David Twohy regresa para hacernos pasar de nuevo por caja para que le compremos por tercera vez su producto estrella, que no es un “que”, sino un “quien”: Richard B. Riddick o lo que es lo mismo, el Conan del siglo XXI, solo que esta vez, el antihéroe cambia las largas melenas por la cabeza rapada y las tierras de Cimeria por las bastas galaxias del universo. Lo hace, como he dicho, por tercera vez, para completar una trilogía comenzada hace 13 años con “Pitch Black”, continuada cuatro años después con “Las Crónicas de Riddick” y (no) concluida ahora con esta “Riddick” a secas, pues al término de ésta, la puerta para una más que posible cuarta entrega, queda abierta de par en par.
Si “Pitch Black” abogaba claramente por la vertiente más terrorífica de la ciencia ficción (muy influenciada por la saga de “Alien”), y “Las Crónicas de Riddick” lo hacía por la épica más aventurera muy en la línea de las viejas películas de “Conan” (vamos, lo que sería un espada y brujería futurista), ésta tercera parte, aun cogiendo elementos de “Pitch Black”, cambia totalmente de tercio y apuesta claramente por el cine de acción, cercano incluso al western, como puede desprenderse tanto por su desarrollo como por la construcción de personajes y lo hace, de la misma forma en la que lo hicieran sus dos predecesoras, con modestia (“Riddick” dista mucho de ser la típica super producción que suele llegarnos de Hollywood, esto es sería B pura y dura). Modestia que contrariamente viene cargada de arrogancia, la de su protagonista, un Vin Diesel que aparca momentáneamente todas esas chorradas para nativos de discoteca maquinera que se tocan con coches deportivos y demás mierdas, para volver a meterse en la piel de Richard B. Riddick, por méritos propios, uno de los actuales iconos de la ciencia ficción.
Y es esa modestia, lo primero que llama la atención en esta historia de contradicciones que es “Riddick”, pues de los mil y un defectos que se le pueden sacar a ésta, sin duda alguna la entrega más floja de toda la saga, lo que más duele a la vista, lo que más le hace a uno apretar el culete en su por otra parte, fabuloso (y sorprendentemente cargado de humor) prólogo, es el lamentable nivel de algunos efectos especiales, en especial, el de una especie de híbridos entre perro salvaje y hiena, que directamente, parecen sacados de alguna de las películas de otra saga: “Ice Age”. En adelante, conoceremos a esta especie, como los “perros pegatina”, nomenclatura que solo podía salir de una mente genial que evidentemente, no es la mía.
Bien. Son estos “perros pegatina”, los primeros seres que dan la bienvenida a un maltrecho Riddick, del cual se nos explica con un precioso flashback que por unos pocos minutos, nos adentra nuevamente en el fascinante universo de aquella gloriosa “Las Crónicas de Riddick” , como ha llegado a éste nuevo planeta en el cual se encuentra atrapado en paupérrimas condiciones físicas, un escenario muy parecido al de “Pitch Black” el cual, curiosamente y haciendo gala de esa contradicción de la que os hablaba, luce de manera fantástica, al igual que otras criaturillas que harán más amena la estancia de Riddick en el planeta.
Superado el trauma (vergüenza ajena incluso), de ver a Riddick “jugando” con “perros pegatina” cual película de Disney, a los cuales solo les falta hablar e incluso, en un momento dado, ponerse a cantar y que baje del cielo rojizo chitty chitty bang bang y se monten en él Riddick y los “perros pegatina” para viajar hasta donde se suponga que viva esa señora, Mary Poppins, a la cual sin duda alguna, Riddick se follaría sin contemplación alguna y lo más importante, ella le suplicaría que lo hiciera, por que Riddick es de esa clase de hombres, de hecho, su estancia en el planeta, a parte de para ver como crece un “perro pegatina”, al bueno de Riddick le sirve para recuperar su instinto animal, perdido después de gobernar durante un tiempo indeterminado, a la civilización Necrófera.
El prólogo, como digo, es sublime. Atípico, se nos muestra a un Riddick que va mucho más allá de su sarcasmo habitual, que se atreve con el humor de corte más tradicional para superar algunas situaciones peliagudas con buenas dosis de éste. Pero funciona, vaya si funciona. El hombre contra la naturaleza, la vuelta a los orígenes, a nuestros instintos más primarios. Cuasi media hora de supervivencia extrema que parece querer acercarnos a las sensaciones de “Pitch Black”. Nada más lejos de la realidad. No tardan en hacer acto de presencia en el planeta, unos indeseables invitados, un grupo de caza recompensas que vienen en busca de la cabeza de nuestro peladete favorito. Y aquí, las contradicciones, los contrastes, los volantazos narrativos que definen a la película y como resultado, 45 minutos de absoluto tedio, chistes sin gracia y un montón de referencias al western clásico.
Al frente de todo esto, un sobre actuado Jordi Mollà, encarnando al despiadado líder de los mercenarios y errático antagonista del (anti)héroe (más tierno que nunca en esta entrega). Diré, pese a la evidente falta inicial de carisma por parte del personaje interpretado por Mollà, que evaluando su trabajo en el filme de forma global, el catalán consigue dejar muy buenas sensaciones, básicamente porque hace bueno aquello de que en el país de los ciegos, el tuerto es el rey y en “Riddick”, uno de los muchos problemas que tiene la cinta, es la falta de “peso” de los “villanos” y esto lo pongo entrecomillado porque realmente, estos no son tal cosa, más bien todo lo contrario, juguetes en manos de ojitos brillantes. Después de haberse enfrentado solo a toda una raza alienígena y a un ejército de conquistadores, vérselas con un puñado de mercenarios, se antoja un poco desolador.
El otro problema principal del filme, sin duda, es su lamentable guión y el hecho de que el personaje es demasiado grande para una historia tan pequeña. Más cuando en su nudo, la figura de Riddick pasa a un segundo plano y todo se centra en la convivencia entre los dos grupos de caza recompensas que intentan darle caza. Un puñado de personajes planos sin ningún tipo de gracia que juegan a los vaqueros en el espacio mientras desojan los mil y un tópicos del cine de acción, con un Mollà, sacado directamente de alguna de las viejas glorias de Sergio Leone, como mejor ejemplo de esto, mientras se esfuerza por llevar las riendas de un segmento, éste intermedio, que aunque parezca mentira viendo lo visto a lo largo de la saga, aburriría hasta a las piedras. Y lo hace. Ni siquiera la presencia de otro rostro icónico de la ciencia ficción moderna, el de Katee Sackhoff (aka “Starbuck” de “Battlestar Galactica” ), consigue dar el pego con un personaje, el suyo, que roza lo ridículo en más de una ocasión a lo largo de la travesía.
Pero a la cinta le queda un último cambio de dirección y los párpados del espectador, hasta ese momento pesados como descomunales losas, no pueden hacer otra cosa que volverse ligeros cual algodones de azúcar cuando la cinta rizando el rizo, se adentra nuevamente en terrenos ya transitados y el desfase absoluto se apodera, sin vergüenza alguna, de la pantalla. Riddick vuelve a ser Riddick, los mercenarios dejan de jugar a los tipos duros mostrando su auténtica naturaleza e interpretando el papel que realmente tienen en la función y todas las penurias sufridas por el espectador hasta ese instante se olvidan, la hora de la redención ha llegado. Con ella la noche, la tormenta, la oscuridad y la serie B que araña de nuevo con afiladas garras para rescatarnos del tedio.
Por lo tanto, cuesta valorar una cinta como esta, irregular a todos los niveles, capaz de asombrarnos con deliciosos paisajes alienígenas y a la secuencia siguiente, hacer que el pene se nos meta hacia adentro con criaturas de dibujos animados o con señores conduciendo en motos sobre una pantalla verde... y es que “Riddick” es una casposidad grande, muy grande, grandiosa. Una cinta SOLO recomendable para amantes de eso, de la caspa, de la serie B, del western, de la acción de sobremesa, de los tipos rudos y todo lo que ello conlleva, de diálogos imposibles que jamás debieron ser pronunciados en alto y de todo tipo de pantochadas habidas y por haber. Para rematar, además, es aburrida, muy aburrida, en su tramo intermedio. Pero niños, niñas, películas como esta, no hay muchas, casposidades tales como las de antaño, ochenteras si queréis, no abundan en estos días de Blockbusters millonarios y pese a todo, pese a sus mil y un defectos, “Riddick” posee un yo que se y un que se yo, que la hace entrañable y que sobretodo, la hace disfrutable, por lo menos, a ratos.
Lo mejor: Riddick, los decorados y el desfasado tramo final del filme.
Lo peor: Nada de esta tercera entrega, está a la altura del personaje y sobre todo, esos “perros pegatina”, algo que jamás debería verse en una película que intenta tomarse en serio a si misma y que los demás, hagamos lo propio con ella.
6 comentarios:
No quiero que se me echen encima los lobos pero no he visto ninguna de las pelis de la saga. Es que no me llama nada la atención y mira, que a mi; Vin Diesel me gusta. No sexualmente, vaya...
Pero le tengo cariño
¿Qué hago? ¿Las veo?
TWG, los que se te van a echar encima son los "perro pegatina", a esos si que deberías temerlos.
La verdad, me extraña mucho que te guste Diesel y que no lo hayas visto nunca como Riddick, que es de largo, la mayor (por no decir única) aportación que ha hecho este señor al cine.
Sin duda, vedla. Pero antes, las dos primeras, of course.
Saludos.
Con todo y sus defectos, tengo que admitir que esta tercera entrega en la saga de Riddick termino gustandome, encontre el tiempo extra que pasamos con Riddick muy bueno, me trajo a la memoria a conan y a Mad Max, lo de los dingos digitalizados, pues, si, quizas no fue la mejor opcion, pero tampoco es para tanto, he visto peores criaturas digitalizadas en peliculas mas caras...Crystal Skull por ejemplo! Pero nada, el perrito no me molesto tanto, lo tedioso fue el momento en el cual la cinta se enfoca en los caza recompensas y sus idioteces y Riddick se desaparece....ese tramo se me hizo largo. Pero luego entra el tercer acto y blamo, la pelicula vuelve a caer.
En mi resena entro un poco en porque esta pelicula termino siendo mas personal y pequena en comparasion con los niveles epicos de Chronicles of Riddick, estas invitado a leerlo!
Saludos!
Francisco, muy de acuerdo contigo. Sobre los perros, hombre, a mi me canta demasiado, más cuando estamos viendo a otras criaturas sacadas de mismo presupuesto, que lucen de maravilla. Pero vamos, que en realidad, lo de los FX es el menor de los problemas de esta nueva Riddick, lo peor, como ya hemos comentado ambos, es ese tramo (eterno) intermedio en el cual Riddick pasa a un segundo plano (por no decir que desaparece).
Le echaré un vistazo a tu crítica, por supuesto.
Saludos.
Madre del amor hermoso!!! UN 6!!!! Esta sarta de frases machotas de vergüenza ajena, personajes de vergüenza ajena, "perros pegatina" de vergüenza ajena, actores de vergüenza ajena, y un Riddick de vergüenza ajena no se merece un 6 hombre!!!!
Pese a sentir el ridículo de tal caspa en mis carnes viendo semejante película en el cine, estoy muy de acuerdo con tu crítica Rector, y por mas incoherente que esto parezca, tú has dado en el clavo, esta película SOLO la puede disfrutar la gente que disfruta con la serie B casposa y bochornosa, y si me pongo en esa piel (la tuya, por ejemplo), entiendo que "Riddick" sea una gozada en ciertos pasajes, ahora si vuelvo a mi ser, como Missterror, y habiendo disfrutado con "las crónicas de Riddick" muchísimo, solo puedo decir que este "Riddick" debería estar sepultado en la galaxia mas polvorienta (sin posibilidad de escape), por los siglos de los siglos.
me costó mantenerme despierta en la parte de los caza recompensas, pero luego no daba crédito a lo que veía y sobre todo OÍA en la pantalla...los diálogos de Riddick con la rubia de Battlestar Galactica (personaje que roza ya el esperpento), son de una vulgaridad tal, sin venir a cuento, que te obligan a mirar a tu compañero de visionado con cara de "qué cojones hacemos viendo esto???" (cuando lo peor es ver cómo este disfruta...)
Va a lo peor del año sin pensármelo.
saludos
Missterror, yo lo de "bochornosa", igual lo veo un poco desproporcionado, al igual que meter a esto dentro de lo peor del año (con la de perlitas que llevamos...), pero te entiendo, supongo que tu te esperabas una nueva Las Crónicas de Riddick y te has encontrado con esto... entra dentro de mi lógica, así que no voy a intentar convencerte de lo contrario.
Eso si, prepárate para sufrir en tus sinuosas y prietas carnes, una cuarta entrega y además, lo harás de nuevo en pantalla grande ;)
Saludos.
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