Para todos aquellos que hayan visto “Frequency”, esta película no les va a ofrecer un gran argumento original. La trama es muy básica y aunque en ocasiones esto ayuda, en este caso no es así. Mary Kee, una víctima de violencia doméstica, se traslada a una casa viejísima de la isla de San Juan para huir de su ex marido. Allí hay un teléfono más viejo que el comer que empieza a sonar dando lugar a unas conversaciones poco convencionales con una señora llamada Rose. No hay que ser muy lince para darse cuenta de que Mary habla con un punto en el tiempo en el pasado, sobre 1979. Al principio, haciéndose amiga de nuestra vieja Rose, la ayuda a lidiar con su abusivo (violento) marido y Rose acaba excediéndose. Como Mary siempre ha vivido en San Juan, Puerto Rico; las líneas de acción que Rose toma en el pasado modifican la estructura del presente de Mary.
Personalmente creo que hubiera funcionado mucho mejor como corto o telefilm. La trama es la que hay, no tiene más. ¿Cómo hace el director, Matthew Parkhill; para sostener esto 90 minutos? Pues repitiendo una y otra vez las mismas acciones. Llamadas y más llamadas que no aportan nada y un par de subtramas totalmente anodinas que no nos pueden dar más igual. Una es la del ex marido, Ed Quinn, que pasa por el film como si se hubiera dejado la cartera sobre la mesa. Ahora entra, ahora sale. Ahora hace de malo, ahora no me acuerdo ni de que este personaje existía. Y la segunda, es la típica relación amorosa con el profesor de la universidad, que cae rendido a los pies de Mary Kee. Éste es Stephen Moyer, que aunque está correcto en su interpretación tiene un aura de Bill que no se puede quitar de encima. Y unas raíces italianas que me gustaría que alguien me explicara…
Sobre Mary Kee, Rachelle Lefevre; muy sobria. Intentando salvar la película en cada llamada telefónica, dando grititos y aportando toda la energía que puede para sostener un ‘terror’ nulo. Lorna Rover, nuestra Rose; tiene una voz embriagadora y digna de una dosis de horror. Pero su papel tampoco ofrece mucha chicha, con lo que se agradece cada vez que habla pero se asocia a la ‘pesadez’ de la reiteración de las llamadas.
¿Visión global de la cinta? Como premisa estaba bien, era prometedora. En cuanto a original, ya habíamos visto algo parecido en películas anteriores, aunque no aplicadas al género de terror en exclusividad. El problema reside en que en el guión, Sergio Casci; no da mucho juego y el director tampoco se lo ha currado en exceso. Ha tenido una idea y ha desarrollado un largometraje entorno a ella; pero no ha pensado que la idea es diminuta y se necesitaba un poco de aderezo para condimentarla. Mucha llamada y poca acción. Muchas veces lo mismo para explicar nada… y un final, que no quiero desvelar; totalmente patillero.
Yo me pregunto, si yo fuera el protagonista; ¿qué haría yo en esta situación? ¿Haría esto? ¿Podría llegar a esta conclusión? Y con esto, intento decidir si los finales son contundentes, son consecuentes con la línea argumental. ESTE NO LO ES…
Lo mejor: Rachelle y Lorna, que se trabajan mucho el papel.
Lo peor: que nos sobran 60 minutos de película.
2 comentarios:
Mil gracias Srt. Wrong Girl por ahorrarme un visionado que ya de por si, me atraía mas bien poco. Y eso lo dice alguien que flipó, y repito, FLIPÓ, con Frecuency, gran reconciliación personal con el señor Dennis Quaid, después de largos años de distanciamiento (vamos, desde el Chip Prodigioso, diría yo).
Por cierto, un placer tenerla por aquí.
Muchas gracias!!!
El placer es mío
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