martes, 5 de mayo de 2009

Crítica: Knock, Knock

El thriller policiaco es uno de esos subgéneros que las ha visto de todos los colores y que ha vivido gracias al éxito de algunas grandes producciones como puedan ser "Seven", dirigida por David Fincher en el año 1995 y protagonizada por la súper estrella Brad Pitt, y el asiduo al género, Morgan Freeman. Pues bien, "Knock, Knock" coge la fórmula del filme de Fincher y la mezcla con las clásicas películas de psicópatas, véase "Halloween" o "Viernes 13" para dar como resultado esta insufrible e infame producción.

Dirigida y escrita por Joseph Ariola, la primera sensación que uno tiene al ver los primeros minutos, es la de estar viendo una de aquellas viejas películas de terror italianas de los años ochenta, tanto por la atmósfera que se respira, como por la detestable banda sonora a base de heavy metal macarra que aparece cada tres minutos más o menos, sin venir a cuento y que hace de estos primeros veinte minutos una experiencia absurda y surrealista.


Mi primera impresión, viendo la primera escena y haciendo caso de su curioso nombre, es que la cinta iba a girar en torno a un asesino que se dedicaba a matar a sus víctimas después de picar al timbre, algo parecido a lo que ya vimos en "D-Tox", aquella película protagonizada por Silvester Stallone donde un tipo se dedicaba a taladrar el ojo de su víctima cuando esta miraba por la mirilla, lo que hubiese dado cierta gracia a "Knock, Knock", pero no, su director a optado por "sorprendernos" con un "original" desarrollo a base de un misterioso desconocido, que se cuela en las casas ajenas y se carga al jovencito de turno, por supuesto no faltarán, la chica que se está duchando y que se piensa que es el novio cachondo el que le apaga la luz del baño, la joven que regresa a casa sola, de noche y por un solitario parque...etc...

En cuanto a la creación del asesino, pues bueno, muy originales tampoco han sido los cachondos, pues han cogido directamente a "Leatherface", haciendo bueno el dicho de "más vale malo conocido que bueno por conocer", eso si, le han cambiado la máscara de piel humana por una de papel maché, más que nada para evitar mal entendidos y suspicacias.

El desarrollo por lo tanto es este, el "Leatherface" de pacotilla matando a diestro y siniestro (secuencias estas que serán expuestas a otro "genial" efecto de cámara que acelerará la acción, aumentando la "espectacularidad" de las imágenes), y la pareja de polis, el retirado y perro viejo, y la joven y supuestamente atractiva policía local, juntos, emprenderán una persecución, donde por supuesto siempre llegarán tarde para detener al asesino, y poco a poco nos irán tirando miguitas de pan para que vayamos conociendo la "retorcida" y "compleja" trama hasta llegar al "sorprendente" desenlace, y perdonadme por el excesivo abuso de las comillas, pero es van al dedillo para plasmar lo que es la película.

No comentaré demasiado sobre el nivel interpretativo del reparto, pues rozan todos ellos el más absoluto ridículo en uno u otro momento. Sólo le daría el beneficio de la duda al actor Antonio Mastrantonio, que interpreta al abuelo/ poli retirado y que parece sacado de alguna vieja película policíaca de los setenta.

Conclusión, "Knock, Kcnock" pierde toda su gracia en el momento que terminamos de pronunciar su nombre, una película repetitiva, aburrida y carente de tensión, con unos efectos especiales del montón que además se permite la licencia de plagiar descaradamente un personaje tan entrañable como es "Leatherface".
Si el señor Ariola llama a la puerta con "Knock Knock bajo el brazo, haceros un favor, no contestéis.


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