viernes, 27 de septiembre de 2024

Crítica: Oddity

EL RECTOR NOS HABLA SOBRE LA SEGUNDA PELÍCULA DE DAMIAN MCCARTHY. LOS FANTASMAS DE TODA LA VIDA DESDE SU PARTICULAR PERSPECTIVA


Con tan solo dos películas en su haber, el Irlandés Damian McCarthy ya ha conseguido aquello que otros muchos no consiguen hallar incluso en filmografías kilométricas: un sello. El director ya sorprendió con su ópera prima, “Caveat” (2020), típica película que divide a la audiencia (un poco lo mismo que decíamos sobre “Luz” de Tilman Singer en el análisis de su reciente “Cuckoo”) y que puede sentar las bases de lo que será (y no) el grueso de su futura masa de seguidores. “Oddity” (2024) es el título de su nuevo trabajo y aquí sí, podemos hablar de una obra continuista que redunda tanto en virtudes como en defectos con respecto a su debut, consolidando el susodicho sello autoral de uno de los nuevos cineastas más interesantes del momento. 


“vuelve a adentrarse en el tema de los trastornos mentales y en como estos afectan a los protagonistas de sus historias. La locura parece pues un tótem para el director y guionista” 


En “Oddity”, McCarthy vuelve a poner la lupa en elementos ya presentes en su anterior trabajo en lo que poco a poco parece ser un universo particular de filias en desarrollo y la intención, por parte del cineasta, de dar forma a su propio patio de recreo tal y como hiciera en su día James Wan con su Warrenverso. En “Oddity”, el irlandés no se esconde al poner en pantalla guiños a “Caveat” como puedan ser su ya mítico siniestro conejito con el cual se recrea o la presencia de Johnny French, actor protagonista de aquella y que aquí tiene un pequeño papel que roza el cameo. 

Hablábamos de paralelismos y temas recurrentes y es que McCarthy construye su nueva película en base a las mismas ideas ya vistas en “Caveat”. Por un lado, vuelve a adentrarse en el tema de los trastornos mentales y en como estos afectan a los protagonistas de sus historias. La locura parece pues un tótem para el director y guionista. De la misma forma, vuelve a ubicar el grueso de este cuento macabro sobre la pérdida y la venganza en una casa solitaria en medio de la nada y al igual que ocurría en “Caveat”, el partido que se le consigue sacar a dicho escenario es notable, consiguiendo grandes atmósferas y una sensación de incomodidad en el espectador que tiene su punto álgido en el prólogo, dejando marcada la experiencia hasta su desenlace. Y por último, el que parece tercer fetiche del director, los objetos malditos. Siguiendo la tradición del recurrente universo Wan u otras obras populares del género como “La Tienda” (Fraser C. Heston, 1993) o “Friday the 13th: The Serie” (1987 - 1990), conocida en territorio español como “Misterio para Tres”, en “Oddity” volveremos a encontrarnos con una nueva colección de objetos embrujados, en especial un perturbador muñeco a tamaño natural


“una típica historia de fantasmas y casas embrujadas. Son la puesta en escena y la particular narrativa del director lo que la convierten en una experiencia fresca y rebosante de autoría” 


“Oddity”, en el fondo, es una típica historia de fantasmas y casas embrujadas. Son la puesta en escena y la particular narrativa del director lo que la convierten en una experiencia fresca y rebosante de autoría. La atmósfera conseguida a partir de muy poco, de un hábil juego de luces y una fotografía intimista tan puramente británica, consiguen subirte al escenario y experimentar los focos en primera persona, tanto que casi puede saborearse el olor a rancio y a moho, el olor de la lluvia y el cortante frío de la soledad sobre el que en tantas escenas se recrea la obra. 


“una película elegante, inquietante y que consigue darle una nueva vuelta de tuerca a un subgénero tan trillado y muchas veces maltratado como es el de las casas embrujadas y demás enseres” 


Aunque no es la tónica, no faltan los momentos creepy y algún que otro jumpscare, apoyados en una apartado artístico de corte clásico y bastante efectivo, pues McCarthy sabe donde y cuando hacer la broma para que esta resulte graciosa. Y si el conejo de antaño ya se ganó la gracia del respetable, el muñeco de “Oddity” va un paso más allá en el arte de la perturbación y supura tanto hedor a BBC por cada uno de sus poros que bien podría haber encajado con solvencia en un “Doctor Who” de la vida. 

En cuanto a la historia, esta te explota en la cara desde el inicio y a partir de ese punto, los flashbacks se convierten en una parte fundamental de la narración. Sin necesidad de giros rocambolescos o grandes revelaciones, la manivela del tiempo ayuda a ir entendiendo la naturaleza del relato y la psique de los personajes. Estos vuelven a plasmar un carácter marcadamente teatral en su trabajo como ya ocurría en “Caveat” y esto es algo que también ayuda a dar un empaque muy característico a la película, cierto aire de cine amateur bien entendido que ayuda a acercar la historia al espectador. Carolyn Braken se gana la función dando vida a dos personajes, siendo Gwilym Lee y Caroline Menton quienes cierran el particular trío protagonista haciendo bueno aquello de que “tres son multitud”. Completan un siempre efectivo Steve Wall y Tadhg Murphy, quien vuelve a sacarle todo el partido del mundo a su ojo ausente para terminar de dar forma a una película elegante, inquietante y que consigue darle una nueva vuelta de tuerca a un subgénero tan trillado y muchas veces maltratado como es el de las casas embrujadas y demás enseres

Lo mejor: Todo lo que ocurre en pantalla tiene sello propio. El muñeco es una nueva sacada de rabo artística. El prólogo y el epílogo contienen dos de los mejores momentos del filme, este último, deliciosamente socarrón. 

Lo peor: Es una película tan o más lenta que “Caveat”. No lo digo como algo estrictamente negativo, sí como aviso para navegantes. Y es una película MUY británica, con todo lo que ello conlleva.


1 comentarios:

Art0rius dijo...

Más británica que el te de las cinco! Curioso, acabando de mentar a Moffatt y se comenta está película justamente, que como bien señalas huele a bbc por todos lados. Leñe, el muñeco como bien señalas parece sacado directamente del doctor Who! Y a mí ese tono British me encanta, con lo que ya me tenía ganado. Aún así, no es una película perfecta ni que vaya a recordar especialmente. Leyendo en otros sitios he encontrado lares que l ponen por las nubes, y no es mi caso ...La resolución del misterio ni me ha enamorado ni me ha disgustado, y la idea me ha parecido más una trama para una serie que para un largo . Por cierto, ya tenemos Sitges aquí!

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