Me considero un fan absoluto de todo el terror que con cuentagotas nos va llegando de las antípodas, así que The Darkside era para mí una cita ineludible en este festival de Sitges.
Al principio la palabra “Documental” me echó un pelín atrás. Me he acostumbrado a ver esa palabra ligada al adjetivo “Falso” precediéndola en ese auténtico subgénero que a día de hoy nos peta las cabezas que es el Found Footage, que odiaba a muerte y del que con el tiempo me he convertido en un degustador bastante indulgente y satisfecho.
Pueden vivir la vida ordinaria teniendo bien presentes a los ancestros muertos y a los demonios, en lo que consideran una lucha de todos compitiendo por el espacio. Así The Darkside se convierte en una colección de cuentos de fantasmas conmovedores, tristes, divertidos y absurdos de toda Australia en la que los actores más emblemáticos de Australia ejercen como narradores.
Es extraño leer por ahí que esta película es un caso de promesas exageradas incumplidas, cuando en realidad se trata de un concepto quizás algo fuera de lugar para el cine actual que tiene viejas glorias que deberían ser reconocidos como tales desde el principio y sus pretensiones no son otras que documentar una realidad/irrealidad, objetivo más que cumplido.
Algunas de las historias resultan en sí mismas bastante inofensivas y simplonas, mientras que otras logran poner los vellos de punta, fundamentalmente cuando se trata de personas que han tenido que buscar el descanso de sus seres queridos, muchas veces movidos por la culpa.
Hay historias absurdas, terroríficas (la del bebé muerto y la abuela), originales y trilladas, como la de la señora que explica que su familia entera está maldita tras el uso de la Ouija. Historias e historias al fin y al cabo, pero que hacen que la película, el documental, sea mucho más que la suma de ellas. Y como no quiero ponerme aristotélico, recomiendo, si es que algún día estos experimentos se estrenan en nuestro país en lugar de patrañas tipo “Ouija” su visionado como casi obligatorio, para comprender el acervo cultural de terror de la otra punta del mundo.
Y es precisamente este aspecto el único realmente tachable de la cinta, porque acaba debilitando el resultado final, que habría sido mucho más fresco de mano y boca de los verdaderos protagonistas.
Pero es de valorar que con nuestras salas de cine llenas de terror cliché Hollywoodiense, se nos ofrezca un planteamiento distinto, sin esos típicos sustos absurdos pero resultando igualmente espeluznante e inquietante.
Es cierto que tras las dos primeras historias, y debido a la ausencia de incidentes y sustos que eleven la tensión, el documental, de casi hora y media se puede hacer aburrido para algunos, una vez esfumado el primer interés, pero habrá, muchos también, a quienes el ejercicio simplista, equivocado o no, satisfaga.
Lo mejor: Su ingenuidad. El elenco, de los insuperables.
Lo peor: El baile de Claudia Karvan.
2 comentarios:
Pues tiene pinta de ser un soplo de aire fresco en el género, así narrado como mini historias por parte de actores. A mi todo lo que viene de Australia me suele gustar porque tiene un toque original y pretenden hacer las cosas de otra manera!
Buen trabajo descubriendo esta joyita!!
Yo, junto con el coreano y el francés, el terror de las antípodas es mi preferido, fresco, innovador y libre de complejos, da gusto... Esta no es de lo mejor pero merece la pena.
Muchas gracias, señorita Dove por su comentario!!!
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