jueves, 6 de diciembre de 2018

Crítica: Anon

Anon, abreviatura de anonymus, utilizada en poemas u otros escritos para indicar que el autor es desconocido. Tan interesante concepto es utilizado por Adrew Niccol como título para su nueva película como director y guionista, para una película protagonizada por Clive Owen y Amanda Seyfried, dos actores que ya no son lo que eran y cuyo nombre produce al menos para la persona que escribe estas líneas una pereza increíble.


“situado en un futuro distópico que se aleja de complicados efectos especiales para centrarse en su historia y sus personajes”


‘Anon’ es el ‘Código 46’ de Niccol. Los paralelismos entre ambas películas son mas que obvios. Igual que ocurría con la cinta de Winterbottom, el lenguaje parece ser algo global si bien es cierto que en ‘Código 46’ esta idea se puede apreciar en la manera de hablar de todos y cada uno de los personajes mientras que en ‘Anon’ solo se percibe en la forma en la que los anuncios son proyectados al inicio de la película. Igual que ocurría con la cinta de Winterbottom, un detective con especiales y extraordinarias capacidades para la deducción (Poder acceder a aquello que ve la gente –El gran hermano nos vigila-, utilizar un virus de empatía.

La presentación del personaje interpretado por Clive Owen recordará al espectador las entrevistas personales que hace William Geld –Tim Robbins- en ‘Código 46’) deberá investigar extraños sucesos (Crímenes sin explicación aparente. La filtración de papeles que permiten eludir el control de la esfinge) en cuyo camino se cruzará una enigmática mujer (María Gonzales o la chica sin nombre) que le llevará a replantearse su existencia. Todo ello, tanto en ‘Anon’ como en ‘Código 46’ situado en un futuro distópico que se aleja de complicados efectos especiales para centrarse en su historia y sus personajes. Y por momentos la cinta de Niccol lo consigue, pero por desgracia todo esto es una mera y simple ilusión y ‘Anon’ se acaba perdiendo en sus pretensiones, en una historia que hace aguas conforme avanza lo que deriva en el espectador vaya perdiendo el interés en aquello que está viendo. ‘Anon’ es una cinta fría, aséptica, incapaz de trasmitir nada en el espectador mas allá del muy interesante punto de partida. El alma, la esencia que tenía ‘Código 46’ brilla por su ausencia en la película de Niccol, una cinta que acaba perdiéndose en la medianía más absoluta, resultando monótona y aburrida.


“Anon se acaba perdiendo en sus pretensiones, en una historia que hace aguas conforme avanza lo que deriva en el espectador vaya perdiendo el interés en aquello que está viendo”


‘Anon’ no funciona como película de ciencia ficción (La idea de ese futuro distópico igual que ocurría con ‘In Time’ podría haber dado mucho mas juego pero se queda casi en una simple anécdota), ni como supuesto homenaje al cine negro clásico (El detective, la femme fatale, etc, etc…) ni como película con cierta carga romántica (Algo que si que ocurría con la cinta de Winterbottom) pero sobre todo no funciona en su aparente crítica al sistema.

El nuevo acercamiento al concepto del gran hermano, a la perdida de la intimidad, al control absoluto parece mas un reclamo publicitario, en una excusa para construir una historia policíaca y venderla al gran público que en ser el verdadero motor de la película. Michael y Peter Spierig demostraron en ‘Predestination’, en la que puede ser su mejor película hasta la fecha, que se pueden hacer grandes películas que mezclan elementos propios de la ciencia ficción y de los thrillers si se cuenta para ello con un buen guión, algo que no tiene ‘Anon’.


“se pueden hacer grandes películas que mezclan elementos propios de la ciencia ficción y de los thrillers si se cuenta para ello con un buen guión, algo que no tiene Anon”


Son varias cosas las que fallan en ‘Anon’, una de ellas son las interpretaciones rutinarias de sus protagonistas. Si aislamos cualquier fotograma en el que sale Clive Owen, creo que a la mayoría de espectadores entre los que me incluyo les sería difícil determinar de qué película suya se trata. Seyfried no consigue hacernos creer que su personaje posea esa personalidad seductora y enigmática que parece que tiene (En el fondo es un personaje bastante plano y lineal) y Niccol como guionista construye una historia con las suficientes licencias como para que el espectador no acabe por entender ciertas reacciones de los protagonistas, para que piense que todo resulta demasiado forzado y acabe viendo esta película con el piloto automático puesto.

Puede que las intenciones de esta película fueran buenas, puede que simplemente no hayamos acabado de conectar con ella, pero a día de hoy al intentar recordar los puntos positivos de esta película solo podemos decir eso de… File not found.


3 comentarios:

Void dijo...

En Sitges hubo risas involuntarias ante tamaño despropósito. Podría haber dado algo más de sí, pero no merece la pena ni por esas risas.

Donnie dijo...

Hola void!

la verdad es que la película prometida, parece que va a ofrecer algo interesante pero entre los dos actores que yo creo que están de capa caída y que la historia acaba haciendo aguas y naufragando, las risas pueden llegar a ser incluso justificadas. anon es una película muy flojita que con cada nuevo analisis va perdiendo estrellas en la puntuación final..

Un saludo!

donnie

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