EL RECTOR NOS HABLA SOBRE LOS HORRORES DE LA TERCERA EDAD EN LO NUEVO DEL POLACO BARTOSZ M. KOWALSKI
Bartosz M. Kowalski debutó en el género con “Playground” (2016), cinta incómoda que generó bastante ruido en su momento y que le situó en el mapa del fantástico, aunque tuvieron que pasar cuatro años para que derribase la puerta del gran público de la mano de Netflix y su popular díptico “Nadie Duerme en el Bosque esta Noche” (2020) y “Nadie Duerme en el Bosque esta Noche 2” (2021). De ahí en adelante, el cineasta polaco pone la directa rodando primero “El Abismo del Infierno” (2022) y estrenando ahora “Night Silence” (“Cisza nocna”, 2024), proyecto cocido a fuego lento durante diez largos años (en el proceso falleció su actor principal, Maciej Damiecki) y que al fin ve la luz.
“una cinta dura de fuerte carga dramática y cargada de trasfondo social, lo que no quiere decir que el cineasta reniegue del fantástico, todo lo contrario”
“Night Silence” tiene poco o nada que ver con lo visto en “Nadie Duerme en el Bosque esta Noche”, los que se acerquen a la propuesta esperando algo parecido, se la van a pegar fuerte. Completamente ajeno al slasher festivo de Netflix, Kowalski ofrece una cinta dura de fuerte carga dramática y cargada de trasfondo social, lo que no quiere decir que el cineasta reniegue del fantástico, todo lo contrario, firmando un libreto junto a Pawel Maslona y Mirella Zaradkiewicz que se mueve como pez en el agua adscrito entre el terror, el drama y la fantasía.
Con evidentes reminiscencias a “El Laberinto del Fauno” (Guillermo del Toro, 2006) e incluso a “Un Monstruo Viene a Verme” (2016) del infame J. A. Bayona, el director polaco pone sobre la mesa una historia desperanzadora sobre el abandono y la soledad que sufren los ancianos en las residencias geriátricas. También plantea una pregunta contundente y directa a la yugular del aficionado al género: ¿En qué momento ha dejado este de creer en lo imposible? Digo esto tras leer no pocas voces que hablaban de la película como del enésimo ejercicio metafórico que tan solo se sirve del caparazón del fantástico para meter con embudo el drama de turno. La realidad es, a diferencia de las cintas anteriormente mentadas, que en “Night Silence” no existe lugar para la interpretación, el guion ofrece las suficientes certezas como para dejar bien claras sus intenciones. Muchos/as han desestimado esta realidad al entender que lo que ocurre en la película es IMPOSIBLE, cuando si hay algo que define a este género es precisamente una fe ciega en lo imposible. En este sentido, la cinta es un canto a ese cine de ayer donde el aficionado se dedicaba a disfrutar de la experiencia en lugar de perder el tiempo cuestionándolo absolutamente todo.
“una experiencia equilibrada entre sus distintas sensibilidades aunque es cierto que los momentos más perturbadores casi siempre tienen más que ver con el drama que con el terror”
“Night Silence” consigue ofrecer por tanto, una experiencia equilibrada entre sus distintas sensibilidades aunque es cierto que los momentos más perturbadores casi siempre tienen más que ver con el drama que con el terror. Entra en escena aquí además del afilado guion, metiendo continuamente el dedo en la llaga, el fabuloso trabajo interpretativo de todo el reparto, con el ya fallecido Maciej Damiecki como punta de lanza. El actor ofrece un trabajo espectacular, dando vida a uno de los personajes más entrañables que veremos este año, con una capacidad obscena de transmitir sensaciones sin apenas necesidad de diálogos, una mirada o una mueca le sirven para vomitarnos en la cara la tristeza de un personaje abatido por la pérdida, pero también a la esperanza de aquel que hasta su último aliento, no se resigna a la suerte de su en apariencia, cruel e inexorable destino.
“No es Night Silence una película para todos los públicos. Estamos ante una experiencia que en su desarrollo, en la manera de contar la historia, se asemeja más al drama que a una cinta de terror al uso”
En el apartado visual estamos un filme que apuesta por la calidad sobre la cantidad, ofreciendo tanto un diseño artístico como unos efectos especiales de primer nivel, rigurosamente dosificados a lo largo de un metraje que sabe darle todo el protagonismo que merece al escenario, una residencia en medio de la nada donde la fría y opresiva fotografía de tonos azulados y esa atmósfera decadente tan genuinamente reconocible que suelen desprender las producciones del este de Europa, destapándose como un indispensable protagonista más de este siniestro cuento que flirtea con lo onírico y una imaginería de corte clásico como antesala a su impactante y revelador desenlace.
No es “Night Silence” una película para todos los públicos. Estamos ante una experiencia que en su desarrollo, en la manera de contar la historia, se asemeja más al drama que a una cinta de terror al uso, algo que ya hará que determinado tipo de espectador se baje del barco a las primeras de cambio. Se perderán no obstante un terror fantástico cuidado al detalle que se mueve con suma elegancia entre dos géneros cada vez más hermanados en los últimos años como son el horror y el drama, pero sin utilizar el primero como ocasional escusa para entregarse al segundo, sino más bien como una oportuna simbiosis donde ambos reversos se retroalimentan para dar forma a un TERROR en mayúsculas que subyace en esta nuestra imperfecta sociedad actual.
Lo mejor: Maciej Damiecki como catalizador de una experiencia triste y devastadora como pocas. El diseño de las criaturas.
Lo peor: Que lo más aterrador de la historia está lejos de formar parte de la ficción y la constatación de que algunos/as no reconocerían una película de terror fantástico ni aunque se la estampasen en los morros.
4 comentarios:
Magnífica crítica, Rector, para una película que a mí también me sorprendió para bien, pese a que me dejó con un gran poso de tristeza para todo el día.
Yo soy de las que también apunté a la alegoría en un primer momento, para luego repensar con esos mirada de aficionada al terror a la que apelas y decantarme por esa opción tan necesaria de dejar que el fantástico haga cosas fantásticas y no tengamos que llevarlo todo a la vertiente realista. Dicho esto, entiendo que "Night Silence" pueda echar para atrás a más de uno y de dos. Es un drama del copón y como drama, el dibujo que se hace aquí de la soledad es impresionante. En su parte fantástica, mola mucho también, pero siento que se queda corta. Los monstruos son canela y sus apariciones son tremendamente estimulantes. Lástima que esta parte esté tan poco desarrollada y que se haga breve.
Por lo demás, muy de acuerdo con tu análisis y tu nota. Lo de Maciej Damiecki es de premio de los gordos. Para mí, este año en Sitges, el premio a la mejor interpretación masculina debería haber recaído en él junto con el merecidísimo premio que se llevaron Geoffrey Rush y John Lithgow (¿no se puede partir en 3?)
Un abrazo.
Missterror, la película es durilla, de esas que te dejan mal cuerpo tras el visionado. El director sabe como tocar el delicado tema que trata y la interpretación del desaparecido Maciej Damiecki es uno de esos trabajos que te llegan al alma.
El reverso fantástico de la historia (aquí no hay lugar para ambigüedades ni supuestas metáforas) queda en un segundo plano pues está lejos de resultar tan perturbador como la realidad de Lucjan y el resto de ancianos de la residencia. De todas formas, ambas vertientes, la dramática y la de terror, me parce que están muy bien ensambladas y el conjunto resulta de lo más satisfactorio aunque como bien comentas, el tema monstruo no se desarrolle , algo que tampoco pienso sea relevante para la naturaleza de la historia que cuenta.
Buen año para el terror geriátrico en Sitges (merecido lo de Rush y Lithgow), pues hablamos de dos de las mejores películas que se han podido ver en esta edición, algo más descafeinada de lo habitual.
Saludos.
No todos los monstruos pueden ser domesticados. Sin ser demasiado empalagoso, una imagen dolorosamente real de la vejez, que todo el mundo quiere olvidar en la medida de lo posible. El hermoso último papel de Maciej Damięcki
Anónimo, sí, la película te escupe un drama durísimo a la cara sin resultar artificialmente lacrimógeno en ningún momento, nunca se recrea más de lo necesario. Ahí reside buena parte de su encanto, en lo reconocible y tangible que resulta todo lo que cuenta.
Lo de Maciej ya lo hemos comentado, descomunal trabajo el suyo. Buena parte del encanto de la película se cuenta en su haber.
Saludos.
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