Crítica: La Horde

El subgénero de los zombies es uno de los que ha sido explotado fuertemente en estos últimos años en el cine de terror. Es usual ver a estos seres hambrientos de carne humana acosar a un grupo de sobrevivientes de una infección en un escenario claustrofóbico apocalíptico o post-apocalíptico ,con la esperanza de darles una mordida y convertirlos en uno de ellos. Fue George Romero allá para el 1969 quien puso a los muertos vivientes en el panorama del cine de terror con su éxito “The Night of the Living Dead” (“La Noche de los Muertos Vivientes”) y desde entonces, este tema ha sido muy popular entre los fanáticos del género. Recientemente son títulos como la trilogía de “Resident Evil” y “Dawn of the Dead” (“El Amanecer de los Muertos”) [dirigida por Zack Snyder (“Watchmen”, “Sucker Punch”) y escrita por el mismo Romero] las que continúan manteniendo a estas queridísimas criaturas con el mismo interés por saborear un trozo de carne humana.

George Romero es sin discusión el máximo exponente del subgénero de los muertos vivientes, aportando un sinfín de títulos de esta índole en sus muchos años de carrera como director y escritor de cine. Este género ha sido adoptado por otros directores, como el italiano Lucio Fulci, el cual también aporto varios títulos de este subgénero como “Zombie” en 1979 y ahora aunque con menos experiencia y reconocimiento mundial, se suman Yannick Dahan y Bejamin Rocher con la película francesa “La Horde”, escrita por el propio Dahan y Arnaud Bordas.

“La Horde” sigue el manual de las películas de zombies a la perfección. Un grupo de policías van a un edificio en decadencia a buscar a un grupo de criminales. El operativo no sale del todo bien y en todo este revuelo comienzan a aparecer los famosos caníbales. Ambos grupos se ven obligados a unir fuerzas para tratar de sobrevivir a este apocalipsis de muertos vivientes que los arropa en poco tiempo y sin casi darse cuenta.

La película es entretenida, tiene mucha acción y sangre, como es común en este subgénero y se trabaja un poco mas con la psicología humana que en otros filmes de zombies, ya que dos grupos que, hasta hace un momento, se querían matar se unen para tratar de sobrevivir, pero siempre existe la desconfianza del enemigo, sobretodo en una situación tan tensa como en esta, aunque no es una idea que no hayamos visto otras veces (muchas otras). Poco a poco el control emocional se comienza a desboronar y no es solo contra los zombies contra lo que tienen que tratar de sobrevivir.

Los zombies de “La Horde”, al igual que los de “Dawn of the Dead” rompen con el estereotipo de seres lentos y torpes que se pueden burlar fácilmente y nos dan unos zombies de una agresividad extrema, rápidos y acojonates. El maquillaje que utilizaron para estos los hace ver mas como caníbales rabiosos que como muertos vivientes, pero hay que considerar que la película propone una infección que apenas está empezando, por lo que zombies en un estado avanzado de descomposición no tendría mucho sentido. Otro punto en el que “La Horde” se desvía un poco de las películas tradicionales de zombies es en que no abusan del famoso tiro a la cabeza. Los personajes principales se ven ante la dificultad de luchar contra seres que son prácticamente inmortales, y que para matar solo a uno requiere un tremendo esfuerzo, pero ninguno logra descubrir el tiro a la cabeza. Este fue un aspecto que me gusto y que hizo la película más interesante, ya que las posibilidades de sobrevivir a un ataque de varios de estos seres es mínima, no como en otras películas que con buena puntería y suficientes balas es muy probable sobrevivir.

Todo esto suena muy bien, pero la película falla en su parte más importante. Nos dan escenas de acción bastante buenas y mucha sangre, pero acompañándolas llega un guión bastante flojo. La idea no brilla por su originalidad, ya que hemos visto esto de buenos y malos uniendo fuerzas para sobrevivir miles de veces, y encima dicho guión es demasiado superficial. Las situaciones entre los protagonistas no son muy intensas, nunca se sabe de dónde y por que comienzan a aparecer los zombies y los giros son bastante predecibles.

Al final la película resulta ser bastante entretenida, la cantidad de acción logra disimular el pobre guión y mantener tu atención hasta que aparezcan los créditos finales. Cuenta con buenos efectos visuales, dirección decente y guión no tan bueno, pero unidos logran un producto que se puede disfrutar. Las actuaciones son bastante buenas, hasta que en cierto punto se ven opacadas por la aparición de un ex-militar, que parece estar un poco tocado, pero que resulta como una buena adición a la trama para rescatarla de las caídas en intensidad y se destaca como la mejor interpretación de la película. La recomiendo si quieres entretenerte un rato, pero si buscas una película profunda no es para ti.