Crítica: Hellboy 2: El Ejército Dorado

Con esta secuela de "Hellboy", Guillermo del Toro me ha demostrado que es el Dios del entretenimiento y de la fantasía. No es casualidad que del Toro nos haya regalado películas como "El Laberinto del Fauno","Blade 2" o la primera "Hellboy", se nota que el director mexicano lo da todo en sus obras para ofrecernos lo que mejor sabe hacer, hacernos disfrutar con su gran imaginación. En "Hellboy II: El Ejército Dorado" volveremos a tener al mejor demonio de todos, el impecablemente interpretado por Ron Perlman, el demonio más humano y sarcástico jamás visto, ese que tiene tantos defectos como virtudes y que resulta tan carismático, Hellboy, y junto a él a todo su equipo de la "Agencia de Investigación y Defensa Paranormal", no me estoy refiriendo a Iker Jimenez y a su mujer, me refiero a la compañera de "rojo", la piroquinética y temperamental Liz Sherman, que interpreta la atractiva de ojos tristes Selma Blair y al anfibio Abe Sapien interpretado por el mejor especialista en dar vida a las criaturas más extrañas, el fantástico Doug Jones, pero sorpresa, esta vez un miembro más se unirá al equipo, el ectoplasmático y algo repelente Johann Krauss, que junto a Hellboy, protagonizará las secuencias más humorísticas del film.

Todos ellos deberán luchar con uno de los más convincentes e interesantes malvados que he podido ver en mucho tiempo, el enigmático príncipe Nuada, interpretado por el actor Luke Goss, que además de realizar un estupendo trabajo, ofrecerá excelentes coreografías en las escenas de lucha y grandes momentos junto a su hermana gemela, la princesa Nuala (Anna Walton). La trama de la película es directa, atrayente y mágica, aunque en ocasiones pueda carecer de cierta profundidad, ya que como base volvemos a tener lo de la batalla entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal. Aunque esta vez, y como subtramas veremos desde temas amorosos, donde veremos la peculiar relación de Hellboy y Liz Sherman, hasta temas un poco más serios como puede ser el rechazo de la sociedad a quienes son diferentes o el de la destrucción del planeta por parte de los humanos.

Por si fuera poco, y como buena película de Guillermo del Toro, tendremos un desfile de extrañas criaturas francamente espectacular, desde seres al más puro estilo "made in del Toro" que recuerdan a la mágica "El Laberinto del Fauno", hasta un auténtico "bestiario" en el conseguido mercado Troll, un lugar al más puro estilo de la cantina de Mos Easley de "La Guerra de las Galaxias", en donde un sin fin de seres inimaginables y tremendamente bien realizados consiguen mantener nuestros ojos enganchados en la pantalla mientras se pasean por tan singular lugar, Sin olvidarme del exquisito inicio de la película, con un tremendo prólogo de marionetas diseñadas por el auténtico creador de Hellboy, Mike Mingola. La orgía visual llega con los abundantes efectos especiales que acompañan a las colosales escenas de acción, tan impresionantes como divertidas. El vestuario, el excelente maquillaje y los notables escenarios elaborados de manera impecable, acabarán por meter al espectador en un mundo épico y fantástico.

Como anécdota, tenemos de nuevo y para no perder la costumbre, otra breve aparición de Santiago Segura, que siempre hace gracia encontrarlo en el momento menos esperado, pero Segura también ha realizado el doblaje en español de Johann Krauss, que aunque no esta mal y le pegaba bastante, no pude evitar imaginarme a Segura doblando al nuevo personaje cada vez que le escuchaba hablar, al igual me pasó con el doblaje del azulado Abe Sapien, que esta vez ha sido doblado por José Mota, el que fuera integrante del dúo humorístico "Cruz y Raya", aunque más que ver a Mota, me venía a la cabeza el burro de "Shrek", algo bastante molesto y más si tenemos en cuenta que dicho personaje ya contaba con un buen doblaje en la primera entrega.

"Hellboy II: El Ejército Dorado" es entretenimiento sin mas complicaciones, un mundo de fantasía, una película repleta de secuencias de acción ejecutadas de forma magistral, de excelentes efectos especiales, de un sin fin de variopintas bestias y de estupendos momentos de humor, eso sin contar el "momento" Barry Manilow, brillante. Sin duda una de las mejores películas de este año, a ratos emocionante pero sobre todo divertida.