martes, 6 de octubre de 2015

Crítica: X Moor

Sí amiguitos, la película lleva por nombre “X Moor”, y no, no es un spin-off de un mutante de la Marvel con el poder de adquirir la apariencia de Demi Moore o Julianne Moore. Ni mucho menos la de resucitar al defenestrado Roger Moore. Ya quisiéramos nosotros. Dejando de lado el chiste… bueno, chiste o drama, de lo malo que es, la verdad es que la de aquí bebe directamente de una vieja historia que a la mayoría de los mortales les puede pasar inadvertida, pero que a los amigos del Mundo del Misterio les sonará. Por suerte amiguitos, el que os habla co-presenta un programa radiofónico sobre el tema así es que, aunque como siempre sin mucho acierto, os haré un breve resumen.
 
“La Bestia de Exmoor” –Exmoor, paraje situado entre los condados ingleses de Devon y Somerset, al suroeste del país- es una de esas criaturas criptozoológicas que tanto abundan en el folclore de todo el mundo. Aquí hablamos, según las diferentes fuentes, leyendas e invenciones, de un felino gigante que durante la década de los setenta sembró el pánico entre los granjeros locales matando a más de un centenar de reses. Durante ese tiempo hasta la actualidad han sido varias las fotografías que pretendían recoger la imagen de la susodicha bestia, haciendo coincidir estas con los testimonios que hablaban de una especie de pantera, pero hasta el momento, y eso que el gobierno británico intervino, no se ha podido demostrar nada. 

Hasta ahí, la teoría de la película. Ahora vayamos con la práctica. Lo primero que a uno le sorprenderá es la NO coincidencia entre el reconocible Exmoor y el X Moor del título. Estaba claro que la carátula quería jugar con el concepto amagando a un felino entre los claroscuros que nos presenta a los protagonistas, pero entonces, ¿para qué tanta tontería con el título? 

Alguno puede pensar que es un capricho de sus responsables o una ‘modernidá’ –léase con sincero tono despectivo- de esas a las que los snobs cinematográficos nos tienen acostumbrados en los últimos años. Sin embargo, la cosa adquiere un cariz más rastrero, que no admite ni la habitual condescendencia con la que terminamos claudicando ante estos cineastas que se tiene por sofisticados, cuando de improviso, al aparecer el título de la película en su arranque, va ascendiendo cómo el que no quiere la cosa un rótulo en el que se puede leer un “The beast of” con total desfachatez. Ahí ya –y eso que solo han transcurrido un par de minutos- uno piensa que sus responsables o no lo tienen claro o empiezan, jugando con eso de los animales, mareando la perdiz.

Vale, estoy siendo demasiado duro con una cuestión que no deja de ser, esta sí, una tontería y puede que el tonto lo esté siendo yo; pero no empecéis a relameros pensando que me habéis pillado en un renuncio, que como dice el refrán, el que ríe último, ríe mejor. 

La película empieza como otros tantos cientos de producciones que tratan el tema de la criptozoología o búsqueda de bestias, monstruos y seres míticos, de los cuales desgraciadamente en estos últimos tres años, “gracias” a la explosión -¿o debería decir ‘explotación’?- del fenómeno del ‘found footage’ hemos tenido que soportar unas cuantas decenas de producciones. Aquí, por suerte, la realización es más formal, sin ‘camarita al hombro/ristre’ salvo unas pocas tomas en un circuito cerrado, y si bien adolece de los defectos habituales de una realización carente de un presupuesto generoso –a pesar de que nos digan que el film ha costado 1 millón de libras- no es, de momento, un motivo para echárselo en cara. 

Tras la pobre presentación de personajes esperando que algo que se parece a la ironía en los diálogos logre abrir brecha con otras de sus correligionarias, nos encontramos con que la película intenta sorprendernos con un giro argumental que puede admitir, como casi todo en esta vida, dos posturas: los generosos verán algo de ambición buscando un punto de originalidad. Los críticos, por el contrario, una tomadura de pelo que encima redunda en el hecho de querernos dar gato por liebre sin tener, para mayor escarnio, las ideas claras. 

Y es que a partir de ese momento –permitirme que me lo calle ya que recae en vuestro propio beneficio/provecho- el film, para aquellos que, benévolos ellos, pensasen que se buscaba la originalidad, vuelve a tropezar no solo con otro montón de tópicos sino con un desarrollo torpe y hasta aburrido. 

Presentada la sorpresa, nuestros protagonistas se prestarán voluntariosos a practicar ese habitual juego de sospechas tan burdo como falto de sentido común. Tras este pasaremos a la fase de reproches, previo a la del pánico. Por suerte, alguno se ahorrará esta última ya que estos minutos descritos se desarrollarán en tal absoluta oscuridad –ni una película de aficionados, oiga- que terminará cayendo en los brazos de Morfeo. Para el que no, que sepa que le espera anodinas correrías por el bosque, despropósitos y descubrimientos que más que sorprendentes serán cómicos –por no decir, indignantes- ante la falta de voluntad de ofrecer al espectador ya no un razonamiento creíble, sino algo con un mínimo de sentido común que no se resuma a poner a los personajes tras una amenaza porque sí. 

Pero no todo es negativo, empezando por unos actores voluntariosos que además son reconocibles gracias a su participación en algunas series televisivas de éxito –sobre todo Nick Blood en “Agentes de Shield”- y algunas –pocas- escenas prometedoras como la del par de pirómanos; sin embargo, solo son apuntes que no llegan a conformar un conjunto con el suficiente valor como para contrarrestar sus defectos. 

Resumiendo, a las alturas en las que nos encontramos “X Moor” resulta fallida. Nos trae un ‘más de lo mismo’ incluso cuando intenta desmarcarse, se hace eterna y eso que no llega ni a la hora y veinte minutos, y aunque su presupuesto no debería influenciarnos a la hora de valorarla, lo hace ya que uno no se explica en qué se han gastado ese millón de libras.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que yo nunca escribo sobre pelis que no me gustan...salvo que haya una actriz morbosa de por medio (último caso: Maps To The Stars, Julianne Moore, su escena del trio), así si vale la pena rescatar "Pasión Obsesiva", no porque sea un slasher donde el psycho es un Mark Wahlberg adolescente (!!!) sino porque sale una Reese Witherspoon tierna como la mantequilla. Sí, malísima peli, toneladas de morbo. Pero es un divertimento. No escribí sobre Origen de Nolan porque me pareció un bodrio. Tampoco de Avatar de Cameron que aún era peor. Si una peli es mala no me animo a escribir...aunque es verdad qeu sí lo hice cuando se estrenó Mar Adentro...era tan mala que me pareció peligrosa incluso socialmente...

Chanpoo dijo...

A mí sí que me gusta porque lo veo como "Servicio Público".

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