domingo, 30 de mayo de 2021

Crítica: The Other Lamb

NELLIE VANCE NOS HABLA SOBRE SECTAS Y TERRORES, QUE SUPUESTAMENTE NO LO SON, EN LO NUEVO DE MALGORZATA SZUMOWSKA


Póster de The Other Lamb
Hay una escena en “The Other Lamb” (2019) donde un pequeño grupo de mujeres, todas vestidas de un blanco impoluto en medio del bosque, rodean al único hombre y comienzan a rezar al unísono. El hombre, con los dedos manchados de sangre de cordero, acaricia las caras de las mujeres, que comienzan a elevar el tono del canto. Algunas comienzan a llorar, extasiadas, casi al borde del desmayo, mientras la cámara recorre sus expresiones. La escena, que establece el tono de la película, sirve de advertencia para todos aquellos que no se encuentren demasiado cómodos con esta corriente estética que, a falta de un nombre mejor, internet a bautizado como las A24 vibes


“Algunos hasta han tenido la necesidad de inventarse otra etiqueta, aquello del terror elevado que en mi opinión lo que denota es un prejuicio enorme en lo que al cine de género se refiere” 


secta de mujeres sumisas
Nos guste o no, lo cierto es que la productora/distribuidora ha instalado casi un canon estético en el cine independiente de los últimos años, que también ha levantado alguna que otra animadversión en los aficionados del género. Algunos hasta han tenido la necesidad de inventarse otra etiqueta, aquello del “terror elevado” que en mi opinión lo que denota es un prejuicio enorme en lo que al cine de género se refiere

Comienzo diciendo esto porque “The Other Lamb” es casi el paradigma de ese “terror elevado” a nivel formal (A24 no produce ni distribuye la película), y aburrirá a los que no hayan disfrutado previamente con películas como “The Witch” (Eggers, 2015) o “Midsommar” (Aster, 2019). Y sí, las referencias son obvias (muy muy obvias) tan obvias que hay planos prácticamente compartidos con “The Witch”. Esto no quiere decir que “The Other Lamb” no sea disfrutable ni que carezca de singularidad, pero sí quiere decir que se dirige a un público, crítica y circuito con unas referencias muy determinadas


“centra gran parte de sus esfuerzos en construir planos de un preciosismo notable, cuidados al milímetro. El uso de la luz y los espacios es casi canónico de la A24” 


Raffey Cassidy con un cordero
La película nos narra la historia de Selah, una preadolescente que ha crecido en el seno de un culto en el que todos los miembros son mujeres, a excepción de El Pastor. El grupo vive en en el bosque, donde construyen una comuna basada en el culto a esta figura masculina, que elige entre las mujeres quien va a ser su próxima concubina. Selah, que siempre ha confiado plenamente en el orden social establecido en el culto, comienza a cuestionarse algunas cosas con su llegada a la madurez. 

Raffey Cassidy romace malsano
Si hay algo por lo que se puede caracterizar lo mencionado más arriba es por una cuidadísima estética, y “The Other Lamb” centra gran parte de sus esfuerzos en construir planos de un preciosismo notable, cuidados al milímetro. El uso de la luz y los espacios es casi canónico de la A24, pero no se le puede negar la grandísima calidad técnica. Genera muchas estampas malsanas, especialmente aquellas que involucran la mirada de Raffey Cassidy y sus interacciones con El Pastor (Michiel Huisman), cargadas de un erotismo inquietante. No hay que olvidar que la directora Malgorzata Szumowska (de una dilatada carrera como directora, guionista y productora) trabajó previamente con Lars Von Trier en “Anticristo” (Von Trier, 2009) como productora, lo que nos da una idea del tipo de trabajo que realiza.


“he echado en falta algún punto de inflexión en el visionado, una explosión de violencia que creo que la historia merecía” 


The Other Lamb de Malgorzata Szumowska
Tampoco podemos pasar por alto el gran trabajo de casting que incluye a todos los personajes secundarios: las mujeres y niñas del culto realizan un trabajo extraordinario mostrándonos la vulnerabilidad y el dolor de un grupo de mujeres que son sistemáticamente abusadas. Sin embargo, “The Other Lamb” carece de una visceralidad que la película, en mi opinión, pedía a gritos. A pesar del argumento, la directora opta por mostrar muy pocas escenas gráficas, y la crueldad se queda en insinuaciones y juegos psicológicos. Entiendo que la directora prefiere tomarse su tiempo en la construcción de una atmósfera opresiva y claustrofóbica que muestre las dinámicas del culto y sus violencias, más que mostrar la violencia misma, pero he echado en falta algún punto de inflexión en el visionado, una explosión de violencia que creo que la historia merecía

chicas ensangrentadas
Otro de las cuestiones a resaltar, y que en mi opinión lastra enormemente la película, es que abusa de la literalidad. Al contrario que en “The Witch”, aquí se deja poco a la imaginación del espectador: las dinámicas y los códigos del grupo se sobre explican, no hay demasiada mitología que justifique el culto y que requiera un esfuerzo por parte del público para desentrañar el por qué de su existencia. Me sorprende leer en algunas críticas que “no se ha entendido la película”, pues no creo que haya nada que entender que no te cuente la directora de manera transparente y clara. Me hubiese gustado que el arco narrativo de Selah fuese algo más complejo, que la mitología del culto tuviese, precisamente, algo más de mito que de realidad, pero quizás la historia hubiese tomado otros derroteros que no interesaban a Szumowska. El resultado final es una película muy disfrutable estéticamente, de la que se echa de menos algo de visceralidad y quizás un compromiso más abierto con el género fantástico y el terror.


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