domingo, 5 de diciembre de 2010

Crítica: Rammbock (Siege of the Dead)

Cuando hace ya unos cuantos meses hablamos sobre la controvertida “Survival of the Dead” y teniendo además en cuenta la gran saturación de películas de zombies de un tiempo en adelante, ya comenté que la futura buena salud de este popular subgénero pasaba por no utilizar el “fenómeno zombie” como historia principal (pues esta como tal, ya hace bastante tiempo que ha perdido interés y es que lo del grupo de supervivientes sobreviviendo al holocausto zombie ya no se la pone dura a casi nadie), sino como escenario en el que desarrollar historias de muy distinta índole, como ya hiciese Romero en su última película, donde se adentraba en los terrenos del western, o los franceses Yannick Dahan y Benjamin Rocher en la fantástica “La Horde”, que hacía lo propio con una historia de venganza entre policías y gansters.

El alemán Marvin Kren debuta en la dirección con “Rammbock” (también conocida como “Siege of the Dead”) después de tan solo haber dirigido hasta el momento un puñado de cortos, y muy en la línea de esto que os comentaba, de esta necesidad de contar algo mas que el clásico holocausto zombie, Kren se decanta por el género que mas conoce, el drama, para contarnos una historia de amores y desamores en un Berlín asolado por una misteriosa epidemia que convierte a la gente en violentas e irracionales criaturas sedientas de carne humana, llámalos zombies o infectados.

La historia está protagonizada por Michael (perfectamente interpretado por el actor Michael Fuith), quien no se resigna a terminar su relación sentimental con Gabi, y viaja hasta Berlín con la escusa de devolverle las llaves de su piso con la esperanza de intentar reconducir la situación. A su llegada, Michael no encuentra a su ex en el apartamento, sino a un tipo que se comporta de forma muy extraña que finalmente termina atacándole a el y a un muchacho que hacía reformas en el edificio. Esto no es un caso aislado, pues las calles han sido tomadas por una gran parte de la población, infectada por una misteriosa enfermedad que les convierte en asesinos irracionales. Michael y el chico tendrán que apañárselas para sobrevivir atrapados en un edificio asediado por hordas de zombies al tiempo que buscan a la muchacha.


Con el Apocalipsis de fondo, “Rammbock” no deja de ser un melodrama de fuerte carga sentimental que nos muestra la ruptura de una pareja, para Manni, una tragedia tan o mas importante que toda la devastación que se sucede a su alrededor, y esta historia hace que esta modesta cinta alemana no sea “otra” película de zombies mas, sino un producto con personalidad propia donde pese a la evidente escasez de recursos (como queda bien claro con la austeridad visual de la que hace gala en todo momento, lejos de los excesos a los que nos tiene acostumbrados este tipo de filmes aunque dicho sea, los pocos efectos especiales que aparecen, como las caracterizaciones de los zombies, están bastante bien resueltas), consigue construir una historia que ofrece mas y mas variados puntos de interés que las típicas situaciones que hemos visto en infinidad de películas.

Dicho esto, tampoco vamos a exagerar, “Rammbock” no inventa nada nuevo, de hecho las influencias de nuestra “REC” son claras y evidentes (atención a la secuencia de la anciana, todo un “homenaje” a la película de Balagueró y Plaza), cogiendo nuevamente una comunidad de vecinos como marco de la acción y teniendo en la interacción entre los diferentes habitantes del edificio, su principal pauta de desarrollo, en el cual no faltarán todos los perfiles de personaje básicos del cine zombie, el tipo heroico y altruista, el egoísta que solo piensa en salvar su propio pellejo, la pareja de tortolitos, etc… y por supuesto, otras tantas situaciones de lo mas clásicas, aunque esta vez dicho sea, tratadas desde un punto de vista algo mas imaginativo y fresco, lo que incluso algunos interpretarán como guiños cómicos pese a que la película no tiene absolutamente nada de comedia, esto es terror puro y duro.

Conclusión, “Rammbock” es un buen ejemplo de lo que tiene que ser el subgénero zombie de aquí en adelante si no quiere caer en manos de la monotonía y la desidia, un fantástico ejemplo de cómo contar una historia interesante en si misma mas allá de lo que todos esperamos encontrar en una película de este tipo, pese a que inevitablemente, los tópicos del género terminan haciendo acto de presencia en mayor o menor medida. “Rammbock” lidia muy bien con ellos y siempre aporta ese puntito de frescura necesario para disfrazar un poco las situaciones de siempre, cosa que hay que agradecerle mucho al personaje interpretado por Michael Fuith, que lo borda en el papel de bonachón enamorado reconvertido a héroe. Y por supuesto, destacar también algo a mi entender, fundamental en cualquier cinta de zombies que se precie y que en “Rammbock” se cumple, que resulte incomoda, triste, deprimente incluso y sobretodo, que transmita sensación de peligro en todo momento y en cualquier circunstancia. Una buena demostración de que con ideas frescas se pueden paliar handicaps como la falta de medios y es que el dinero, no siempre da la felicidad (que se lo pregunten a Florentino y su Real Madrid).

En lo negativo, sin duda su corta duración, sesenta minutos que se nos harán muy cortos y nos dejarán con ganas de mucho mas, algunas situaciones que pueden ser malinterpretadas dejando en el espectador una falsa sensación de comedia, el edulcorado final, mas propio de una comedia romántica y la ridícula manía de cambiarle el nombre a las películas por motivos comerciales.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

la estoi bajando

aver ke tal

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