sábado, 8 de octubre de 2011

Crítica: 4:44 Last Day on Earth

Si el fin del mundo llegara sería como en “4:44 Last Day on Earth”, lo nuevo del polémico Abel Ferrara. En esta edición de Sitges el apocalipsis está bien presente en parte de las películas que llenan las diferentes secciones de la programación. De todas ellas, sin duda, la más realista y sincera es la que ofrece Ferrara.

Una pareja neoyorquina (él actor y ella pintora budista) pasan sus últimas horas antes de la fecha maldita: las cuatro y cuarenta y cuatro minutos de la tarde. A esa hora, en ese apartamento, de esa ciudad, la luz se apagará y dejará paso a la nada. Él y ella desaparecerán. Conscientes de ello, ¿Qué se puede hacer durante el tiempo que les queda? Pintar, follar, ver un partido grabado de la televisión, follar, hablar con los amigos y la familia por el Skype, follar, bailar, meditar, abrazarse, espiar a los vecinos con unos prismáticos, follar, beber, pedir comida china, seguir pintando, hablar, drogarse, follar…Y usted, lector, ¿Qué haría?

Ferrara nos ofrece un fin del mundo íntimo, realista y justo, tan sencillo y a la vez profundo que se nos hace muy cercano. Íntimo porque gran parte de la acción sucede en un loft y los protagonistas son una pareja: él, mucho más mayor que ella, pecador, divorciado y amargado con la idea de morir, y ella, joven, equilibrada, budista y en paz consigo misma, interpretados magistralmente por Willen Dafoe y Shanyn Leigh.

Con un reparto secundario también reducido que se divide en tres grupos, nos encontramos con el repartidor de comida china, único personaje que entra en el apartamento; los amigos y familia de ambos protagonistas (la madre de ella, por ejemplo) a los que ven a través del programa de Internet Skype; y un tercer grupo formado por los viejos amigos del personaje de Dafoe, a los que visita en el piso de éstos. Alcohol y drogas, reunidos los colegas alrededor de la mesa, como una especie de “la última cena”. No importa que uno lleve 20 años sin meterse coca. Se va ha acabar el mundo. Aunque en un principio Dafoe prefiere no acabar de esta forma.

Con un reparto de figurantes minimalista, en las calles de Nueva York vemos a tres amigos hablando en la acera, la prostituta ofreciendo sus servicios, una mujer que sale de la tienda de ultramarinos soyozando que no quiere morir y el coche de policía en la esquina vigilando a la prostituta. Es solo una escena, pero es magnífica; la cámara hace un barrido siguiendo los pasos de Dafoe cruzando toda la calle por la acera.

Todo lo que se ve en “4:44” es un mundo realista, una situación muy cercana a lo que pasaría si autoridades y expertos del mundo profetizaran que el mundo va ha llegar a su fin sin salvación posible. Nada de olas gigantes, meteoritos o pandemias. El mundo se va ha acabar y punto. Y la gente seguiría con sus vidas hasta el final, porque en el fondo no sabría que hacer más que estar con los suyos. Pero el miedo al fin esta muy presente y hay vecinos que se suicidan, y la tele no transmite señal y el cielo se oscurece de una niebla densa y verde, y el reloj marca las 4:43 y cuando pase un minuto la verdad se sabra.

Por último, es un mundo justo lo que nos plantea el director porque aquí no hay ni la más mínima oportunidad de salvarse. Morirá el pobre y el rico. No hay bunkers donde esconderse ni medicinas millonarias ni lugares en la Tierra a donde ir. Ante la muerte todos somos iguales y solo nos queda resignarnos o sentirnos en armonía con nosotros mismos y felices por el tiempo que pudimos vivir.

Sin entrar en más análisis, solo decir que Ferrara firma una hermosa pieza de cámara que ahonda en uno de sus temas preferidos: las crisis espirituales.

LAS IMÁGENES: Dafoe en el balcón observando a los vecinos y la escena en que el repartidor de comida china pide que le dejen hablar con sus familiares por el Skype.

SUGERENCIA: Ir al cine sin pensar en ver una película de acción. Ser tolerante con lo que veáis y sinceros con vosotros mismos. Si no os gusta no es el fin del mundo.

9 comentarios:

Darkotica dijo...

Tengo una curiosidad, dices que en la película piden comida china a domicilio, pero sabiendo que el mundo se acaba esa misma noche...¿me estas diciendo que los chinos habían abierto? Bueno, tratándose de chinos igual no es tan extraño, pero me ha chocado un poco la verdad.

Esta película me atrae mucho, me gusta ese enfoque tan intimista que le han dado al momento del fin del mundo, seguramente tal y como sería en la vida real (salvo en que pidas comida y te la traigan a casa, porque seguramente ese día no curraría ni dios, ni siquiera los chinos y eso es mucho decir). Y por otro lado, no puedo evitar compararla con Antichrist de Lars Von Trier (película que creo sólo me gustó a mi y a cinco personas más en el mundo), y vaya...que tengo ganas de ver ese papelazo dramático que se debe gastar el señor Dafoe en la película...

El Rector dijo...

"¿qué se puede hacer durante el tiempo que les queda? Pintar, follar, ver un partido grabado de la televisión, follar, hablar con los amigos y la familia por el Skype, follar, bailar, meditar, abrazarse, espiar a los vecinos con unos prismáticos, follar, beber, pedir comida china, seguir pintando,hablar, drogarse, follar…Y usted, lector, ¿qué haría?"

Pues yo casi, que follar y eso que el cine de Ferrara, mas allá de un par de títulos, no es que me ponga mucho que digamos, pero el señor Dafoe lo compensa. Vaya si lo compensa.

El Sepulturero Torero dijo...

No me habléis del fin del mundo, mamoncetes, que acabo de tener una hija ¡Larga vida a la princesilla de la noche!
:)
Aprovecho para deciros sólo, que ya sé que no es este el sitio apropiado, que ha llegado con retraso, pero perfecta. (Ya se sabe, las Victorias se hacen esperar. Tanto rollo con la semilla del Diablo y es errática, de destino caprichoso, diecinueve Profecías y el mundo aún por destruír, si es que...), total que la nenina tiene dos orejas y veinte dedos y dos pies izquierdos, como está mandao, y que ha ido todo sobre ruedas. Lo del parto es una gore-sex-perience, por cierto, a la que recomiendo encarecidamente asisitir a todo padre. Eso es cine de miedo con mayúsculas. Qué molondro, Dios, qué molondro. En fin, inolvidable. Ahora ya estamos todos en casa (Y con un macutillo colgao pa toa la víaaaa, ámonos de excursiooooón, jajaja.)
Deciros que os he seguido estos día cuando he podido y que he leído por ahí algún comentario que me ha llegao, joder que si me ha llegao, uno va de Serpiente Pilskeen pero luego es un cashopán y esas cosas ahí quedan, vaya. Ya os iré respondiendo a esos comentarios en cuanto tenga un minuto. Actos destacables, estacables en mi corazón.
Y a Darkótica decirle que soy otro de los cuatro gatos a quienes gustó Antichrist. Si tenemos en cuenta que en esta lista quedan abarcados el guionista y el propio director, esto prueba lo raritos que somos tú y yo, estimada Darky :)
Y es que esa larga metáfora del egoísmo sexual y del narcisismo que es la película de Lars von Trier está magistral e insanamente lograda (esta interpretación sé que hay que explicarla, y lo haré, a su debido tiempo. Ahora tengo un zorro mirándoe desde el otro lado de la ventana. Eso ralla hasta los cristales, fijo.)
Felicitar a Ted Bundy por su buen hacer y por su capacidad para multiplicarse en su trabajo (pero, quillo, deja argo pa los demás. Que a este paso nos vas a dejar pa comentar los telediarios de Pedro Chucky Piqueras.)
También deciros que me pondrá al día en cuanto pueda y que se os quiere desde este poblado del profundo sur.

Darkotica dijo...

Enhorabuena!!!! Moltes felicitats!! (aunque no sabia que los vampiros pudieran tener churrumbeles :P). Hasta me has emocionado y todo. Me alegro que todo saliera perfecto, claro que...viniendo de ti, no podía salir de otra manera. En fin, ya me imagino tu próxima crítica, repleta de expresiones como: "mira, el guau guau", "Burrum-burrum", "Cucu" o "cuchi-cuchi"...jeje!

Precisamente hoy me empecé a leer El Perfume de Patrick Süskind (si...¿que pasa? aún no lo habia leído, era una de esas lecturas pendientes y nunca es tarde...) y precisamente me estaba preguntando si era cierto lo que dicen de los bebés, es decir: que los pies huelen a mantequilla fresca, el cuerpecillo a galleta mojada en leche. Y la cabeza, en la coronilla donde se forma el remolino de pelo, es donde huelen mejor, un olor como a caramelo, a azúcar fundido y crema... Así que ves ahora mismo a olisquear a la princesilla y dime si esto cierto, jeje!!

Un beso a los tres!

El Rector dijo...

Que romántica paradoja, para unos el mundo termina a las 4:44 y para otras, justamente comienza. Felicidades pisha (mira que bien domino ya el andaluz), comentale a la pequeña Victoria cuando tenga uso de razón, que cuenta con la gracia de Mr. Rector (cosa que pueden decir bien pocas) y por supuesto, de su pequeño socio de trapo.

Aunque lo de cashopan, no me lo dices en la calle....

Lo de Mr. Bundy es de traca, incluso mas complicado que engendrar una criatura (que ya es decir).

Anónimo dijo...

ella no está nada equilibrada!! es una loca del coño! y un poco psicótica!

Anónimo dijo...

un santo tostonazo

TED BUNDY dijo...

Anónimo,

Es posible que sea un tostón para cierto público. No obstante, no deja de ser interesante. Por lo menos se me hizo muy real que pasara sus últimos días en casa con la persona que ama. Es lo que en realidad haríamos la mayoría. Todo el mundo con su familia o seres queridos.

Daniela Campos dijo...

Tengo curiosidad de ver esta cinta, escuché de ella, busqué algunas opiniones sobre 4:44, Último Día De La Tierra y encontré tanto buenas como malas, lo que me ha despertado las ganas de verla para sacar mi opinión.

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