituto, John (interpretado por un Noah Segan al que muchos recordarán como el necrofílico de "Dead Girl") un joven e inteligente estudiante enamorado de su amiga de la infancia (a quien encarna la exótica Alexi Wasser, a la cual hemos podido ver recientemente en "Growth") y que casualmente es novia del tipo más "chungo" del instituto y Alex, un tipo caradura más quemado que el palo de un churrero o mas salido que las orejas de Clark Gable, como queráis, seremos testigos de como el virus se extiende entre los alumnos gracias a un sinfín de divertidas y surrealistas situaciones hasta llegar al festín definitivo que nos depara el esperado baile de fin de curso (parece mentira como los adolescentes de películas de terror no escarmientan y pican una y otra vez asistiendo a este, habitualmente, mortal acontecimiento), donde asistiremos a uno de los espectáculos más sanguinarios que se han visto en los últimos años. La historia además, también recupera la figura de uno de los mejores personajes de la primera parte, el agente Winston, quien sigue dando muestras de su gran profesionalidad y compromiso con la causa en esta nueva entrega, así como un pequeño cameo de Rider Strong, protagonista del anterior filme.

Una cosa que llama mucho la atención, es la explicitez con la que "Cabin Fever 2" resuelve algunas situaciones, no cortándose un pelo a la hora de enseñar cualquier tipo de barbaridad en pos de resultar desagradable. Grotescas secuencias de sexo, felaciones, penes supurando pus, problemas de próstata, besos pegajosos, pezones pustulosos y cualquier otra barbaridad que nos haga fruncir el ceño, eso sin contar con lo desproporcionado y subido de tono de muchos de sus diálogos.

¿Donde flojea pues "Cabin Fever 2: Spring Fever"? Pues sin duda en la clara pérdida de identidad respecto a la primera entrega, pues carece de esa ambigüedad de género que hacia tan encantadora a la cinta de Roth, y por supuesto de su insana atmósfera. Así pues, pese a que en su tramo final, intenta recuperar un poco la senda de la "seriedad" y el terror más clásico, resulta difícil ya tomarse nada en serio después de llevar 80 minutos partiéndonos la caja.

El guión también resulta bastante superficial, y pasa olímpicamente de profundizar en el origen de la enfermedad o de enseñarnos sus posibles repercusiones a gran escala, más allá de la introducción en escena de un grupo de militares que llegan a la ciudad para intentar controlar la infección, pero que tampoco arrojan ni un halo de luz al asunto.

Conclusión, "Cabin Fever 2" es una digna secuela de aquella película que encandiló a crítica y público hace ya la friolera de ocho años, que aunque se aleja totalmente del género de terror para acercarse a la comedia más disparatada y que obviamente, carece de la frescura y originalidad de su predecesora, no sólo mantiene, si no que eleva las dosis de sangre de aquella. Un auténtico festín "gore" que hará las delicias de los aficionados más cochinotes, que seguro sabrán perdonar lo sencillo de su guión, la falta de tensión, su look "teenager" y el claro tufo a "American Pie" de muchas de sus secuencias. Una propuesta auténticamente gamberra y ríete tú de títulos de Disney Channel como "Lesbian Vampire Killers" o "Doghouse".


1 comentarios:

RUBÉN ARNAIZ dijo...

CABIN FEVER 2, más allá del prólogo, en el que intenta parecer una continuación del film de Eli Roth y que en realidad es una manera de alejarse de él, es una burda historia donde sólo parece importar el gore más brutal y sobre todo morboso. Y ese puede ser su único mérito, el llegar un poco más allá de lo habitual (se muestra el pene de uno de los protagonistas en primer plano; una chica escupe en un lavabo el resultado de una felación…) pero que falla en todo lo demás: supuestamente es una “burla” a los personajes adolescentes que pueblan las películas americanas, pero sin ápice de ironía. Aquí los adolescentes son descerebrados. Punto. No hay doble sentido. Ni siquiera se exageran para reírse de ellos (como en “Starship Troopers”) por lo que es imposible simpatizar con ellos. Luego sí, hay un montón de muertes y gente “deshaciéndose”, pero ni siquiera llega al “cupo” en éste sentido pues no empieza de verdad lo “divertido” hasta bien entrada la película.

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