Crítica: Assassination Nation

Tengo más de 3000 amigos en Facebook, casi 2500 personas siguen mis insta-stories cada día. Todos los días tengo al menos 40 followers más en Twitter y, ufffff, empieza a dar vértigo tanta responsabilidad. Entended que considero a toda esta gente mucho más que fans, para mí son amigos y me gusta compartir con ellos mi día a día porque me siento acompañada y porque ellos confían en mi criterio para vestir, para comer, para maquillarme, para ver películas, series , para escuchar música y para pensar. Muchos amigos se compran lo que yo me compro y creo que mi labor es más que social porque siempre les aconsejo bien. Cuando me levanto grabo mi rutina de mañana, hago unboxings con ellos de lo que me compro en el súper. Les enseño la leche que bebo, lo malo que es el azúcar, cómo preparo el arroz, incluso la marca de tampones que más absorbe. En la hora de la comida, tuiteo los pensamientos que me vienen. Con la tripa llena se me ocurren mejores cosas. Suelo subir una media de 3 fotos a instagram que replico en Facebook, aunque para elegir esas tres fotos, suelo hacerme una media de 30 al día, siendo sincera. Mis amigos me quieren y me respetan. A los haters no les hago ni puto caso. Sólo me fijo en lo positivo, sé que siempre podré contar con todos los que me queréis.

“Assassination Nation” es la comedia negra-thriller-patada en la boca-película que es mucho más de lo que parece del año. De entrada, hay que dejar claro lo más importante en este tipo de propuestas, que es el hecho de que sea 100% divertida. Luego se añade el regalo de la reflexión a la que invita y en la que todos tenemos algo que decir. No tengo duda en que es una película perfectamente definida para todo los perfiles de público existente. Por una parte, los milenials estarán en comunión con la película por entenderse en ese universo. A los que pertenecemos a una década anterior, “Assassination Nation” nos permite sentirnos un poco por encima de las circunstancias por comprender el mensaje y la moraleja como algo de lo que eres consciente hace mucho. A los que la era digital les pilla más lejos o simplemente no la comparten, verán sus expectativas de disfrute satisfechas porque tiene todos los ingredientes para triunfar.

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“Assassination Nation no va de brujas pero sí de caza de brujas, por esa necesidad del ser humano de culpar a los demás de sus mierdas”

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“Assassination Nation”, nos pone en la piel de cuatro adolescentes sin complejos, inmersas en la dinámica vertiginosa de las redes sociales como medio de expresión, de relación y de vida, que se verán señaladas y perseguidas para ser acalladas por la fuerza, ante un acusación de revelación pública de secretos privados que llevan al caos, en su ciudad, Salem. “Assassination Nation” no va de brujas pero sí de caza de brujas, por esa necesidad del ser humano de culpar a los demás de sus mierdas. Esta película, que lleva al paroxismo todas sus situaciones, es tan identificable con el presente al que asistimos, que se convierte en un poderoso reclamo para todos esos segmentos de población que antes mencionaba.

Entiendo que la generación milenial, que ha crecido y entendido el mundo sumergidos en una nueva forma de relacionarse en la que son pioneros, interpreten esta película como una gamberrada divertida por una parte y una magnífica excusa para hacer una serie de necesarios alegatos en la lucha contra el machismo, la homofobia, la transfobia, la manipulación y el cinismo, por la otra. Es increíble que cerca del 2020 tengamos la libertad de expresión más limitada que hace 30 años y que pocas películas metan el dedo en la yaga, como deberían. Personalmente, me parece vivir en una distopía cuando pienso que en una generación más avanzada que la mía, todo ofende y es imposible hablar sin que alguien se sienta ultrajado. En “Assassination Nation”, esta sensación de tener la herramienta perfecta de comunicación y transformarla en un arma, es una de las características más destacables de la primera parte de la película, aquella que se centra en la comedia negra de acertado y punzante guión, que parece pecar de pretenciosa por prometer algo en su prólogo que no cumple con la rotundidad con que se espera, pero que se entiende como otra manera de llevar lo que ocurre en las redes sociales, al fondo de la película.

Por otra parte, os hablaba de lo dirigida también que está “Assassination Nation” a mi generación, a aquellos que hemos crecido sin móviles y que todo esto nos ha pillado ya con las ideas formadas (o al menos eso espero). Probablemente nosotros seamos los que más disfrutemos de esta película porque la entenderemos como lo que es, un thriller serio de acción con mucho humor negro. Amigos, esto no es una comedia de terror chorra, ni mucho menos y ahí está parte de su acierto, en colárnosla hasta el fondo en el inicio, para que cuando las cosas se pongan serias y violentas, entiendas que, como pasaría en un red social, la gente que no conoces, no es lo que parece. Nosotros hemos tenido que dar una vuelta a nuestra realidad, para entender de una forma rápida que la manera de relacionarse ha cambiado por completo y que todo gira en torno a la comodidad y seguridad que proporciona el anonimato. En “Assassination Nation”, el guión es tan punzante que atina por completo en la forma en la que muestra lo poco adaptados que están los más adultos a este cambio y lo mal que han entendido el juego de las redes sociales.

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“Levinson tiene un gran futuro como director, pero más aún como guionista por ser capaz de contar tanto y para tantos públicos con algo que aparentemente es otra película más de adolescentes rabiosos”

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Por último, tenemos al grupo de personas que viven ajenas a las redes sociales, bien porque han experimentado sus consecuencias o directamente porque no tienen el mínimo interés en relacionarse con desconocidos, si no es totalmente necesario. Ellos verán en la película de Sam Levinson una acertada sátira, no tanto de las redes sociales, sino del comportamiento humano en general. Entenderán en este híbrido de “Spring Breakers” ( 2013) y “The Purge” ( 2013) que el comportamiento de Salem es el comportamiento de Norteamérica y cada vez de más y más países, intolerantes, extremos y peligrosos. Sin duda, Levinson tiene un gran futuro como director, pero más aún como guionista por ser capaz de contar tanto y para tantos públicos con algo que aparentemente es otra película más de adolescentes rabiosos.

Ahora que tenéis una idea clara de lo que la película puede ofrecer, viene el momento de saber si cumple en el apartado técnico y lo cierto es que lo hace y con nota. El montaje se escoge con agilidad para que haya pocos tiempos muertos. La idea es reflexionar rápido, ir asimilando imágenes y mensajes rápidamente para que no haya mucho tiempo de entender lo que se viene encima hasta que ya lo tienes apretando para que no te muevas mucho. La fotografía es otros de los puntos fuertes, junto con un casting de excepción, donde Odessa Young se come la pantalla y dirige a la perfección al resto de actrices que tantísimo juego dan en la comedia, el drama, la seducción, el miedo y la guerra. Y si a este festival de engaños, hipocresía, institutos, sexo y violencia se le añade una banda sonora tan potente como la que suena, la experiencia resulta poco menos que arrolladora. Cuando termina te das cuenta de lo mucho que se disfruta algo como “Assassination Nation” y eso sí que es un Like.

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“La idea es reflexionar rápido, ir asimilando imágenes y mensajes rápidamente para que no haya mucho tiempo de entender lo que se viene encima”

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Algo que eché mucho en falta fue la conexión de la historia que nos cuentan de Salem con la historia que todos identificamos en Salem. En “Assassination Nation”, todo transcurre en Salem, como podría haber ocurrido en cualquier otra ciudad o pueblo. En este aspecto, sí eché de menos referencias para poder haber hilado por otra vía, una historia que realmente hubiera significado una diferencia en la manera de entender las cazas de brujas, en sentido figurado y literal. Salem no deja de ser un mero reclamo para intentar que se establezca una comparación que realmente no tiene lugar, así que aviso para todos aquellos que estáis hechizados con la localización de la película.

Mi realidad es que no llego a 100 followers en Twitter porque no soy capaz de utilizar esta herramienta por una incapacidad para resumir cualquier pensamiento. En facebook, tengo más de 700 amigos que no saben ni quien soy porque desde que dejé de subir fotos mías hace años, he pasado a ser invisible y pese a publicar constantemente todo lo tiene que ver con el cine de género, ninguna de mis publicaciones suele tener ningún Like/ Me gusta porque no va acompañada con la foto en la que salgo con la mirada perdida, el pelo tapándome media cara o enseñando lo triste o lo feliz que soy. Porque no nos engañemos, que eso ya lo hacen estas redes sociales por nosotros, en este mundo irreal en el que todo vale por los likes, todo significa el más trágico drama o la más absoluta felicidad. A todo el mundo le caes bien y saben que eres buena persona sólo mirando esa foto que has subido en la que sales súper guapa, después de haber borrado 500 en las que eres poco más que la hermana gemela de Alf. En Instagram todos los días me sigue alguien nuevo que me deja de seguir en el mismo día porque yo no le sigo en la media hora siguiente de mi notificación y todos los amigos del pasado “social”, que tenían ese as en la manga que yo nunca vi, simplemente desaparecieron. No, las redes sociales ya no son para mí, de ese tren me bajé hace tiempo. Y pese a esta declaración, en esa gran contradicción que es la vida, tengo que confesar, que lo mejor de mi vida, lo conseguí, en parte, gracias a las redes sociales.