viernes, 24 de junio de 2011

Crítica: Fertile Ground

Si había una película del After Dark Originals a la que le tenía especial ganas, esa era “Fertile Ground”, mas que nada por que su director, el alemán Adam Gierasch, es uno de esos tipos que últimamente ha animado el cotarro del fantástico regalándonos títulos tan sumamente divertidos como “Autopsy” o el remake de “Night of the Demons”, por lo que ni siquiera la desalentadora y con efecto retráctil para nuestros penes, sinopsis de su nueva película, fue capaz de quitarme el apetito cinéfilo, todo lo contrario, pues había curiosidad por ver como el alemán era capaz de lidiar con una historia y una forma de entender el horror que ya hemos visto tantas veces con otro nombre (véase “Amityville”, “The Messengers”, “The New Daughter” o “Wake Wood”) que prácticamente nos atrapa en los calzones de Bill Murray y el puñetero día de la marmota, por no hablar de su fétido aroma a (y véase “Expediente 39” para entender el concepto) “película que gusta a nuestras madres” (trademark registered), con su característico terror gamberro de corte ochentero, sin duda, todo un desafío.

Venga va, apretad el ojete y agarraos con fuerza al crucifijo invertido mas cercano, por que ahí va la original sinopsis: En “Fertile Ground”, Emily acaba de perder a su bebé tras sufrir un aborto natural que además la deja estéril, por lo que junto a Nate, su pareja, deciden dejarlo todo atrás y comenzar una nueva vida, trasladándose a una antigua casa situada en las afueras de una tranquila localidad que perteneció a los antepasados de Nate. Al principio todo parece ir de viento en popa, Emily a retomado su actividad como diseñadora de moda y Nate tiene en la tranquilidad del lugar, la fuente perfecta para estimular su inspiración como pintor. Por si fuera poco, la pareja recibe con asombro la noticia de que Emily ha vuelto a quedarse embarazada. No obstante, el descubrimiento de unos huesos humanos enterrados debajo de la casa, dará luz a los trágicos sucesos ocurridos en el lugar a lo largo de su historia.

¿Qué, como se os ha quedado el culete? Por que la cosa tiene guasa, hay que tener muy poca vergüenza para intentar colarnos no solo la misma historia de siempre, sino también la misma estructura, el mismo desarrollo, los mismos personajes y los mismos clichés, ¡coño! Pero si esto ya no se lo tragan ni nuestras madres (que nos sueltan algo así como “esta me recuerda a aquella de una pareja que también se muda a una casa y comienzan a pasar cosas raras…”), imaginaos nosotros, que tenemos los huevos pelados de devorar cine de terror. Lo que mas extraña, no es que sigan apareciendo este tipo de filmes (todos sabemos que el fuerte de los americanos no es la imaginación), sino que un tipo como Gierasch se haya implicado en semejante proyecto, renunciando a todas las señas de identidad con tanto mimo cimentadas en sus trabajos previos, para parir un producto tan impersonal, sumamente sobre explotado y de un corte tan exageradamente comercial como “Fertile Ground”.

Básicamente, lo que tenemos entre manos como muchos ya habréis deducido, es la típica historia sacada del manual edición de bolsillo de “Casas encantadas de los 90”, en el cual aparecen detallados en formato “Barrio Sésamo”, todos los elementos necesarios y pautas a seguir para engendrar una película de casa encantada engancha madres. Una pareja con problemas (normalmente han perdido a un hijo o tragedia similar), una antigua pero de muy buen ver, casa (aquí la pareja ya debería preguntarse a que se debe su bajo coste), algún tipo de maldición o presencia sobrenatural del tres al cuarto (normalmente hablamos de atroces crímenes cometidos en el seno de una familia) y la figura de un personaje que casualmente, conoce de pe a pa, toda la historia autóctona y muy amablemente se la cuenta a los nuevos propietarios cuando YA han comprado el inmueble. Mete toda esta mierda en la coctelera y listos, ya puedes recomendarle la película a tu madre… le va a encantar. Aunque le recuerde a otra.

Los demás, por supuesto estamos hasta los mismísimos cojones de que nos tomen el pelo con este tipo de películas, especialmente doloroso en el caso que nos ocupa por tratarse de uno de los directores que por talento, mas cosas puede aportar a la mal nutrida escena fantástica actual. Desde luego, con “Fertile Ground” no cumple con esa función, pues a parte de clónica, estamos ante una cinta que (y ni siquiera voy a entrar en detalles, solo decir que llegué a sentir vergüenza ajena con las “turbadoras” apariciones) fracasa de forma estrepitosa como película de terror sobrenatural y solo se sostiene en el filo de la navaja como thriller de segunda, donde si escarbamos entre la montaña de asquerosos tópicos, lo único positivo que se puede extraer es el buen papel dramático que se marca Leisha Hailey, el interesante desenlace (lo que no es moco de pavo en los tiempos que corren), su bonita carátula y ver de reojo, que se hacen cosas como “Insidious”, donde se evidencia que en esto de las casas embrujadas, afortunadamente, aún no está todo dicho. Esperemos que Gierasch deje de perder su tiempo (y de hacernos perder el nuestro) con este tipo de productos y se dedique a hacer lo que realmente sabe y ha hecho hasta la fecha, buen cine de terror destinado a los aficionados, no a sus madres.

Conclusión… que alguien le meta fuego al puto manual.

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