Hace poco… bueno, vale, ya hace un año, me tocó escribir la reseña de “Batman vs. Superman” y meses después nos volvieron a poner en la vicisitud de tener que elegir entre bandos en “Civil War”. Aunque bien mirado, esto de vernos en la coyuntura de escoger entre una opción u otra ha sido un dilema no solo muy antiguo sino casi… innato al ser humano desde su nacimiento. ¿O es que nunca se nos ha preguntado lo de ‘a quién prefieres a papá o a mamá?
Sea como sea ahora nos llega la tercera confrontación importante en menos de un año –no incluyo infectos productos de serie B tipo “Mega-langosta vs. Ultra-Tiburón menguante”- y a diferencia de las anteriores, no creo que exista mucha discusión. Y ya no solo hablo de a quién va a escoger la mayoría, sino incluso, adelantando conclusiones, del cariz de la producción, producción que todo sea dicho de paso se presentaba como una de las grandes apuestas del género de cara al 2016. Pero vayamos por partes.
Lo de enfrentar a populares ‘monstruos’ del panorama del terror no es nada nuevo. Sí, sé que muchos sacarán a la palestra el “Freddy vs Jason” por lo reciente, pero conviene recordar que bastantes décadas atrás ya tuvimos Dráculas contra Frankensteins y otros envites a la altura de los más clásicos.
Ahora bien, enfrentar a dos personajes tan míticos dentro del terror asiático reciente como a la protagonista de la franquicia “The ring” y a la de “Ju On”, a priori parecía una idea -con perdón- cojonuda. De hecho, lo es, el problema es el que muchos nos temíamos cuando se anunció el proyecto: como llevarla a cabo y no cargarse un mito. Al menos uno.
Y es que por mucho que el recorrido de la creación de Shimizu haya sido mayor que el de Suzuki, recogiendo el guante con el que había comenzado la reseña, creo que habrá poca discusión en que “The ring” y su antagonista, se encuentra no uno sino dos escalones por encima de su compatriota. Ahora bien, para ser justos, no solo debería tener en cuenta la opinión del que crea que no estoy en lo cierto sino que debería haber hablado con propiedad ya que en cuanto a ‘cargarse’ el mito… después de lo sucedido con “Sadako 3D” tendría que haber dicho ‘rematar’.
Pero al caso. Para no poner a caer de un burro a la película a las primeras de cambio, hay que poner en valor a la misma y no dejarnos llevar por nuestros demonios interiores… nunca mejor dicho. “Sadako vs Kayako” tiene dos partes bien diferenciadas: una parte buena y una parte mala. Vale, el que se haya acercado hasta esta reseña seguro que esperaba un dictamen un poco más certero y/o concreto, pero en estos casos prefiero ser directo y dejarme de zarandajas reservando las ‘tesis’ para producciones de mayor calibre.
En la parte buena –alrededor de los primeros 50 minutos de metraje- nos encontramos con dos películas dentro de una. Vale, dos partes, dos películas… pedazo de galimatías. Es sencillo, durante esa casi primera hora, los responsables del film nos presentan por un lado la maldición de Sadako y la no menos popular cinta de VHS maldita y por otro, la casa maldita de Kayako y familia.
En este punto se ha de decir que nos las presentan como historias independientes a merced, eso sí, de un buen montaje, y de una forma que permite recoger a nuevos espectadores, es decir, nos cuentan antecedentes y consecuencias. Afortunadamente no se van por las ramas y los estragos de ambas ‘señoritas’ no se harán de esperar, perdonándose las licencias que se han tomado en ambos casos modificando sin saber muy bien porqué algunos de los ‘leit motiv’ de las leyendas. Está claro que los puristas no estarán de acuerdo con este proceder, tachando de sacrilegio esos cambios, pero volviendo otra vez a echar la vista atrás y recordando recientes tropelías se puede considerar un mal menor.
Que sí, que el ‘hartazgo’ no es un factor para ser condescendiente con una película, y más si como en mi caso se intenta ser lo más objetivo posible, pero en casos como estos, donde entra mucho en juego la ‘arqueología’ cinematográfica o los favoritismos de unos y otros, permitidme dejar un poco abierta esa puerta. Además, volviendo a lo que nos interesa, su director Koji Shiraishi demuestra sus tablas en el género manejando bastante bien las situaciones, creando la justa atmósfera, dosificando los sustos y aprovechando uno de los puntos fuertes del film como son sus efectos especiales.
El problema es cuando llegamos a esa barrera que hemos dicho de los primeros 50 minutos. Hasta ese momento uno se preguntaba de qué forma se iba a propiciar el tan cacareado “Versus” ya que como decíamos ambas historias transcurren paralelas. Pues bien, a partir de ese momento todo se va, y perdón por la expresión, por el retrete. Se habían permitido licencias argumentales, sí, pero se apreciaba un cierto respeto por las historias de origen, pero a partir de ese momento todo el mundo se olvida de que estamos ante un producto de terror para entrar en una comedia de acción. Vale, exagero, pero el espíritu está ahí. No es que nos encontremos con una “Buddy movie” donde las persecuciones, chistes malos y tiros lo llenan todo, pero sí ante una traslación de un manga a imagen real donde nada tiene credibilidad, los personajes se desdibujan y el terror deja paso a una concatenación de acciones sin más razón que ofrecer algo dinámico contrarrestando el minimalismo que dio carácter a estas películas.
A ver… sin destripar la película… ¿qué narices pinta ya no ese exorcista ‘cool’ sino la niña ciega que le acompaña? ¿No es eso muy de manga/anime? Desvirtúa la historia haciéndola ‘rejuvenecer’ unos años, convirtiendo al producto en mercancía para adolescentes como ya ocurriese en la citada y excesivamente fallida “Sadako 3D”. Por otro lado, habiendo dicho ya un poco más arriba que la película permitía la incorporación de nuevos espectadores, parece chocante que ahora me sorprenda ese ‘paso atrás’; sin embargo la notable diferencia es el trato al espectador: cuando te limitas a narrar una situación sin importar a quién va dirigida tienes muchas posibilidades de convencer. Cuando te olvidas de narrar y solo te importa el quién, la cagas. Eso pasa en la segunda mitad de la película.
Es tal el afán por contentar a unos y a otros que se pierde la perspectiva y el horizonte se te difumina hasta que tu único objetivo es llegar a la meta, dígase, acabar la película. Enredado en personajes caricaturizados, que han perdido su (o ni nacido con) razón de ser, y atrapado en un callejón sin salida, lo único que se te ocurre es la clásica ‘patada hacia adelante’ dejando que ocurran las cosas ‘porque yo lo digo’, sin dar explicación y escondiendo la cabeza para que no te vean el sonrojo ante tal despropósito. Y ya no digo nada de la ‘vencedora’ del duelo…
Es difícil dar rendida cuenta de las necedades –me encanta esa palabra- que se acumulan en el último cuarto de película no solo porque desvelaría la ‘diversión’ sino porque caería en el error de dar mi versión del asunto; y es que cuando ni sus creadores saben lo que han hecho, lo de que ‘nadie tiene la verdad absoluta’ adquiere una nueva dimensión. Sí, ni que decir que me desborda la ironía…
Resumiendo, “Sadako vs Kayako” técnica y artísticamente cumple con las expectativas. Lamentablemente, su argumento también ya que no se podía esperar otra cosa cuando el único objetivo del film era el comercial. Por mucho que Shimizu y, sobre todo, Suzuki al que tenía por más integro participen en labores creativas, mejor que se hubiesen quedado en casa. Y es que cuando realmente les ha tocado ‘crear’ han hecho todo lo contrario: destruir.
4 comentarios:
Coincido con lo expuesto. No soy nada fan de ninguna de las dos franquicias, ambas me aburrieron sobre manera y en general, todo lo que tiene que ver con maldiciones y fantasmas asiáticas, me parece bastante auto paródico. Por otro lado, soy muy fan de este tipo de propuestas "imposibles" donde se confrontan distintos universos y por ello no he podido evitar acercarme a esta "Sadako vs Kayako".
Puestos en materia, pues secundar lo comentado, una primera parte bastante "seria" o sobria, respetando bastante el espíritu de las dos franquicias y una segunda mitad bochornosa, precipitada y sobretodo, ESCASA. Más allá de payasadas como las del exorcista o su ayúdate, para mi lo peor es ese gran embuste que significa el "VS" del título, pues no existe tal cosa. ¿Cuántas escenas de lucha hay entre los dos personajes?¿Dos? ¿Minuto y medio de metraje en total? Gran tomadura de pelo. Más valor para un divertimento tan desproporcionado e injustamente defenestrado como fuera "Freddy vs Jason", eso sí que fue un enfrentamiento en condiciones.
No esperaba gran cosa de "Sadako vs Kayako", pero sí un título al menos, gamberro, divertido y pasado de rosca. Ni eso.
Buenos efectos especiales y una primera mitad alejada de bochornos. Poco más.
Saludos.
¿Sabes que eres un hereje por no gustarte "The ring"? Te me has caído... ^__^
Por lo demás, gracias por 'coincidir' conmigo.
Me ha parecido un despropósito importante. YO no salvo ni la primera parte, porque me parece aburrida y encima cuenta con un guión que llama tonto al espectador constantemente, explicando cosas que son obvias como si no entendiéramos dicha obviedad porque tenemos un retraso. Si encima de que ya que guión de por sí es bastante bochornoso, insulta nuestra inteligencia, apaga y vámonos.
A Mi me gusta "Ringu" y me gusta "Ju-On" y no soy fan de estos crossovers imposibles, así que la vi con expectativas cero, pero ni por esas. Como se ha comentado el VS es una excusa barata, porque NO ocurre, y las historias por separado no atraen para nada. El personaje del exorcista-potter y su ayudante, para echarles de comer aparte y encima con amenaza de secuela, ayyyy señorrr!!!
Saludos
Mujer, yo creo que lo de las 'explicaciones' se debe a lo de atrapar nuevos espectadores que no conocen de nada a estas historias... No sé...
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