Crítica: Dentro del Laberinto

La Navidad 2011-2012 se acabó y como regalo de Reyes os ofrezco esta semana esta crítica para cerrar el Especial Navidad que tan bien nos ha salido a ésta nuestra familia de cuervos y amigos capitaneados por el Sr. Rector, el Gran Cuervo.

En 1986 una coproducción británico americana (con Lucasfilm al frente) presentaba para la gran pantalla el film de fantasía y aventuras titulado “Labyrinth” (“Dentro del Laberinto” en España) bajo la dirección de Jim Henson (el creador de los Muppets o Teleñecos) y con Terry Jones al guión, que con los años se convertiría para sus fans en película de culto.

Sarah (Jennifer Connelly), una soñadora y fantasiosa adolescente, debe atravesar un laberinto para rescatar a su hermano pequeño Toby, que ha sido secuestrado por los goblins tras recitar la muchacha unos versos de su libro favorito, “Labyrinth”, y que ahora está en manos del poderoso rey Jareth (David Bowie). Sarah descubre, casi inmediatamente, que ha llegado a un lugar donde las cosas no son siempre lo que parecen. “Dentro del Laberinto” es una obra influenciada por “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll y la película “El mago de Oz” en la que destaca un maravilloso diseño artístico y de producción, y un guión plagado de humor con una lograda caracterización de personajes. La ambientación nos envuelve y en especial el laberinto de cartón piedra y la sala de las escaleras es lo que más nos atrae. Los escenarios, en definitiva, nos recuerdan a producciones como “La historia interminable” o “La princesa prometida” .

Los actores, por otra parte, consiguen caracterizar con éxito a los personajes plasmados en el guión y se mezclan con el resto de personajes realizados con marionetas de goma llenas de vida y gracia (especialmente Hagle y Ludo) en todos sus gestos, que son muestra de la faceta más artesana de esta obra cinematográfica. Los personajes que pueblan el universo Goblin son una amalgama de monstruos y criaturas de toda clase que se mueven fantásticamente gracias al talentoso Frank Oz, quien ya trabajó con Jim Henson en “Cristal oscuro”.

También cabe remarcar la música de la película de la mano del maestro David Bowie, quien representa al rey de los Goblins con mucho carisma y llena la banda sonora de ritmos ochenteros con baterías, teclados eléctricos y guitarras. Sin ser un musical, la cinta nos ofrece momentos en los que los personajes cantan y aquí Bowie es donde más luce.

En referencia a las actuaciones, destaca una jovencita Jennifer Connelly que en su papel de Sarah demuestra un torrente de talento. David Bowie, por su parte, demuestra sus dotes interpretativos a pesar de decirse que fue escogido en tercer lugar tras descartar a Michael Jackson (cosa mala en la actualidad con el tema del secuestro del niño) y el gran Sting (aunque su actuación en “Dune” fue ridícula e inaceptable). Aun siendo el tercero en la lista, nadie como Bowie para marcar paquete con esas mayas ajustadas.

El personaje de Sarah es el de una adolescente en la edad del pavo cuyo recorrido a través del laberinto le ayuda a madurar y a aprender a valorar lo que tiene. Al principio la muchacha es recelosa de su intimidad y sufre un trastorno del orden (todos los objetos de su habitación tienen un lugar y con un simple vistazo sabe si alguien ha tocado algo) producido por la falta de control que siente en su vida a raíz del divorcio de sus progenitores y las nuevas nupcias de su padre. Su habitación es su fortaleza personal frente al mundo exterior y su libro es la ventana al exterior. ¿Cuántos de nosotros nos hemos refugiado alguna vez en la fantasía? Personalmente, ya en mi adultez, en ocasiones me refugio en mis películas ante los dolores de cabeza del trabajo y de la vida en general.

En la historia narrada subyace un poema de amor construido sobre el mito del laberinto, alegoría del camino hacia el interior de nuestros secretos. El rey de los Goblins se enamora de Sarah con la que inicia un juego de inteligencia lleno de magia, acertijos y misterio. En el transcurso del viaje por el laberinto en busca de su hermano, la joven se enfrenta con muchos peligros y conoce a nuevos amigos, con los que aprende el valor de la amistad y el coraje, pero sobretodo aterriza en el mundo de los adultos para abandonar la infancia; aunque no del todo (como nos muestra el final de la película). Con “Dentro del Laberinto” volvemos a las historias para toda la familia que nos muestra la metamorfosis del joven en adulto, esta vez de la mano de Henson quien demostró con “Cristal Oscuro” ser un narrador espléndido y un cuenta cuentos magnífico.

«Por increíbles caminos e innumerables fatigas, me he abierto camino hacia el castillo más allá de la Ciudad de los Goblins para recuperar al niño que me has robado. Porque mi voluntad es tan fuerte como la tuya y mi reino igual de grande. ¡No tienes poder sobre mí!».

LO MEJOR: Interesante fantasía gracias a un buen guión, espectacular ambientación gracias a un gran diseño artístico y de producción, y mágicos personajes gracias a los geniales Connelly y Bowie. Imaginativo cuento para toda la familia.

LO MENOS BUENO: Cierto es que algunos elementos de atrezzo pueden resultar algo de pega y para un adulto pueden suponer algo falsos, con lo que nos saca un poco de la historia. No obstante, pese a las pegas que pueda haber los escenarios de “Dentro del Laberinto” demuestran que detrás hay gente con mucho talento y buen ejemplo son El Pantano del Hedor Eterno o el túnel de manos parlantes.