Del que fuera guionista de "Midnight Meat Train", Jeff Buhler, nos llega "Insanitarium", lo que significa su puesta de largo como director, además de una perfecta oportunidad para ver juntos en pantalla a dos talentos de la interpretación como son Armin Shimerman y Peter Stormare.
"Insanitarium" nos cuenta la historia de Jack, un hombre que ha perdido recientemente a su madre y que ve como su hermana (interpretada por la emergente Kiele Sanchez, a quien hemos podido ver en la serie "Perdidos" y en la reciente "A perfect Gateway"), una joven con problemas mentales, es ingresada por el estado en un sanatorio. Después de un tiempo sin tener noticias suyas y tras las constantes negativas por parte de la institución de dejarle verla, decide hacerse pasar por loco para entrar como paciente e intentar liberarla.
Bajo este rocambolesco argumento (¿que clase de institución tendría la potestad de privar a alguien de visitar a un familiar ingresado?), se esconde una película sorprendentemente interesante para lo que se podía esperar, que mezcla elementos (y ojo, porque voy a ser muy generoso) de la entrañable historia de "Mad Doctor" (véase "Autopsy") con "Alguien voló sobre el nido del cuco" y la clásica historia de infectados o muertos vivientes, todo ello por supuesto, dentro de sus posibilidades (tened en cuenta que estamos hablando de un producto destinado en exclusividad al formato doméstico).
Ni que decir tiene que todo (o casi todo) lo bueno que ocurre en "Insanitarium" tiene que ver con dos factores, el genial apartado visual y el tandem Shimerman & Stormore. El primero (para mi siempre será aquel cantinero Ferengi de "Star Trek: Deep Space Nine") interpretando a su personal versión de Hannibal Lecter, y al segundo (para mi siempre será el director cabronazo de snuff movies de "Asesinato en 8mm", aunque casi todas sus apariciones se cuentan como orgasmo, véase "Fargo", "Constantine", "El Gran Lebowski" e incluso la sobrevalorada y televisiva "Prison Break"), ejerce como eje principal de la historia desde su privilegiada posición de director jefe del centro (ganándose a pulso el título de "Mad doctor"), el cual utiliza como laboratorio personal para sus investigaciones sobre una nueva droga experimental con la que piensa dar un gran paso en la medicina psiquiatrica, y con la cual terminará convirtiendo a los internos en una especie de infectados sedientos de sangre a lo "28 Días Después".
La primera mitad de la película resulta bastante insípida, donde todos los tópicos de cualquier película de temática carcelaria, pueden extrapolarse perfectamente a esta en principio, idílica institución. Así que encontraremos al carcelero cabrón (en este caso un celador) que extorsiona al personal, el interno más malvado del lugar que se la tiene jurada a un protagonista odioso hasta la saciedad en su sobreactuado papel de loco fingido, y al recluso (aquí paciente) bonachón y menos zumbado que la media que se convertirá en co-protagonista de la historia y que todo sabemos de sobras, que terminará mal. Aunque también es cierto que se han introducido algunos personajes un poco mas atípicos como la zumbada ninfómana (la cual puedo dar fe que amortiza su voluptuosa delantera a lo largo de la película), la jefa de enfermeras o la doctora compañera de experimentos del "mad doctor", teniendo todos ellos su momento de gloria y aportando su granito de arena para hacer el filme un poquito mas personal.
Con todos estos tópicos y un desarrollo previsible como pocos, pasa con más pena que gloria la primera mitad de un filme que reserva todas las emociones para los últimos 45 minutos, donde se rompe el yugo del género carcelario y se adentra en terrenos "gorenianos" y de pura serie B, convirtiéndose en un auténtico ejercicio del efectismo mas puro y duro. Un "show" de sangre, incisiones varias y zombies (en su vertiente "infectada") que sin ninguna duda satisfará a los aficionados a la violencia más gráfica, y donde no se puede dejar de destacar el gran trabajo realizado a nivel de efectos especiales, con un gran número de caracterizaciones, prótesis, litros de sangre e incluso alguna que otra secuencia (por la parte que me toca) "incomoda" que puede llegar a poner los pelos de punta.
Pese a lo divertido, gamberro y potencialmente terrorífico de esta parte de la cinta, "Insanitarium" falla de forma estrepitosa en algo fundamental, no da ni pizca de miedo, poniendo al descubierto su total incapacidad para crear situaciones tensas o angustiosas (a excepción de la mencionada), cosa que se intenta compensar con las citadas y desmesuradas dosis de sangre, además de con mucha acción, que nos dejan una sensación más cercana a ese festival de vísceras llamado "John Rambo" que a una verdadera película de terror en sí. De esto también tienen culpa los infectados, que pese a su logrado aspecto, en muchas ocasiones parecen más propios de una comedia, que de otra cosa.
Pese a lo divertido, gamberro y potencialmente terrorífico de esta parte de la cinta, "Insanitarium" falla de forma estrepitosa en algo fundamental, no da ni pizca de miedo, poniendo al descubierto su total incapacidad para crear situaciones tensas o angustiosas (a excepción de la mencionada), cosa que se intenta compensar con las citadas y desmesuradas dosis de sangre, además de con mucha acción, que nos dejan una sensación más cercana a ese festival de vísceras llamado "John Rambo" que a una verdadera película de terror en sí. De esto también tienen culpa los infectados, que pese a su logrado aspecto, en muchas ocasiones parecen más propios de una comedia, que de otra cosa.
Conclusión, "Insanitarium" es una película de terror que desde luego no inventa nada nuevo y que está claramente "inspirada" en otros muchos títulos del género, con una primera mitad de metraje bastante sosa y aburrida donde la abundancia de tópicos y el nulo carisma del personaje protagonista, no consiguen que nos lleguemos a implicar con la historia, y donde tan solo la gran presencia y el buen hacer de Peter Stormare y Armin Shimerman, consiguen mantener nuestro interés y darle algo de sentido al visionado. Por suerte, el último tercio del filme abandona cualquier intención de reanimar una historia tan muerta como esta y se aferra al "gore" mas tradicional para deleitarnos con 30 minutos de locura y excesos de todo tipo, donde incluso hay sitio para algunos momentos de humor macabro, haciendo bueno aquello de "mas vale tarde que nunca", aunque teniendo en cuenta su nula capacidad de crear tensión, también se le podría aplicar aquello otro de "la potencia sin control no sirve de nada".
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