viernes, 20 de enero de 2017

Crítica: The Ones Below

El guionista de Hanna, David Farr, debuta como director de cine con The Ones Below, traducida como En compañía de extraños en países de habla hispana, el inglés nos deja un film que no se enrola en el cine de terror, pero que, a mi entender, visto desde la más absoluta realidad del mundo, funciona muy bien en dicho ámbito. Porqué ¿hay algo más terrorífico que te intenten arrebatar un pariente de primer grado? De eso trata el film presentado por Farr, que además de dirigir la película con buena mano, también se ha encargado de guionizar la propuesta. Un guión que no es el colmo de la originalidad, pero que presume de cierta elegancia que lo diferencian y que ha hecho que, a un servidor, no le haya desagradado en absoluto.

En Londres, Kate y Justin forman una exitosa pareja que esperan su primer hijo. Kate está llena de temores sobre su maternidad. Un día, otro matrimonio, Theresa y Jon, se mudan al apartamento de abajo. También esperan un bebé, pero a diferencia de Kate, Theresa lleva su maternidad con alegría. La diferente forma de ser de ambas parejas comenzará a tejer una red de sospechas y obsesiones.

The Ones Below es una película tremendamente sencilla en todos y cada uno de sus aspectos; argumental y técnicos, pero muy efectiva. Sin necesidad de recurrir a artificiosos giros de guión (que también advierto que se puede ver venir con facilidad) o truculentas escenas visuales, consigue generar cierta intranquilidad en el espectador. Porque desde un principio se respira un ambiente enrarecido de cuento macabro infantil. Incluso, cuando la película todavía está empezando a ‘caminar’ y se respira una paz y armonía que la enmarcan dentro de la completa normalidad, momentos en que la vida cotidiana es la verdadera protagonista, Farr nos presenta dos parejas totalmente normales que se hacen amigos, pero hay una ‘bruma’ en el ambiente que nos indica que la cosa se va a poner fea.

Todo ese ambiente enrarecido se consigue gracias a la banda sonora compuesta por Adem Ilhan (In the loop) que le debe mucho a la mejor época de las películas de Dario Argento y el giallo más policíaco. Un trabajo compositivo muy minimalista con piano y voces femeninas angelicales que consiguen poco a poco enturbiar la paz y la felicidad inicial de este cuento de hadas malignas.

También hay una parte importante en ello, que se consigue gracias a la interpretación bastante notable por parte de la actriz finlandesa Laura Birn, desconocida para un servidor, pero que lleva trabajando más de una década en el mundo del cine. Sus repentinos cambios de humor y cambios expresivos en cuestión de segundos, dan paso de una agradable sonrisa a una mirada penetrante que no te deja ver claramente lo que pasa por su mente en ese momento, turbando al más tranquilo de los espectadores.

No recuerdo apenas detalles de La mano que mece la cuna dirigida por Curtis Hanson con Rebecca de Mornay en el rol protagonista, pero The Ones Below me ha hecho recordar la película en sí, ya que el papel de Theresa interpretado por Birn cumple con los estándares de niñera cabrona. Incluso, su caracterización y forma de actuar me ha recordado a de Mornay en distintas ocasiones. Pero la actriz aplica sus propios destellos interpretativos a su personaje.

Clémence Poésy (Escondidos en Brujas) en su papel de Kate es el complemento perfecto al personaje interpretado por Birn. Y aunque son dos personajes diametralmente opuestos, se complementan el uno al otro a la perfección. La evolución de Poésy es menor que la de Birn, y ésta adquiere mayor protagonismo a medida que avanza la simplista pero atrayente trama, no se puede negar que Poésy lo haga mal, ni mucho menos.

La parte masculina del reparto compuesto por Stephen Campbell Moore (En tiempo de brujas ) y David Morrissey (Centurión) no tienen tanto ‘peso’, ni destacan tanto, pero cumplen perfectamente su modesto hueco en la historia, a la par que necesario. Por decirlo de una forma mecánica, la parte femenina es el motor y la masculina el lubricante.

A pesar de no aportar nada nuevo, y no poder catalogar a la película como una obra de terror propiamente dicha, creo que ésta funciona tremendamente bien sin necesidad de recurrir a los miles de tópicos del género. Además, el terror no tiene que ser siempre oscuridad, fantasmas o psicópatas sedientos de sangre. El terror nace de una parte psicológica, y verdaderamente es el más terrorífico, porque es bastante más real que muchas truculentas escenas clásicas. Bajo un manto que cubre la propuesta de Farr, entre el thriller y la intriga, hay algo perturbador en su historia que hace que ésta resulte, no terrorífica, pero sí más inquietante de lo esperado.

Es cierto que cuando miramos de cerca la propuesta del novel cineasta, es excesivamente pulcra visualmente y sin un ápice de sangre, ni escenas desagradables, pero la calma tensa con la que juega desde el inicio y su desenlace, que me parece mucho más cruel que cualquier otra escena típica del género, hace que dicha propuesta tenga algo más que un justo aprobado.


7 comentarios:

El Rector dijo...

Muy poco me atraen a estas alturas este tipo de películas y lo primero que me vino a la cabeza al conocer de ella, fue al igual que a ti, "La Mano que Mece la Cuna" y bueno, allá por los noventa tenían su punto estos thriller para toda la familia (yo mismo me acerqué a verla a una sala de cine), pero a día de hoy, se me antojan muy poco seductoras. Hace un tiempo tuve el atrevimiento de atreverme (valga la redundancia) con "In Their Skin" de Jeremy Power (que así a bote pronto, puede también guardar alguna similitud con esta) y salí bastante escaldado. Eso sí, a mi madre se la voy a recomendar ya :)

Saludos.

El Rector dijo...

Ah! por no hablar de "The perfect Host", que había oído auténticas maravillas y que me pareció una chorrada como la copa de un pino, aplicable también a "The Gift", tres cuartos de lo mismo. Hace falta mucha genialidad para que este tipo de películas causen impacto y ahí está la fabulosa "La Invitación" como mejor ejemplo de ello, pero claro, como esa no se hacen todos los días.

Saludos.

Patrick Bateman dijo...

Pues no te fíes, el final creo que no es muy adecuado para ver en familia. De los cuatro títulos restantes que mencionas, sólo he visto The Perfect Host y La invitación. El primero me gustó bastante, lo ví sin esperar nada. Pienso que en tu caso, las expectativas te traicionaron. En cambio, a mí eso me paso con La invitación, el desenlace me parece una tontería, influyó que la vi sabiendo que era la ganadora del Festival y, no es para tanto.

Saludos.

El Rector dijo...

Sr.Bateman, hombre, si me dices que me va a hacer apretar el culete, pues igual me lo repienso.

Las expectativas siempre tienen un gran peso específico en el impacto que las películas tienen en nosotros, al igual que otros factores varios, pero a mi el desenlace de "La Invitación" me parece a prueba de todo, no me lo esperaba ni en un millón de años... como hacerte cambiar toda la percepción de un filme con una simple secuencia, es algo que no se ve todos los días, amén de que es una de las pocas películas que me han conseguido incomodar desde detrás de la barrera de espectador. Mal royo en estado puro. Me chifla.

Mira que rara vez coincido con los galardones de Sitges... con la del año pasado a mejor película, es de las poquitas a la que no pude objetar nada, y mira que había por ahí cada pepino... que grande esto del cine, tontería para unos, genialidad para otros.

Saludos.

Patrick Bateman dijo...

No quiero crear falsas expectativas, pero sin necesidad de sangre es un final 'cabroncete'.

Pues a mí me moló más todo el preambulo de la cena, la charla, y como mantenían ese grado de compostura unos con otros por no acabar mal, que de poco sirve ese esfuerzo. Al final acaban a 'hostias'.

El tramo final, cuando explota todo, lo encontré algo inconsistente. Y bueno, el plano final me pareció una tontería. Pero ya digo, creo que saber que era la ganadora, no jugó a favor. Malditas expectativas.

Saludos.

Missterror dijo...

Patrick, yo no puedo quitarme la escena final de "La Invitación" de la cabeza desde que la vi. Como dice El Rector, es absolutamente fascinante cómo una única imagen puede encerrar tanto mal rollo, tanto significado, cómo puede dejarte tan mal cuerpo...Para mi, el final de "La Invitación" es uno de los más redondos que recuerdo.
Creo que pocas veces he estado tan de acuerdo con el premio a la mejor película, como con "La Invitación". Ese año hubo un nivelón brutal en Sitges y me alegra mucho que ganara esta película.

La primera vez que vi "The Perfect Host" me fascinó, pero porque me pilló desprevenida. La segunda vez me aburrió soberanamente. En al camino entre un visionado y otro, algo tuvo que cambiar en mi cabeza, porque sin duda, para mi "The Perfect host" no aguanta un segundo visionado ni de coña. Se me hizo eterna...

Saludos

Patrick Bateman dijo...

Pues a mí no, ya ves. ;)
Lo normal es no coincidir nunca con la ganadora, yo solo el año de Rare Exports.

PH es de esas que funciona gracias a su sorpresa, no te voy a negar que pierde en posteriores, pero creo que no tanto como para tildarla de eterna.

Saludos

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